Álex O'Dogherty, actor
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Álex O'Dogherty, actor
«Un buen paso para mejorar la salud mental es no tener redes sociales»El cómico, músico y escritor de ascendencia irlandesa y nacimiento gaditano propone hoy a las ocho de la tarde en la Sala de Cámara del Kursaal que el público se ría con las palabras. Habla en el espectáculo del uso bueno o menos bueno que ... hacemos de ellas, de los límites del humor. Una función para que seamos capaces de decir lo que pensamos y, quizás, para que no seamos tan imbéciles.
– ¿Esta función es un juego de palabras sobre las palabras?
– Me gusta esa manera de describirlo. En su origen fue un homenaje a las palabras y lo sigue siendo porque hablo del mundo de la palabra, de los orígenes de palabras de pueblo, de palabras antiguas o de insultos. Luego ha ido derivando hacia el mundo de la ofensa, a cómo medimos las palabras para no molestar, a los límites del humor. Pero sí, es un homenaje a la palabra.
– ¿Por qué de entre todas las palabras escogió 'imbécil'?
– El título fue lo primero que tuve claro. Llevaba muchos años queriendo hacer un espectáculo que se llamara así, pero no sabía de qué hablar y fue realmente cuando empecé a escribirlo cuando me di cuenta de que la palabra imbécil tenía muchas acepciones, no solo la del insulto. Hacer el imbécil puede ser algo divertido. 'Imbécil' también significa débil, frágil, vulnerable. En su origen latino significa sin bastón, sin apoyo, alguien que habla sin sabiduría. Da mucho juego y como es una palabra que llevaba acompañándome tanto tiempo pensé que era el momento para titular un espectáculo. Que igual era un poco arriesgado, pero afortunadamente no ha salido mal.
– ¿Un imbécil es un tonto con experiencia?
– No lo había visto así, pero puede ser. Es una palabra con mucha personalidad. Es algo más que tonto, una categoría superior porque da más gusto decirla. ¡Esa 'm' y esa 'b' hacen que suene como un trampolín!
– Asegura que estamos condenados a ser unos imbéciles.
– Porque a veces pensamos que no tenemos remedio. Lucho para que seamos capaces de decir lo que pensamos, sin miedo a censurarnos nosotros mismos o a que nos censuren otros. En realidad no digo que estemos condenados a serlo, sino: ¡Vamos a ver si podemos salir de esta! Escribo fundamentalmente para mí, no para la gente. Me gustaría que de la función salgan pensando algo, no digo que lo mismo que yo, pero si que se planteen cosas.
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– Reconoce que primero lo hace para hablarse a sí mismo.
– Así es, para ver si soy capaz de dejar de medir las palabras, capaz de dejar que me afecten tanto porque uno de los principales motivos por los que escribí 'Imbécil' fue porque me sentía como un imbécil precisamente al descubrir que me afectaban tanto los comentarios que veía sobre todo en la redes sociales. Gente que ni sabía quién era ni los iba a ver en mi vida. Daba más importancia a un comentario malo que a los positivos.
– Pero lo de las redes sociales no tiene solución. ¿O sí?
– Lamentablemente creo que no. Por mucho que se trate el tema o que se hable de salud mental. La salud mental es no tener redes sociales. O al menos es un buen paso para mejorarla. Otro tema que me estoy planteando para otro espectáculo es reconocer que no vamos a cambiar el mundo, que no se puede. ¿Qué podemos hacer entonces? Pues intentar mejorar nosotros por lo menos. Porque desde luego a los demás no los vamos a cambiar. Hace unos años podría ser que no tuviéramos consciencia del alcance de todo esto, de todo lo que puedes provocar a un adolescente o, incluso, a un adulto.
– ¿El humor puede aportar algo en todo esto?
– El humor sirve para todo, tiene lugar siempre y con humor se pueden solventar, arreglar y mejorar muchas cosas. El humor siempre es el camino. Y si no lo es, al menos es uno de los mejores caminos para arreglarlo todo. Eso es también de lo que tratamos los cómicos: comunicar al fin y al cabo porque si no...
– ¿Borraría alguna palabra del diccionario?
– Entiendo que cuando se dice eso uno no borra la palabra, sino que desea borrar el significado. Borraría muchas cosas: la guerra, la hipocresía, ese tipo de cosas. Pero fíjate tú que hipocresía es una palabra muy chula aunque no me guste lo que quiere decir. Pero qué vamos a hacer, tenemos que convivir con todas esas cosas.
– ¿Nos escondemos detrás de las palabras?
– Claro que sí, nos enmascaramos. Quiero aclarar que mi espectáculo no habla del poder de las palabras, porque creo que las pobrecitas no tienen poder de nada, son simplemente palabras. Mi espectáculo habla del poder que tenemos los que las usamos. Depende de cómo lo hagamos podemos provocar una cosa u otra. Podemos alegrarle a alguien el día o amargarle la vida, podemos decir una verdad o crear una mentira. Con las palabras podemos hacer muchas cosas y muchos deciden hacer el mal.
– Lleva más de cuatro años haciendo 'Imbécil'.
– Casi cinco, acabamos en diciembre. Hemos estado por todas partes, pero no en San Sebastián. La última vez fui de maestro de ceremonias con el espectáculo musical 'The Hole', pero nunca he hecho un monólogo en Donostia y por fin lo voy a conseguir.
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