La catedral del Buen Pastor se prepara para restaurar dentro de dos años la fachada izquierda

A la espera de una subvención del Ministerio de Fomento del 75% del presupuesto, el proyecto indica daños en la piedra, las vidrieras y las cubiertas

Sábado, 2 de enero 2021, 08:21

El proyecto está redactado y se ha presentado al Ministerio de Fomento para optar a la subvención del 75% de la obra, pero aún queda un trecho largo, que se calcula en dos años, para que pueda empezar a materializarse la restauración de la mitad Este de las fachadas, incluyendo las vidrieras y las cubiertas, del Conjunto Monumental que forma la Catedral del Buen Pastor.

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Una vez finalizada hace un mes la obra de la torre, con la inauguración de la nueva iluminación del conjunto monumental, ya está en proyecto la continuación de un proceso de restauración que tendrá otras dos fases independientes, correspondientes a los arreglos de cada una de las dos fachadas laterales.

Primero se acometerá la mitad Este, la que se encuentre a la izquierda al mirar hacia la catedral, «por ser la zona más deteriorada y haber sufrido pequeños desprendimientos en los últimos años; y se prevé que las labores continuarán en el futuro con la otra mitad, la Oeste», indica el proyecto de restauración. «Por una parte la restauración de las fachadas engloba la restauración de la superficie pétrea y la de las vidrieras; y por otra, la restauración de las cubiertas engloba las cubiertas inclinadas de pizarra y las cubiertas planas», indica el informe.

El presupuesto para esta segunda fase asciende a 2.166.057,57 eurosy el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, mediante su programa 1,5% Cultural, aportará un 75% de esa cantidad, una vez se haya concedido la subvención, cuya confirmación puede tardar aún «seis o siete meses», estima Koldo Apestegui, responsable de Patrimonio de la Diócesis de San Sebastián. El 25% restante de la financiación tendrá que ser aportado por el Obispado de San Sebastián en colaboración con diversas instituciones. Todo este proceso de preparación puede llevar unos dos años, porque además «hay que esperar a que se vaya solucionando la situación del coronavirus, porque con la pandemia esto es irrealizable. Hay unos problemas humanos muy fuertes que habrá que cuidar antes, aunque el patrimonio sea importante», advierte Apestegui.

El proyecto y las obras estarán dirigidos, como en el caso de la torre, por Zetabi Arkitektura de Bergara, y el equipo formado por los arquitectos Aitor Zubia Azkue, Xabier Zabala Urriategi y Uzuri Larrañaga Zubizarreta, más el aparejador Jesús Laskurain Pérez. «La primera fase de la obra que ha consistido en la restauración de la torre de la catedral ha sido un ejemplo exitoso de colaboración interinstitucional en la defensa y recuperación del Patrimonio Cultural edificado», destaca Aitor Zubia. Además del Ministerio de Fomento, en esa primera fase han intervenido la Diputación Foral de Gipuzkoa, el Ayuntamiento de Donostia y el Obispado de San Sebastián.

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Acometer este arreglo «es importante», considera Apestegui, porque «el material con el que está construida toda la catedral del Buen Pastor es arenisca de Igeldo. Es muy porosa, absorbe mucha humedad y se contamina muchísimo. Pierde masa y se sueltan los elementos».

Además, «las fachadas no se han arreglado nunca en su totalidad, se han podido sustituir pináculos y otros elementos, pero poco más. Hay que hacer un trabajo en la piedra de fijación y sustitución de elementos. Es un trabajo lento y laborioso», añade Apestegui. «La cubierta sí que se restauró hace años».

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Las vidrieras se desmontarán

«Durante la actuación en la superficie pétrea se desalarán, se limpiarán, se consolidarán, se completarán y se hidrofugarán los muros y elementos de sillería», indica el estudio. «En la actuación sobre las vidrieras se desmontarán y se recuperará su planimetría, se restaurarán los estaños y recolocarán con ventilación y protección según las indicaciones de la Asociación Arcove que a su vez sigue las indicaciones del CVMA (Corpus Vitrearum Medii Aevi)», añade el informe.

Se puede dividir la intervención en tres partes bien diferenciadas; por un lado están las superficies pétreas, por otro las vidrieras y por último las cubiertas. «Las superficies pétreas deberán sanearse, limpiarse, desalarse y consolidarse según los resultados de los análisis; además se rejuntearán todas las llagas y tendeles, una vez recuperados los volúmenes de las piezas afectadas».

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En esta segunda etapa en la que se centra el proyecto, se hace un minucioso estudio de la materialidad del edificio, con documentación y clasificación de las patologías, que se realizarán una vez iniciada la obra y montado el andamio, para así tener acceso a todos los puntos afectados.

Daños casi irreversibles

El trabajo a realizar en las vidrieras será la parte más característica de esta fase. Su restauración no se puede realizar en el lugar y será necesario desmontar las vidrieras una por una y trasladarlas al taller. Mientras duren las obras de restauración se protegerán los huecos para evitar que la lluvia y la suciedad entre dentro del templo. En el taller donde se recuperará su planimetría se limpiarán y se restaurarán todas las soldaduras de estaño en mal estado. Finalmente se recolocarán en su posición original, protegiéndolas con vidrios isotérmicos según los criterios de CVMA.

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Las vidrieras presentan «alteraciones y patologías de deterioro que en algunos casos están cerca de ser irreversibles»: pérdidas y fracturas de vidrios, graves pérdidas de pinturas, fracturas y deformaciones de plomos, pérdida de estabilidad de los paneles por fatiga del plomo y oxidación de las estructuras, entre otras.

Las cubiertas de pizarra y remates de zinc tienen deficiencias puntuales que es necesario reparar. Se sustituirán las piezas de pizarra deterioradas y se repasarán los remates de zinc. Se ha detectado que el remate de cumbrera no está engatillado sino solapado, por lo que será sustituido, al igual que los canalones y bajantes.

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Una restauración completa en tres etapas

A mediados del pasado mes de mayo se retiraban los andamios que durante año y medio ocultaban la silueta de la torre. Finalizaba así la restauración del elemento central de la catedral del Buen Pastor de San Sebastián, que culminó con la inauguración de la nueva iluminación el pasado diciembre. Pero esa era solo la primera fase de un proceso que cubrirá entre cuatro y cinco años. Ahora les toca el turno a las dos fachadas laterales, primero la izquierda o Este, para reparar los deterioros y daños en la piedra, las vidrieras y las cubiertas, antes de que resulten irreversibles.

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