Ernest Lluch en Donostia en una imagen que forma parte del documental que ahora se estrena. En blanco y negro, Josep Morell, director del documental I. Pérez

Josep Morell: «La emoción al grabar el documental sobre Ernest Lluch era tan intensa que teníamos que parar»

Se cumplen 20 años del asesinato de Ernest Lluch, «un renacentista seducido por Donostia que quiso entender a los vascos». El martes se estrena la película sobre su figura

Mitxel Ezquiaga

San Sebastián

Domingo, 21 de junio 2020, 08:07

Dice el periodista y cineasta Josep Morell que «nunca hemos tenido que parar un rodaje tantas veces: la emoción impedía seguir hablando a los protagonistas». El recuerdo de la figura libre de Ernest Lluch y de su asesinato conmociona ante las cámaras a ... sus amigos Gemma Nierga y Félix Lobo, al exalcalde donostiarra Odón Elorza o a su hija, Eulalia Lluch. «No queríamos recrearnos en el dolor, pero sí dejar constancia de la huella tan profunda que dejó aquel personaje que era a la vez un renacentista capaz de interesarse por todo y un ilustrado», explica Morell.

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Este martes se estrena el teatro Principal de Donostia el documental 'Ernest Lluch, libre y atrevido', en el marco del 'mini' Festival de Cine y Derechos Humanos, retrasado en el tiempo y reducido por culpa de la pandemia. «Es el estreno absoluto ante el público, porque solo lo hemos proyectado antes una vez como una actividad interna dentro de la propia Fundación Lluch», remarca Morell, codirector junto a Jordi Vilar del documental, coproducción de ETB, TV3 y TVE y producido por los catalanes de Ottokar Editora Audiovisual y la empresa vasca Grupo Proyección.

Modernizador de la Sanidad

El 21 de noviembre se cumplen veinte asesinatos de un hombre «enamorado por Donostia desde que su madre le habló de la ciudad y empeñado en entender a los vascos», según el director. E incluso obsesionado en plantear soluciones al conflicto que terminaría segando su vida. El documental arranca con la voz de José Ramón de la Morena interrumpiendo 'El larguero' de la Ser para dar la noticia. A partir de ahí el audiovisual va dando saltos en el tiempo para reflejar «las inabarcables vidas de un hombre que fue el ministro que modernizó la Sanidad española, rector de la Menéndez Pelayo, creador de una escuela de economistas, melómano y amante del fútbol...».

Recuerda Josep Morell que Lluch tenía carnets de tres clubs: Barça, Betis y Real Sociedad. Cuenta su hija que a los 17 años el político y economista conoció San Sebastián y anunció que un día tendría casa en la ciudad. Fue muchos años después: compró un piso junto al Paseo Nuevo sin vistas al mar, pero se las ingenió para colocar en la ventana un retrovisor de camión que sí permitía divisar el Cantábrico. Era socio del Orfeón Donostiarra, habitual de la Quincena Musical y miembro de Elkarri. En esa colección de carnets se refleja la variada personalidad de Lluch.

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«Para mí fue un asesor que me ayudó mucho en momentos complicados», recuerda Elorza en el documental. Y rememora también el mitin de la Plaza de la Constitución en el que el político asesinado respondía a un grupo de radicales de la izquierda abertzale que trataba de reventar el acto. «A veces me siento responsable y me pregunto si aquello no tuvo que ver para que ETA lo colocara en la diana», confiesa ante la cámara Odón Elorza. Ramon Etxezarreta, 'telonero' de aquel mitin, glosa también la personalidad de Lluch, al igual que Alberto Surio, periodista de El Diario Vasco. «Su empeño en tender puentes probablemente le costó la vida», afirma Surio. Lluch, ese sabio «libre y atrevido», como le llaman sus amigos, «que iba y venía de Donostia a Barcelona en autobús», como rememora Elorza, se involucró a fondo en el conflicto vasco. «Quiso dialogar con todos para entender las razones, porque para él el diálogo era una herramienta fundamental, para convencer al otro,para que el otro le convenciera o al menos para tratar de comprender», resume Morell.

«Sentía que lo iban a matar»

Lluch llegó a plantear «soluciones imaginativas» de la mano de su amigo Herrero de Miñón. Como dice Maixabel Lasa, «cuando mataron a mi marido, Juan Mari Jauregi, Lluch dijo que él podía ser el siguiente». El economista Antón Costas, íntimo colaborador del político, también revela que el exministro «había interiorizado en cierta forma que le iban a matar». Y la hija, Eulalia Lluch, cuenta cómo su padre recibió una carta de amenaza de ETA en su domicilio de Barcelona, «aunque solo lo supo la señora que venía a ayudar a casa».

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La noticia del asesinato, en DV, incluida en la película de Josep Morell y Jordi Vilar

La violencia que tanto investigó lo asesinó en el parking de su casa la noche del 21 de noviembre del año 2000. El documental narra la manifestación posterior a la muerte, con la llamada al diálogo lanzada por Gemma Nierga ante un Aznar o un Pujol desconcertados. «Pero no queríamos centrarnos solo en la cuestión vasca y de ETA, y por eso abordamos también las otras facetas», explica Morell, veterano periodista catalán y productor de numerosos espacios para televisión. «Ernest Lluch fue una de las personas que ayudó a poner los cimientos para hacer de España un país moderno con la implementación de la Sanidad pública universal y gratuita, y bien está recordarlo en estos momentos», dice el director. «La reforma de la ley de Sanidad costó tres años de trabajo y la oposición de muchos intereses creados». Uno de sus colaboradores evoca en el documental que tras una dura de aquellas tensas negociaciones «Ernest salió a vomitar: no podía más».

Estreno en el Principal

El documental también se adentra en el papel de Lluch dentro del socialismo catalán y valenciano, sus divergencias y la polémica de la LOAPA. «Su vida daría para muchos documentales. Cuando leímos las galeradas de la biografía de Lluch que publicó el historiador Joan Esculies pensamos que ahí había que hacer una película», rememora.

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Los dos directores presentarán su trabajo la tarde del martes en el Principal, con presencia de algunas de las personas involucradas en la trayectoria de Lluch. El documental se emitirá por las televisiones que lo han producido en otoño, en torno a la fecha de su asesinato por el comando Barcelona de ETA.

De la falta de visión a la lucha contra la 'mili', las otras citas

El Festival de Cine y Derechos Humanos no ha podido celebrar su edición 2020 por la pandemia pero la semana entrante celebra en el teatro Principal, con el aforo al 50%, una versión reducida con tres sesiones. El lunes se proyecta 'Apaga la luz y verás', de Axel O'Mill, documental sobre el donostiarra Ibón Casas, músico y compositor con baja visión que pidió «prestados» los ojos al director. El martes llega 'Ernest Lluch, libre y atrevido' y el miércoles se proyecta 'Bi urte, lau hilabete eta egun bat', de Lander Garro, estudio «político, social e íntimo» del movimiento contra los servicios militares obligatorios de la década de 1990.

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