Bienvenida fundación

Asistimos a la ceremonia de la confusión. Micrófonos abiertos a la alcaldesa de Gijón que convierte una cacicada en noticia nacional. Mientras tanto, en un ejercicio democrático, la buena noticia por la reanudación de los festejos cada vez con más asiduidad, tiene que competir con la de esta señora. No faltaba más; taurinos y animalistas todos tratados por igual.

Alguna primera figura del toreo, sin cuidar imagen ni discurso, se lanza a las redes sociales en un video improvisado, y se rasga las vestiduras ante el insulto político. Más confusión; las plazas se vuelven a abrir a excepción de las de primera: Madrid, Bilbao, Valencia, Sevilla, cerradas. Alguien debería ordenar esto. Todos entran, nunca mejor dicho, al trapo sin mayor reflexión

Este lío, pide a gritos una entidad o institución que ordene, defina una estrategia a seguir; que sea reconocida por todos los agentes del espectáculo, respetada por los medios de comunicación y por la política. Cada uno por su lado, es el caos. «Yo opino, yo creo, hay que», no sirve. La institución existe y se llama Fundación del Toro de Lidia: su presidente y líder Victorino Martín. Y ya se visualiza su actividad: presencia permanente en redes sociales con una imagen actual y atractiva; promoción y organización de espectáculos propiciando la mediación de las televisiones temática y autonómicas; reconocimiento del Ministerio de Cultura y reivindicación del hecho cultural. No es poco. Falta el reconocimiento del liderazgo, y no son solo palabras. Esto supone que empresarios, ganaderos y toreros, sean capaces de negociar y ceder de sus intereses en aras del bien colectivo, precisamente por reconocer el papel de las instituciones que lideran. Todavía hay mucho camino por recorrer. De momento, quedémosnos, con el cartel de 'no hay billetes' en la novillada que propició el pasado fin de semana en Azpeitia.

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