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Acompañada en escena por José Saiz, Víctor Sainz, Claudia Taboada, Beatriz Grimaldos y David Huertas, encarna este sábado a las 19:30 horas este papel clásico de la 'Tragicomedia de Calixto y Melibea'. Una mujer de mil caras con la que Anabel Alonso cree que « ... la historia ha sido injusta, quizás porque era libre».
– ¿Es La Celestina uno de los grandes personajes del teatro español?
– Por supuesto, tanto entre los masculinos como femeninos. Hay tres personajes en el teatro español que aportan al imaginario universal: La Celestina. el Quijote y Don Juan. Son referentes.
– No tiene una imagen demasiado positiva, es un personaje oscuro.
– Tenemos la imagen de que Celestina es la causante de todos los males, la lianta. Y cuando lees la obra, tanto la original como la versión de Eduardo Galán que no hace más que condensar el original y no contiene ninguna visión sesgada, entonces ves que simplemente es una mujer del 1500, una superviviente que se busca la vida con más de treinta oficios: hace perfumes, cosméticos, aceites, remienda virgos, es alcahueta... Creo que es la primera pícara de la literatura, tiene que encandilar para que le abran todas las puertas por lo cual necesita caer bien y camelarse a los demás. Me parece que la historia ha sido muy injusta con ella, no sé si porque era una mujer libre y eso no estaba bien visto. Pero para nada es la mala, la siento más como una víctima.
– Este personaje tiene muchas caras, ¿se siente más cerca de alguna de ellas?
– Es que uno de los retos del personaje es que ella es muy buena actriz, mejor que yo incluso porque engaña a todo el que se le pone por delante. Con los poderosos es servil, con las doncellas es zalamera, con los criados es maternal. Tiene mil caras, además de hechicera y unas cuantas cosas más. Es fascinante porque conoce muy bien a quien tiene delante y sabe de qué manera se lo puede llevar a su campo. Sabe a quién ofrecerle dinero, a quién sexo y a quién simplemente su servicio. Me gusta esa mujer para todo, con perspicacia y conocimiento psicológico sobre el que tiene enfrente.
– Dice que hay una idea falsa, de amor romántico, con Calixto y Melibea.
– Ellos lo único que quieren es gozar de los cuerpos y del uno del otro. Nadie les pone ningún impedimento para que se case una rica heredera y un noble con posibles, pero ellos quieren tener su libertad y gozar del amor, del amor físico. Tenemos unos clichés que no son del todo acertados, como esa idea de amor romántico entre Calixto y Melibea a los que muchos ven como si fueran Romeo y Julieta. Y nada más lejos. A Calixto lo que más le interesa son las tetas de Melibea.
– Celestina no es un personaje para actrices jóvenes. ¿Le ha llegado en un buen momento profesional y vital?
– Totalmente. Es más, dicen que Celestina es una vieja de 60 años ¡y yo los cumplo el año que viene! Pero es verdad que todas las intérpretes que lo han hecho antes además de grandes actrices de este país eran más mayores porque existe esa visión de una mujer más ajada.
– También es un papel que no se puede hacer sin tener ya una carrera teatral importante.
– Es verdad, es como la Bernarda de Lorca, personajes que tanto para que te los ofrezcan como para hacerlos tienes que contar con un recorrido importante. Es de esos personajes que también son un antes y un después.
– ¿Puntúa doble?
– Para una actriz seguro que sí. Visto desde fuera también aunque en esta profesión algo puede tener repercusión o no. Pero para mí profesional y personalmente es un premio, un punto de inflexión y tomarme otra medida. Sacar adelante este personaje ya te pone en una tesitura de enfrentarte a las trágicas y a todo tipo de papeles.
– Eduardo Galán dice que el motivo del esta obra es el 'carpe diem'. ¿También le parece una buena forma de ir por la vida?
– Es la forma. Muchas veces se nos olvida y lo perdemos de vista, pero es así. Vivamos el momento, la vida es corta y hay que sacarle todo el jugo posible. La triste noticia de la muerte de Itziar Castro nos ha puesto delante eso que siempre pensamos cuando desaparece alguien: que en un momento estás y al siguiente puedes no estar. Creo que se trata de algo más allá de lo efímero y de no saber cuándo vamos a dejar de estar aquí. Mejor aprovechar este tiempo y todo lo que nos pueda ofrecer la vida, sacarle hasta la última gota. Lo que pasa es que nos perdemos con las cosas pequeñas y perdemos de vista esa máxima, pero hay una frase que dice celestina cuando está hablando con Melibea en la primera escena que están juntas , cuando le dice que «nadie hay tan viejo que no pueda vivir un año más ni tan mozo que no pueda morirse hoy mismo». Así que a vivir la vida. Lo intento.
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