Crítica de 'La acompañante': Hacer jailbreak con tu sexbot

Esta macanuda película, sexi, peligrosa, un poquito (solo un poquito) gore, bastante negra y criminal pero con tonalidades (y discurso también) a lo 'Barbie', cuenta de manera absolutamente brillante y trepidante, haciéndole guiños (como ya han detectado los colegas de 'Fotogramas') a 'Terminator' y 'Thelma y Louise', lo que puede pasar cuando dos tontolabas, muy tontolabas pero malamente odiciosos hacen 'hailbreak' con sus 'sexbots', desencadenando 95 minutos de sabroso y sarcástico cine que va mucho más allá no solo de las leyes robóticas de Asimov sino de la liberación de la mujer porque ahora quien cobra conciencia de su opresión (como Pris, Zhora y tal vez Rachel en 'Blade Runner') es una robot. Bonita vuelta de tuerca, hermanas.

'La acompañante' es sencillamente pistonuda, retorcida, romántica y radicalmente malvada. No hace falta llegar a la escena entre el ayudante del sheriff y la novia vestida de rosa (sangre) de Josh, escena bilingüe alemán/inglés, para darte cuenta de que estás delante de todo un peliculón pero palabra que ese momento y la escena final son como para levantarse y aplaudir.