Crítica de 'Basatiak': La muchacha pantera

No, no va de 'outsider' o de 'tapada' en nuestra cartelera. Tiene todo el derecho y todos los galones para quedarse un tiempo largo. Dirigida por el autor de 'La vida de Calabacín' (tan guapa), con los muñecos creados en plastilina por Joana Leitao, que trabajó con Wes Anderson en 'Isla de perros', maravillosamente animada mediante la inmortal técnica, oro puro vintage, del 'stop motion' (en un día de trabajo el equipo de animadores, encabezado por alguien que colaboró con Del Toro en 'Pinocho', se daba por satisfecho si sacaban adelante ¡4 segundos! de metraje), con los paisajes de la selva de Borneo dibujados, pintados, matizados con tal exuberancia que se diría que las plantas rezumasen savia, agua, leche y miel, con unos animales que para nada son los bufoncitos habituales sino que rugen, cazan, amamantan y protegen, con un respeto máximo a la tribu de los Penan, algunos de cuyos miembros participaron en la elaboración del guion, firmado también por un historietista y por una filósofa, cuentista, ensayista y música canadiense, 'Basatiak' tiene un mensaje nada dulzón. Ecologista, sí. Pero también político. Y juega muy lindamente al mix/remix de culturas. ¿Por qué no vas a ser indígena y ponerte un tema de Alan Vega ('la oveja electro del punk' le dicen) mientras haces la colada? ¿Por qué no vas a detener a los malvados haciendo viral vía móvil sus felonías contra la Naturaleza. 'Basatiak', honor y gloria.