La Basílica de Loyola ha sido escenario este martes del preestreno de la película sobre San Ignacio.

San Ignacio, un patrón de película

La basílica de Loiola ha acogido este martes el preestreno del largometraje sobre el fundador de la Compañía de Jesús

borja olaizola

Martes, 6 de junio 2017, 22:23

Hay santos con vidas marcadas por la monotonía y santos cuyas biografías parecen sacadas de un libro de aventuras. La de Ignacio de Loyola, el patrón de Gipuzkoa y Bizkaia, pertenece sin ningún género de dudas a la segunda categoría. Iñigo López de Recarte, el benjamín de trece hermanos, fue un hombre de acción que tuvo una trayectoria vital marcada por las pasiones. Pasiones primero terrenales como corresponde a un cortesano con voluntad de hacer fortuna en el que era entonces el reino más poderoso del planeta. Iluminado por esa ambición, Iñigo no dudó en empuñar la espada y arriesgar su vida en el ejército del emperador Carlos I cuando los franceses intentaron tomar Pamplona. La bala de cañón que estuvo a punto de matarle en el sitio de la capital navarra puso fin a esa etapa de anhelos terrenales e inauguró otra marcada por los arrebatos espirituales que le llevaría a fundar la Compañía de Jesús.

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Todo eso se cuenta en Ignacio de Loyola, el largometraje que se ha proyectado en la tarde del martes en la basílica del Santuario de Loiola. El templo, epicentro espiritual de la Compañía de Jesús, ha sido el lugar escogido por la productora de la película para su preestreno en España. «No se nos ocurría mejor sitio para hacerlo», confiesa el director de la cinta, el filipino Paolo Dy, que se ha convertido en una autoridad en materia ignaciana después de todo lo que ha leído y estudiado para escribir el guion.

El equipo que rodó la película se dio cita en la basílica para asistir a la premier capitaneado por el actor madrileño Andreas Muñoz, que ha sido el encargado de interpretar al santo. Muñoz, de 27 años, recordó en el acto que conseguir el papel se convirtió en su obsesión en cuanto se enteró del proyecto. «Como no pude ir al primer casting en Madrid porque estaba haciendo Hamlet en Londres, envié a mi hermano menor con el mensaje de que consiguiese el papel para mí de la forma que fuese».

El actor indicó que la dualidad del personaje fue todo un reto profesional. «Iñigo es un hombre de pasiones, un cortesano y un soldado, mientras que Ignacio representa la espiritualidad. Como solía decir cuando hablaba con el director, Iñigo es el fuego mientras que Ignacio es el agua; dar vida a dos personalidades tan diferentes en un mismo personaje ha sido el mayor desafío de mi carrera».

Aunque el santo guipuzcoano ha inspirado decenas de libros, se han rodado muy pocas películas en torno a su figura. Hay que remontarse al año 1949 para toparse con El capitán de Loyola, una cinta con guion de José María Pemán que pasó sin pena ni gloria por las pantallas. La producción del largometraje que se ha estrenado en Gipuzkoa ha corrido a cargo de Jesuit Communications Foundation, una fundación ligada a la provincia filipina de la Compañía de Jesús. La película, asegura su protagonista principal, tiene factura hollywoodiense y ha funcionado muy bien en Filipinas, donde se estrenó el año pasado.

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La favorable acogida del público asistente a la proyección en la basílica es un buen augurio para Ignacio de Loyola, que comenzará la próxima semana su andadura comercial por las pantallas. Entre los espectadores más satisfechos estaban el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, y el rector del Santuario de Loiola, Juan Miguel Arregui.

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