![El arte de las viñetas, al servicio de Su Majestad la Infancia](https://s2.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/201909/13/media/cortadas/Imagen03-kJnF-U901338435215RC-624x385@Diario%20Vasco.jpg)
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El mundo de los niños es tan complejo como cada uno de ellos se proponga. Probablemente y a pesar de todo el conocimiento acumulado por los adultos luego de siglos de estudio, siga habiendo mucho de intuición en el arte de llegar a entenderlos, lo ... cual equivale a satisfacerlos. Es lo mismo cuál sea el asunto en cuestión, el problema siempre seguirá allí, porque, al fin, los mayores ven cómo, inexorablemente, a cada segundo que pasa la distancia entre ambos universos aumenta. La cultura, desde luego, no es una excepción. Los ojos, los oídos del pequeño no son iguales, su mente aún no ha sido instruida, es mucho más libre de lo que jamás volverá a serlo. Puede que para una generación de mayores Gloria Fuertes fuera la máxima representante de una cultura para niños; si se les hubiera preguntado, quizás muchos de ellos no hubieran aplaudido dicha afirmación.
Gigi D. G. (también conocida como gigidigi o gigideegee) es una artista californiana no demasiado amiga de contar cosas de sí misma, entusiasta de hacer llegar sus historias a un mundo enorme pero interconectado como nunca lo ha estado. Se asegura de que su presencia en internet sea constante, utilizando para ello todos los recursos disponibles. Cualquier red social es buena, y en su propia página web comienza, el tres de abril de 2011, a publicar las aventuras que transcurren en Onirolandia, un lugar con siete reinos: Rosquilla, Olas, Melodía, Flores, Cristal, Cielos y Espacio. Puede que, además, una realidad paralela de momento desconocida se adivine y en algún momento haga acto de presencia. Onirolandia, en todo caso, flota en algún lugar en las estrellas. Su sol es un smiley gigante y sus habitantes no son como en la Tierra. Todos ellos poseen orejas de conejo, de forma distinta según la procedencia de cada cual. No se trata de un recurso nuevo, sino de la profunda influencia que el manga y anime japonés ejercen en la autora. El antropomorfismo Moe lleva décadas en aquellas tierras gozando de gran popularidad, una forma de, por medio de atributos o características no humanas dadas a aquellos que sí lo son, provocar y manifestar ternura, afecto, sensibilidad... De hecho, las orejas de gato o conejo son dos de los elementos más habituales y recurrentes en dicha filosofía..
Gigi D. G. no se estrena en el cómic con 'Pepino, héroe de leyenda'; su primera obra fue 'Hiimdaisy', también un cómic web bajo el formato de un gag para cada día, pero aunque dicho bagaje no resulta excesivo, los resultados obtenidos con Pepino son notabilísimos. .
Las armas de la autora no son novedosas, no se plasman en composiciones rompedoras o en un guion elaborado meticulosamente. Llega a sus pequeños lectores con dibujos delicados, ambientaciones sencillas y personajes divertidos como el protagonista que da nombre al cómic, su hermana Almendra, Sir Tomate o Dama Lechuga entre otros muchos. Y es que la autora posee y sabe trasladar a sus viñetas un enorme sentido del humor. Los diálogos están plagados de chistes; las situaciones no provocan el humor, sino lo que los personajes involucrados en cada una de ellas exclaman dentro de la muy particular lógica del relato. Las frases son cortas, nada de párrafos farragosos ni mensajes sutiles. Es humor rosa del que incluso gusta a los adultos.
Los malos, porque toda aventura heroica que busca salvar al mundo, naturalmente, los tiene, son malísimos, pero incluso ellos resultan divertidos. La Reina Cordelia y el Señor de las Pesadillas no ocasionarán, desde luego, ninguna en los jóvenes que se acerquen a este libro presentado por Ediciones la Cúpula, editado en rústica y con una magnífica calidad en su diseño y reproducción. Ayuda, por supuesto, el que Gigi D. G. dibuje y pinte en digital. Cada viñeta es impecable, armónica y perfectamente construida para que el relato avance sin errores.
Es reconfortante comprobar cómo, gradualmente, el cuidado al niño se extiende en el mundo editorial del cómic. La lectura de 'Pepino, héroe de leyenda' es deliciosa en su sencillez, un teatro donde la inocencia cabe y, combinada con la sonrisa, provoca unas horas de disfrute al que no cabe objetar nada.
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