Borrar
El sondeo ha suscitado gran expectación.

Ver fotos

El sondeo ha suscitado gran expectación. Michelena

En busca de un pecio en La Concha

Albaola lleva a cabo un sondeo arqueológico en la playa para dar con un barco hundido que aparece en mapas del XVIII. Los trabajos han suscitado gran expectación entre los numerosos viandantes

borja olaizola

Lunes, 24 de febrero 2020, 13:58

La playa de La Concha se ha convertido en la bajamar de esta mañana en un inesperado yacimiento arqueológico. La presencia de una pequeña excavadora retirando piedras y escombros junto al muro de costa a la altura del edificio consistorial ha suscitado una gran expectación entre los numerosos viandantes y turistas que han provechado el buen tiempo para dar un paseo. La máquina profundizaba en la arena en busca de los restos de un barco hundido del que hay constancia documental desde el siglo XVIII. «Cuando se realizaron las obras del Muro de Guardamar, entre 1753 y 1754, se localizaron los restos de una embarcación», relata Xabier Alberdi, director del área de Investigación de Albaola. «En la cartografía de la época se dibujó exactamente dónde estaba el pecio y lo que hacemos ahora es tratar de localizarlo aunque no sabemos a ciencia cierta si seguirá ahí».

Los restos del navío forman parte en realidad de la cimentación del llamado Muro de Guardamar, que se levantó a mediados del siglo XVIII para proteger la muralla de San Sebastián del embate de las olas. Desmantelada la muralla en el XIX, el muro fue aprovechado para como límite occidental de la explanada sobre la que se levantan los jardines de Alderdi Eder. «Se puede apreciar perfectamente desde la playa la parte del muro original, que está en la base, y el añadido que se realizó siglos después», apunta Alberdi.

Fue en la base de ese muro, exactamente a la altura del carrusel de Alderdi Eder, donde los mapas del la época situaban el pecio. «Lo localizaron mientras realizaban la cimentación del muro, que se hizo con pilotes de madera. Se limitaron a dejar constancia en los planos de que allí había un barco porque no solo no lo retiraron sino que lo aprovecharon como cimentación del muro. Es decir, que los restos del navío forman parte de los cimientos de la estructura».

Los trabajos se están llevando a cabo a la altura del muro junto a la casa consistorial donostiarra. Michelena

Los investigadores de Albaola llevaban tiempo detrás del pecio del XVIII. Alberdi, historiador que es también el director del Itsas Museoa de Donostia, cuenta que vio por primera vez el navío en uno de los mapas recopilados hace tres o cuatro décadas por el también historiador Javier Gómez Piñeiro. «Eran planos que se realizaron cuando se alzó el muro para proteger la muralla del mar y en ellos se situaba la ubicación exacta de la embarcación». No se sabe ni la época ni las características de la nave.

«Lo único que sabemos a ciencia cierta es que es anterior a fines del XVIII y que podría tener una eslora de unos cuatro metros, que es el dato que figura en las anotaciones de la época». El objetivo de la investigación es precisamente determinar de qué año es el navío. «Si es un barco del XVIII no es muy interesante desde el punto de vista de la investigación histórica porque se saben bastantes cosas de los barcos de esa época. Si es anterior, la cosa se pondría más interesante porque sabemos bastante menos sobre esas embarcaciones. Lo maravilloso sería que fuese una nave de la época medieval porque arrojaría luz sobre una etapa de la que hay muy pocos datos desde el punto de vista de la construcción naval».

Datar el pecio es el objetivo principal de la excavación. «Si conseguimos dar con ella extraeremos un fragmento para someterlo a la prueba del carbono 14. En función del resultado que obtengamos podríamos decidir avanzar en una prospección más rigurosa». La excavación se realiza aprovechando las mareas vivas de estos días. Son apenas cuatro horas de bajamar que esta mañana se han saldado sin resultado. «Por lo menos hemos retirados los escombros más sólidos para continuar mañana», comenta el responsable de arqueología de Albaola. La excavación se prolongará hasta este miércoles.

Restos de al menos diez barcos hundidos en la bahía

Las aguas de la bahía empezaron a ser surcadas por embarcaciones hace más de dos milenios, así que la lista de restos de barcos hundidos ha de ser necesariamente muy larga. El 'censo' realizado por los submarinistas del Insub, que han rastreado de forma sistemática los fondos de las aguas que bordean el litoral donostiarra, habla de unos diez pecios localizados hasta la fecha. De entre ellos destacan dos: el de los Relojes, llamado así porque está a unos diez metros de profundidad a la altura de los relojes de La Concha, y el de los Flejes, conocido con ese nombre porque se trataba de una nave que portaba un cargamento de barras de hierro. Ambos han sido analizados en diferentes campañas de investigación submarina, aunque ahora están ocultos bajo un manto de balasto para evitar posibles expolios. No obstante, la zona más rica en lo que se refiere a restos de embarcaciones naufragadas está fuera de la bahía. Se trata de Pikatxilla, a la altura de Ulía, un punto negro para la navegación que esconde en sus fondos un vapor alemán de la Segunda Guerra Mundial.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco En busca de un pecio en La Concha