La actriz Jone Laspiur, en El Peine del Viento en 'Ciento volando'.

Cien 'chillidas' vuelan en pantalla

Estreno. El poético filme de Arantxa Aguirre llega este viernes a las salas, con la presencia emocionante de Koldobika Jauregi

Mitxel Ezquiaga

San Sebastián

Viernes, 10 de enero 2025, 01:00

El universo de Chillida es ilimitado, y quizás por eso la directora Arantxa Aguirre no quiere resumir 'todo Chillida' en hora y media: apuesta por una mirada poética y emocionante sobre la figura y la obra del artista donostiarra. Al terminar uno se queda con ... ganas de saber y ver más, y es quizás el mejor elogio. El título del documental, 'Ciento volando', es toda una declaración de intenciones. El artista decía que prefería «cien volando que pájaro en mano» y Aguirre ofrece el vuelo de 'cien chillidas', tantos como testimonios, en una película extremadamente cuidada en su fotografía y sonido.

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Llega este viernes a las salas (el Príncipe, en el caso de Donostia) este filme que forma parte de los actos incluidos en el centenario. La actriz Jone Laspiur (también licenciada en Bellas Artes) sirve de hilo conductor por una película centrada sobre todo en los espacios físicos de El Peine del Viento y Chillida Leku y recoge valiosos testimonios de personas cercanas, aunque la mayor fuerza radica en los propios materiales de archivo donde aparecen la voz o las imágenes del artista. Queda pendiente la gran película basada en la potencia sencilla de sus palabras y el retrato de su mirada curiosa.

Hay aportaciones luminosas, como el relato del arquitecto Joaquín Montero sobre cómo se gestó la obra del caserío Zabalaga, y otras entrañables, como la de Koldobika Jauregi, grabada solo unos meses antes de su repentina muerte. Sus reflexiones sobre el arte y la vida quedan como un inesperado testamento.

Miguel Zugaza, Kosme Barañano o Andrés Nagel figuran entre quienes pasean por Chillida Leku y hablan, y la película cobra también vuelo cuando aparecen Ignacio Chillida, Mikel Chillida, Mireia Massagué y todo el personal del museo, incluido su jardinero Jexuxmari Ormaetxea. El filme se disfruta si uno se contagia del sentido del tiempo que tenía Chillida: si prefiere el ritmo de las películas de superhéroes, vaya a la sala de al lado.

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