Crítica de 'Un funeral de locos': Este muerto está muy muerto

Desde 2010 las televisiones generalistas y plataformas han hecho que hayamos visto muchas veces las dos versiones del funeral loco. El momento en que el hijo descubre que quien ocupa el féretro no es su padre, el invitado que se toma un cóctel de alucinógenos y se dedica a bailar desnudo por el tejado, el pretendiente extremadamente pelma, cuando se cae y abre el ataúd, el intento de chantaje...

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A Bowfinger International Pictures, la productora de Santiago Segura y María Luisa Gutiérrez (ya anuncian 'Padre no hay más que uno 5'), le ha parecido que no teníamos suficiente y nos ofrece, quince años después, la versión española de la misma historia, con la única variación de que la sitúa en Euskadi y uno de los asistentes al funeral es el lehendakari (eso sí, se desaprovecha cualquier oportunidad de hacer humor al respecto).

El guion de 'Un funeral de locos' es prácticamente idéntico al de 'Un funeral de muerte' y el amplio reparto español cumple sin entusiasmar. Acaso la comedia diga algo a aquellos espectadores que no vieran sus precedentes, pero en la sesión a la que acudimos las risas brillaron por su ausencia.

En fin, que estamos ante un producto industrial innecesario y carente de imaginación, al que ha prestado su apoyo la Diputación Foral de Gipuzkoa. Sus escenas han sido rodadas en San Sebastián, Irun y Chillida-Leku.