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Visto ahora con la perspectiva que da el tiempo, aquel proyecto fue el resultado de una locura. O quizás de varias locuras que convergieron ... en el mismo lugar y en el mismo tiempo. Se cumplen ahora cuarenta años del estreno de 'La fuga de Segovia', la primera película de ficción de quien entonces era apenas un treintañero que dos años antes había rodado el documental 'El proceso de Burgos'. «La sensación que tuve el primer día de rodaje, cuando llegué a un colegio en derribo de Tolosa y vi todo aquel equipo de gente gigantesco, fue casi de ataque de pánico y me entraron ganas de salir corriendo y olvidarme de aquello porque de repente era una responsabilidad tremenda. Palabras mayores», confiesa Imanol Uribe (El Salvador, 1950).
El cineasta participará este fin de semana en la charla que en torno a la película tendrá lugar el viernes en la Casa de Cultura Ernest Lluch –junto al productor y participante en la fuga, Ángel Amigo, el actor Xabier Elorriaga y la cantante Amaia Zubiria– y junto al propio Amigo en la proyección especial que Filmoteca Vasca ha programado al día siguiente en la sala de cine de Tabakalera.
Exposición inauguración el viernes, en la C.C. Ernest Lluch.
Charla Imanol Uribe, Ángel Amigo, Xabier Elorriaga y Amaia Zubiria. 19.00 h. Ernest Lluch. Invitaciones en amarakulturetxea@donostia.eus
Proyección sala de cine de Tabakalera. Sábado, 19.00 horas. Presentación con Imanol Uribe y Ángel Amigo.
En opinión del director de Filmoteca, Joxean Fernández, la cinta es «un hito en nuestra cinematografía por parte de un director clave. Con 'El proceso de Burgos' Imanol Uribe demostró que se podían hacer películas sobre temas vascos, algo que no sucedía desde diez años antes, con 'Ama Lur' y poco a poco se va a la ficción». Coincide Joxean Fernández con el propio Uribe en que bajo el influjo de directores 'políticos' de la época, como Costa Gavras, el cineasta también tuvo como referencia «películas como 'La fuga de Alcatraz' (1973, Don Siegel). Va rebajando poco a poco la carga política hasta llegar a la ficción total de 'La muerte de Mikel'».
Imanol Uribe asegura que aún se reconoce en aquel joven director que se embarcó en una aventura de tales dimensiones que hasta durante alguna época coqueteó con la idea de hacer una película sobre aquel rodaje. «Sí, aún tengo cosas que ver con el individuo que hizo aquella película». Admite, sin embargo, el punto de osadía que requirió embarcarse en semejante proyecto, sin mayor experiencia, con un presupuesto cogido con alfileres y en un contexto histórico convulso. «Es verdad que era muy osado en aquel momento, pero como hay que ser a esa edad».
Basten como ejemplos que el presupuesto inicial de quince millones de pesetas se cuadruplicó —con el consiguiente problema financiero– y que los permisos para usar uniformes de la Guardia Civil, vehículos con distintivo y armamento, se pidieron a la Dirección del citado Cuerpo precisamente en la mañana del 23 de febrero. Uribe no recuerda ese detalle pero sí que aquella tarde «estábamos en la oficina de producción, en el antiguo Hotel María Cristina, y llamó por teléfono una periodista para decirme que había entrado la Guardia Civil en el Congreso y que parecía que había un golpe de Estado. Me giré, se lo dije a los que estaban trabajando en la oficina y salieron todos corriendo. Sólo nos quedamos el ayudante de dirección, Benito Rabal, y yo». Por lo demás, el afán perfeccionista de Ángel Amigo, «que quería que reprodujéramos todo con exactitud», obligó a «repetir algún día de rodaje para que todo se ajustara con precisión a sus recuerdos».
Hoy en día, igual que hace cuarenta años, Imanol Uribe recalca que «queríamos hacer una película de ficción, aunque tuviera un evidente trasfondo vinculado a la realidad. No había tradición en Euskadi de rodar este tipo de filmes, ni de rodar casi nada en realidad. Se habían hecho muy poquitas cosas. El reto era hacer una película de ficción y del género de aventuras, lo cual entrañaba bastantes dificultades técnicas para aquella época».
En este sentido, Joxean Fernández apunta que el filme «sigue teniendo una carga histórica y política muy importante. Creo que no se pudo pisar el acelerador del suspense porque la historia está narrada desde un único punto de vista y eso jugó para que en ese aspecto fuera un punto menor». Uribe, por su parte, confía en que 'La fuga de Segovia' «aún se vea bien. A mí se me va a poner la carne de gallina, pero ya veremos cómo ha aguantado el paso del tiempo». El cineasta reconoce que hace un cuarto de siglo que no la ve «y entonces lo hice porque tuve que hablar de la película con motivo de la publicación de un libro sobre mi obra. Qué lectura se hará ahora de esta cinta es algo que hay que valorar desde fuera, yo soy incapaz de analizarlo».
La película se estrenó en el Festival de Cine de San Sebastián de 1981 y salió con el Premio de la Crítica Internacional, lo cual propulsó su carrera en la taquilla vasca, pero no tanto fuera de aquí. «Tuvo mucho éxito en su proyección en el Zinemaldia y en su distribución, fue como un tiro en Euskadi, pero fuera el éxito se aminoró mucho porque el tema generaba aún bastante rechazo». Con todo, a comienzos de 1982 había recaudado más de 45 millones de pesetas en taquillaje, la mayor parte en Euskadi, «en donde está superando las cotas de 'La guerra de las galaxias' o 'Los supermanes'», comentaba por aquel entonces Imanol Uribe.
El llamado 'conflicto vasco' siempre ha sobrevolado o directamente protagonizado buena parte de las películas de este director, cuya última incursión en el tema con 'Lejos del mar' no terminó de cuajar, puede que porque la película llegó quizás antes de tiempo. Joxean Fernández explica que «cuando hizo 'El proceso de Burgos' parecía el cineasta de Herri Batasuna, con 'La fuga de Segovia', el de Euskadiko Ezkerra, y luego ya, alguien más cercano al Partido Socialista. Son etiquetas que se le han puesto, no necesariamente compartidas por el cineasta. Lo que sí hay en su trayectoria es un viaje ideológico».
Ahora, Uribe aguarda el estreno de 'Llegaron de noche', previsto para comienzos del próximo año y en la que aborda el asesinato de los jesuitas en la Universidad de El Salvador, a manos de los militres, en 1989: «Los productores me tienen escasamente informado, como es habitual, pero mis últimas noticias es que se estrenará en enero porque después de la pandemia hay un 'overbooking' de películas tremendo» que ha generado un cuello de botella en las salas.
El responsable de la Filmoteca Vasca considera que, especialmente entre el público más joven, la contextualización de la película es muy conveniente. «Un espectador joven verá todo esto lejano lejano. Por eso es importante contextualizar con la exposición -organizada por Donostia Kultura, con fondos fotográficos de Jesús Uriarte y otros materiales del rodaje- y el debate que se celebrará el viernes en la Casa de Cultura Ernest Lluch (19.00 horas) porque la película está rodada un lustro después de la fuga. La película se entiende peor sin todo ese contexto».
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