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Canta el grupo madrileño Alcalá Norte eso de 'la vida cañón' y es el himno feliz que bien pudieron entonar los miles de asistentes a ... la multitudinaria celebración del festival Glad is The Day. Unas 25.000 personas se acercaron a lo largo del día al parque de Cristina Enea según las primeras estimaciones de los técnicos de Donostia Kultura, aunque será hoy cuando se cierren los datos. Públicos de todas las edades y todos los estilos disfrutaron de los distintos escenarios y ambientes hasta el cierre del festival, pasadas las nueve de la noche.
La esperada actuación de Alcalá Norte, a media tarde, protagonizó uno de los momentos más multitudinarios de la jornada, y también el mexicano Silverio, con su particular espectáculo, último en pasar por el escenario central, fue seguido por miles de espectadores.
Era la octava edición de este festival gratuito y al aire libre que ofrece música, numerosos puestos de venta de artesanía, arte, ropa y discos, y una invitación a gozar del gran parque enclavado en el corazón de la ciudad. Confesaban los organizadores que el calor con que amaneció el domingo hizo temer una menor asistencia, pero ocurrió lo contrario: desde el mediodía, cuando se montaron los puestos y comenzaron a desfilar los grupos por los escenarios, muchos asistentes 'tomaron' Cristina Enea, protegido por la sombra de sus grandes árboles.
A mediodía el público familiar, con sus materiales de picnic, dominaba el ambiente, pero los más jóvenes se fueron imponiendo con el paso de las horas, sobre todo en el escenario de los DJs, situado en una zona más en el interior del parque.
El año pasado fueron unos 20.000 los asistentes y ayer los organizadores calculan que se superó con creces esa cifra «batiendo todos los récords del festival». «Resulta una maravilla la convivencia entre distintas generaciones y grupos, con un estupendo ambiente, y la energía que esto genera para un barrio de Egia», decía uno de los técnicos de Donostia Kultura encargados de la organización.
Pero quien mejor puede contar la película de la jornada es la periodista donostiarra Angela Redondo, que ayer participaba en el festival en su condición de artista que vendía sus hermosos trabajos pictóricos. «Desde la mañana se ha notado mucha animación, a mediodía había un estupendo ambiente con la gente comiendo sobre la hierba y por la tarde ha ido creciendo la marcha de los grupos participantes». Destacaba también la periodista/artista/vendedora la excelente convivencia de gentes tan distintas y el buen nivel de ventas. «Ha ido muy bien. También temíamos que por el calor la gente prefiriera ir a la playa pero es el año que más personas se han acercado al parque». Otros vendedores coincidían en calificar de «bueno» el volumen de operaciones registradas.
Fue con Alcalá Norte, pasadas las seis y media de la tarde, cuando el parque vivió el mayor llenazo. Los madrileños, que viven una intensa gira por festivales, se declararon encantados de tocar en un escenario festivo así, extremo que repitieron muchos de los grupos participantes. En el desfile por el principal escenario, situado al lado de la entrada principal del parque desde Cristina Enea, tomaron parte los nombres de una selección «tan colorida como juguetona» en definición de los propios organizadores, que describían así a las bandas y estilos: «El surf rock de los donostiarras La Ola Maldita, el swing de los arrasatearras Erromintxelak, el postpunk de Alcalá Norte, los sonidos eclécticos de La Txama, los himnos desbordantes de Magia Bruta, las letras íntimas de Ibil Bedi, y el controvertido espectáculo del mexicano Silverio».
Por el segundo escenario, frecuentado sobre todo por los más jóvenes y los más entonados, hubo más música electrónica, hip-hop y sonidos urbanos, de la mano la Ruina Sónica y nombres como Makeda, 1111, Alai, Sara Goxua, Kalipotxo, Six Sex, Alta y Sofy Suars. Una vez cerradas las puertas del parque la fiesta seguía en los vecinos Le Bukowski y Dabadaba, locales implicados en la organización junto a Donostia Kultura y la colaboración de entidades como Kutxa Fundazioa, Keler, Katapulta Tour Gipuzkoa 2024 y Tabakalera.
El festival nació en 2016 en el marco de las actividades de la capitalidad cultural europea de Donostia y se ha consolidado como una cita con vida propia, como uno de los legados reales que dejó aquel año de programación en San Sebastián. Su denominación, 'Glad is the Day', juega con el nombre de Gladys del Estal, la militante ecologista donostiarra muerta en Tudela en 1979 por un disparo de la Guardia Civil en una concentración antinuclear, y una expresión inglesa que podría traducirse como «alegre es el día».
«Queremos celebrar la diversidad cultural y musical y recordar a los donostiarras el valor de este parque, y se han conseguido los dos objetivos», reflexionaban los organizadores poco antes del cierre. Ya piensan en nuevos desafíos para la próxima edición, que previsiblemente llegará en agosto del año que viene. Hoy se darán los datos oficiales, aunque los responsables remarcan que la cifra «no es lo más importante en este festival».
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