Unos visitantes se detienen ante el cuadro 'Danzas suletinas', de José María Ucelay. Arriba, 'Mecánica de la arquitectura', de Lazkano. Abajo, 'Ofrenda en una ermita', de Zubiaurre. A la derecha, 'El Sitio', de Losada, actual sede la exposición. Arriba, el cuadro 'Window over Portugal', obra de Daniel Vázquez Díaz. Abajo, 'Puerto de Bilbao', de Darío de Regoyos. LUIS ÁNGEL GÓMEZ FUNDACIÓN BBVA

El arte vasco que pintó 130 años

La colección BBVA propone en su sede de San Nicolás en Bilbao un itinerario de la mano de 30 artistas

Lunes, 18 de julio 2022, 08:17

Las ventanas cubiertas con pieles de vaca del Palacio de San Nicolás asombran al espectador que inicia el recorrido propuesto por 'Analogías', la muestra que la Fundación BBVA dedica a la creación autóctona. La sede inicial de la institución financiera protagoniza la obra 'El Sitio' ... de Manuel Losada, con la que arranca una selección formada por 40 piezas firmadas por 30 artistas locales o vinculados al País Vasco. El itinerario cubre 130 años de historia entre mediados del siglo XIX y finales de la pasada centuria, y se acompaña de un catálogo con textos de Javier Viar.

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La muestra, abierta hasta el próximo 18 de setiembre, tiene lugar en el interior del edificio retratado, ubicado en el corazón del Casco Viejo. El asedio carlista proporciona el escenario histórico para la primera pieza. El lienzo forma parte de la sección dedicada a la pintura regionalista, la etapa inicial de un camino que desemboca en las corrientes estilísticas surgidas en la última década del siglo XX. Además de una panorámica de la evolución estética, la exposición, curiosamente, ofrece un viaje por los cambios urbanos de la capital vizcaína, desde su condición de urbe industrial, tal y como la plasmó José Echenagusia, como marco para la tipología social del siglo XX, según la mirada sensible de Aurelio Arteta, o a la manera de entorno arquitectónico onírico, en la interpretación de Jesús Mari Lazkano.

'Danzas suletinas', un hito

La colección de arte del BBVA, formada por 9.000 obras de las que medio millar tiene procedencia vasca, constituye uno de los fondos corporativos más importantes del país. La introducción de la modernidad, el segundo de los apartados, acoge lienzos de autores precursores del cambio como Francisco Iturrino, Darío de Regoyos y un espléndido retrato de Ignacio Zuloaga, mientras que la tercera, dedicada los creadores poseedores de una estética propia y singular, reúne obras de Daniel Vázquez Díaz o Gaspar Montes Iturrioz y Menchu Gal. Dentro de este apartado destaca 'Danzas suletinas', pieza maestra de José María Ucelay y uno de los hitos de la exposición.

La abstracción descuella en la sección cuarta, dedicada a Jorge Oteiza y Chillida y sus investigaciones de la materia, el volumen y el espacio. La siguiente, de signo muy diferente, está dedicada a la respuesta proporcionada por los autores figurativos a partir de los años sesenta. Su objetivo privilegia la creación de atmósfera frente a la representación exacta de la realidad, y llega de la mano de Jesús Mari Lazkano y Juan Ramón Luzuriaga, artista que presentó su propia creación durante el acto de inauguración.

La eclosión de la modernidad, con la irrupción de pintores como Bonifacio Alonso o Darío Villalba, da lugar a nuevos lenguajes y centra la atención de la sexta sala. La última está dedicada al arte abstracto dotado de un peculiar hálito poético. La capacidad lírica de Marta Cárdenas, Darío Urzay o Ignacio García Ergüin, se refleja en pinturas dominadas por el intenso cromatismo y la sugerencia de la luz. 'La ría en el Abra', de Mari Puri Herrero, representa la última manifestación de ese Bilbao tan presente en el recorrido.

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La autora, galardonada con el Premio Gure Artea, nos ofrece una ciudad envuelta en cierta neblina ocre, densa, de naturaleza fabril, efecto que consigue, tal y como ella misma explica, por el uso del pigmento 'caput mortuum', obtenido del óxido de hierro.

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