Cuando el año pasado se proyectó en los festivales de Toronto y Donostia (donde el actor que encarna a ese padre que ya ha pedido la memoria y no recuerdaque fue romántico, feroz y una vez agresor sexual recibió el pemio a la Mejor Interpretación) ... este filme, que tiene momentos de una belleza visual tremendos como cuando las flores de un cerezo caen sobre las manos quesostienen el diario de una mujer de la que solo sabemos que 'ya no está aquí', duraba 150 minutos. Muchos comentaristas arguyeron que era un metraje exesivo y el director remontó la película dejándola en 133 así que no se extrañen de que tal vez sientan ustedes algunos cabos sueltos.

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Sin embargo, no los confundan con los puntos misteriosos del relato, con aquello que el guion y la dirección quieren dejar en las sombras, en la sospecha, entre lo que no se dice, no se sabe del todo; lo insinuado, lo sospechado, lo leído entre los renglones torcidos del Destino.

  • Dirección Kei Chikaura

  • Guion Chikaura, Keita Kumano.

  • Foto Yutaka Yamasaki.

  • Intérpretes Mirai Moriyama, Tatsuya Fuji, Hideko Hara,Yoko Maki

  • Cine: Antiguo Berri (V.O y doblada). 133m

Es muy bella de palabra e imagen esta película. El protagonista, el hijo de ese hombre balbuceante y enfurecido que vivió una historia de amor como no ha habido muchas, es actor y la obra que ensaya tiene, sobre todo en los pulsos finales, frases de esas que resuenan con el espectador. Espectador para quien algunos críticos han buscado referencias no del todo descaminadas como 'El padre','Drive My Car' o 'Memories of Murder'.

El filme es ambicioso y tiene una potente y bien sostenida estructura de puzzle que le sienta bien a la narración por más que por algunos instantes parezca quizás algo desigual. Relato doloroso, los planos están amasados en tristeza, soledad y, de nuevo, misterio. Hay rencor, cartas de amor espléndidas, discuros funerarios balbuceantes, una serenidad devorada por los fantasmas de cada quien, una cámar que se maneja bien en una casa que ya es solo hogar revuelto. Un viejo, una cartera. Y un diario, sí.

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