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Luis Tosar el pasado marzo durante el rodaje en Pasai SanPedro de 'La infiltrada',de Arantxa Echevarría. USOZ
Dos películas, misma trama: una 'topo' en ETA

Dos películas, misma trama: una 'topo' en ETA

'La infiltrada', de Arantxa Echevarría, y 'Un fantasma en la batalla', de Agustín Díaz Yanes, se graban en Gipuzkoa con unas semanas de diferencia

Lunes, 15 de abril 2024, 02:00

Apenas ha dado tiempo a que el equipo del rodaje de 'La infiltrada' se despidiera de Donostia cuando ya está entrando el de 'Un fantasma en la batalla'. Ambas comparten la misma temática, una 'topo' en las filas de un comando de ETA en los años 90. No es la primera vez que se da una circunstancia así, hace cinco años coincidieron en tiempo y lugar, Gipuzkoa, la grabación de dos series que también trataban de lleno el terrorismo de la banda armada, eran 'Patria', una radiografía de la sociedad vasca bajo la violencia de la banda armada, a partir de la novela de Fernando Aramburu, y 'La línea invisible', sobre el primer miembro de la organización que mató y también el primero en morir, Javier 'Txabi' Etxebarrieta.

Con un inicio argumental casi idéntico, los filmes que ahora se están produciendo están inspirados en la policía nacional Elena Tejada, la única mujer infiltrada en un comando, en su caso como Aranzazu Berradre, salvo que en el caso de la película de Agustín Díaz Yanes la reconvierten en una guardia civil. A medida que avanza el argumento, mientras la trama de la película dirigida por Arantxa Echevarría para Movistar es más fiel a los hechos reales, la de Netflix se despega de ellos y apuesta por una historia más ficcionada. Por ejemplo en 'La infiltrada' se ha recreado el asesinato de Gregorio Ordóñez, con la aprobación de su familia, en La Cepa, en el mismo lugar donde ocurrió realmente.

La película de Díaz Yanes en un principio se titulaba 'Santuario', y es así como aparece en la página web de la agencia donostiarra Modfie, encargada de la figuración. Ahora, y también de forma provisional, se ha renombrado como 'Un fantasma en la batalla'. Netflix, a través de la productora de Juan Antonio Bayona, con sus socias Sandra Herminia y Belén Atienza, está detrás de la película. El guion es del propio Díaz Yanes que hace siete años que no dirigía y que ha optado por unir en un mismo personaje, una guardia civil procedente del sur de España interpretada por Susana Abaitua, experiencias de distintos agentes.

Para Echevarría, ser bilbaína le hace ser más prudente a la hora de adentrarse en la escritura y dirección de la película. «Alguien que no ha vivido tan directamente el tema puede ser más kamikaze y tener menos cuidado con los callos que pisa. Yo no me olvido en ningún momento de las víctimas», señala.

«En ocasiones no sabíamos si íbamos a poder estrenar. Era una situación más incierta que la actual»

Imanol Uribe

La realizadora se confiesa «feliz» porque «la gente joven ya no sabe quién es ETA, por eso conlleva más responsabilidad explicar bien cómo era el conflicto en la época del plomo, una barbaridad, donde se mataban civiles, políticos...».

Abundan los documentales, pero cada vez más también la ficción y no es una moda reciente. Ya en 1977 José Luis Madrid y su 'Comando Txikia' plasmaron el asesinato de Carrero Blanco, como dos años después lo haría Gillo Pontecorvo en 'Operación Ogro'.

Pionero

Si hay alguien que desde el principio ha puesto su mirada en esta cuestión es Imanol Uribe. Para el director nacido El Salvador, pero donostiarra de corazón, ahora hay una diferencia fundamental respecto a sus inicios: «En aquel momento todos estaban en activo y la situación en la que empezabas un proyecto podía ser una y cuando lo terminabas un año después igual había cambiado radicalmente. En ocasiones no sabíamos si íbamos a poder estrenar. Era una situación, lógicamente, más incierta que la actual a la hora de enfrentar estos proyectos».

El documental 'El proceso de Burgos' fue su primera incursión en 1979 y «la realizamos en cooperativa». Dos años después estrenó 'La fuga de Segovia', producida por Ángel Amigo. Fue en 1983 cuando sufrió directamente todos los obstáculos a los que había que enfrentarse cuando se incluía a ETA en un guion. En su caso fue 'La muerte de Mikel'. «La verdad es que sí, tuvimos muchas dificultades para ponerla en pie. Los productores éramos Javier Agirresarobe y yo y hubo de todo. La rodamos en situaciones extremas, muy complicadas, pero lo conseguimos».

«Para hacer comedia sobre un tema tan duro es necesario perspectiva, que haya pasado un tiempo»

Borja Cobeaga

La evolución de la situación política y de la sociedad también se plasmó en sus películas y una década después, en 1994, 'Días contados' ganó la Concha de Oro. Después rodó 'Plenilunio' y hace una década 'Lejos del mar', sobre un etarra que gracias a la doctrina Parot sale de la cárcel. «Es un tema que tuvo y tiene secuelas. Fue muy importante en mi generación, pero también en las posteriores».

Desde el humor

Entre esas generaciones posteriores se encuentra el donostiarra Borja Cobeaga, que ha escrito y dirigido 'Negociador' y 'Fe de etarras'. En la línea de su filmografía, para estos dos trabajos optó por el humor: «Una especie de venganza contra la realidad. Hemos podido estar atenazados al vivir in situ y ver las víctimas». El hecho de que fuera uno de los guionistas de 'Vaya semanita' ha influido en su forma de abordar el tema. También reflexiona que para hacer comedia sobre un tema tan duro «es necesario perspectiva, que haya pasado un tiempo».

¿Pero hasta qué punto se puede hacer humor con una cuestión tan sensible como es la violencia terrorista de ETA? Cobeaga cree que la fórmula está en mezclarlo con delicadeza, a lo que hay que añadir prudencia y un sentimiento de cercanía. «Yo tengo un punto de vista propio y cercano porque lo he vivido desde pequeño». Esto tampoco significa, comenta, que miradas ajenas al País Vasco no puedan rodar películas sobre este tema. «Se cuenta de forma diferente pero 'Operación Ogro' (1979) de Gillo Pontecorvo, sobre el atentado a Carrero Blanco, es un título buenísimo, y lo mismo sucede con 'Maixabel' (2021) que la dirigió Iciar Bollaín. En todo caso, yo igual puedo transmitir la sensación de hartazgo que tenemos en Euskadi».

«Se ha producido un progesivo alejamiento de las posturas que simpatizaban más con la causa»

Pilar Rodríguez

Pilar Rodríguez, que ha realizado varios estudios sobre cine y violencia, considera que política y ficción siempre han estado unidas en las películas sobre ETA, «basta recordar 'Días contados' para ver la construcción ficcional que se hacía en torno a la vida de un militante de ETA. Más bien se ha producido un progresivo alejamiento de las posturas que simpatizaban más con la causa paralelo al que se ha llevado a cabo en la sociedad, y se ha producido un acercamiento a las víctimas en películas como 'Maixabel'».

Una de las investigaciones de la profesora de la Universidad de Deusto se ha centrado en las mujeres directoras vascas y considera que en las películas sobre ETA que éstas han dirigido «hay otra mirada de género, sobre todo si la protagonista es una mujer. El ejemplo más claro es 'Yoyes' (2000) de Helena Taberna, que construye un personaje complejo al que la cámara muestra mucho respeto y sin asomo de la sexualización o voyeurismo presente en otros cineastas».

Por último, entiende que «la mayoría de las realizadoras y realizadores que se han centrado en el tema de ETA han sido vascos» y recuerda nombres como Ana Díez, Imanol Uribe, Julio Medem, Antton Eceiza, Gorka Merchán o Aitzpea Goenaga. «Es lógico que el propio contexto empuje a acercarse a un tema que ha marcado tan decisivamente la vida del país durante tantas décadas».

«Cada vez se muestra más la crueldad de la violencia de ETA»

El director del Zinemaldia, José Luis Rebordinos, ha vivido en directo la evolución del tratamiento cinematográfico que se ha dado a la violencia en el País Vasco: «Ha ido adoptando mayoritariamente un tono parecido al posicionamiento en cada momento de la sociedad vasca. Frente a unas primeras películas que mostraban cierta tolerancia, no siempre, al hablar de la ETA antifascista, como 'Operación Ogro' o 'La fuga de Segovia', poco a poco el cine va mostrando más la crueldad y la injusticia de la violencia de ETA. Anunciado el fin de la violencia comienzan a realizarse muchas más películas desde los más variados puntos de vista». Esa variedad es «sobre ETA y la resistencia frente a su violencia, como 'Maixabel', 'Gesto' (2022) o las películas de Iñaki Arteta (cuya obra fue siempre anti ETA y anti nacionalista), pero también sobre la violencia ejercida por la extrema derecha o el Estado español, como 'Sagarren denbora' (2010), 'Karpeta urdinak' (2022), o 'Bi arnas' (2022). Pienso que poco a poco, podremos ver más películas sobre nuestro pasado reciente y realizadas desde puntos de vista más diversos».

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