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Venecia cumplió este jueves 1.600 años y las celebraciones llegaron hasta Pasaia. «El mar siempre ha sido puente entre culturas», dice Xabier ... Agote. La factoría Albaola, que dirige, presentó el 'sándolo' que construye en su astillero de Pasaia, una pequeña embarcación de madera que se maneja como las clásicas góndolas, con el remero en pie, y que estará concluida dentro de un mes.
Pero la presentación de este barco veneciano sirvió también para anunciar que Albaola vuelve a abrir sus puertas al público. Será durante los días de Semana Santa, de jueves a domingo, y los sábados de abril, con voluntad de ampliar las fechas a partir de mayo. Albaola es ahora casi una isla en la punta de San Pedro, porque el acceso terrestre sigue cortado por el riesgo de desprendimientos. El Ayuntamiento acometerá subsidiariamente la obra y se espera que «en cuatro o cinco meses» pueda abrirse el paso. Hasta entonces el acceso será por barco, lo que supone una mayor necesidad de previsión para el visitante pero «un mayor encanto en la experiencia». La embarcación saldrá de Trintxerpe, solo por las mañanas, y los interesados deben inscribirse previamente en el teléfono o la web de Albaola.
Quienes lleguen a esta «factoría marítima» encontrarán su ya mítica nao San Juan, a la que falta un año de trabajo para estar completamente terminada. «La pandemia nos ha parado un año, por problemas de suministros, de personal y de ingresos económicos, con las visitas cerradas, pero cuando retomemos los trabajos calculamos que bastará un año para concluir», explica siempre cauto Xabier Agote. La labor del astillero no ha parado: sus alumnos, llegados de todo el mundo, han acabado un espectacular 'patache', otra embarcación de gran porte, que se presentará en un mes, y avanzan en el pequeño 'sándolo' presentado este jueves.
La nueva embarcación se ha bautizado como 'Laguna' como guiño a la laguna veneciana y por el significado de esa palabra en euskera. «Queremos que sea un símbolo de amistad entre el País Vasco y mi tierra», dice Saul Hoffmann, nacido en la localidad italiana de Pavia, pero residente en Venecia durante años, y aprendiz de Aprendiztegi, la escuela de carpintería de ribera de Albaola. «Estoy feliz de aprender en un sitio como éste. En mi ciudad, Venecia, no hay escuelas así».
Aquí Saul y sus compañeros construyen este barco de seis metros y medio de eslora, casi plano y sin quilla, preparado para navegar por las aguas poco profundas de las islas venecianas. En este caso se trata de un sándolo del tipo 's'ciopón', de los que estaban preparados para la caza. Su nombre se debe al 's'ciópo', un fusil que podía llegar a medir tres metros. Estaba diseñado para navegar en aguas someras fuera de los canales principales, y en caso necesario era fácil levantarlo para pasar sobre tierra, ya que una persona era suficiente para moverlo. Esta embarcación empezó a desaparecer en los años setenta, tras la prohibición de la caza en la laguna. Se maneja de pie, con el remero colocado al estilo de los gondoleros, tal como mostraron el propio Hoffmann y Ioanna Moutousidi, otra alumna de la escuela procedente de la ciudad griega de Chalkida. Estiman que dentro de un mes podrá surcar ya las aguas de la bahía pasaitarra.
La construcción se realiza de manera tradicional, basándose en los planos de Gilberto Penzo, experto de embarcaciones tradicionales del Adriático. Los pequeños barcos tradicionales en Venecia, la góndola incluida, se construyen encima de un soporte llamado cantiér. Esta pieza curva permite dar a la primera tabla del fondo del barco la curva que debe tener. En esta construcción el esqueleto irá en roble y la tablazón en alerce.
Xabier Alberdi, director de Euskal Itsas Museoa y del departamento de Investigación de Albaola, repasó «la relación centenaria, e incluso milenaria», de las culturas marineras del País Vasco y Venecia. La condición de 'ciudad estado' de lugares como Venecia o Génova inspiró el fuero de Gipuzkoa cuando se proclamó «unión de repúblicas independientes». En los siglos XV y principios del XVI barcos de Donostia u Ondarroa transportaban materias como azúcar desde Madeira a Venecia, e Ignacio de Loyola pasó por la república veneciana.
Por eso Albaola se sumó este jueves al 'zorionak' en el 1.600 aniversario de la ciudad de los canales. «Este sándolo será el primer embajador de Venecia en Gipuzkoa, una invitación a tejer una red de asociaciones interesadas en las embarcaciones tradicionales», dijo Agote.
La escuela Aprendiztegi de Albaola reúne a alumnos de todo el mundo que quieren aprender el oficio de carpintería de ribera. Este jueves dos jóvenes hicieron de portavoces para presentar la nueva embarcación de la que se ocupan: Saul Hoffmann y Ioanna Moutosidi. Saul es italiano de Pavia, pero ha vivido muchos en Venecia antes de mudarse a Pasaia para los tres años de formación. Cuando en septiembre acabe quiere volver a Venecia para sacar el título de 'maestro d'ascia'. La joven griega se encuentra también en su tercer año Entre sus planes está volver a Grecia y construir su propio barco. Los dos mostraron el movimiento de cómo se rema en los sándolos, similar al de los gondoleros, aunque aún en dique seco.
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