El modo en que se realizaban las películas en los años 30 es uno de los temas de 'Mank'

'Mank' se queda a distancia

Película. La lujosa reconstrucción del Hollywood de los años 30 y de la creación de 'Ciudadano Kane' no alcanza los primeros puestos de audiencia de la plataforma que la produce, Netflix

Lunes, 14 de diciembre 2020, 07:41

Todo es muy relativo en cuestión de audiencias, y mucho más cuando se trata de una plataforma como Netflix, que no da cuenta del número ... de espectadores que tienen sus productos, ni siquiera cuando se trata de películas que, como en el caso de 'Mank', tiene las trazas de lo que hasta hace poco estaba destinado a ser un taquillazo en cines.

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Pero según indicaba estos días el medio digital estadounidense IndieWire, la nueva película de David Fincher, biografía del guionista de 'Ciudadano Kane' y retorno al complejo entramado de Hollywood que alumbró la ópera prima del entonces joven genio en ciernes Orson Welles, no está atrayendo tanto a los usuarios como era de esperar.

Apuesta de prestigio

Al fin y al cabo, 'Mank' es la apuesta de prestigio equivalente a la del año pasado con 'El irlandés' de Martin Scorsese, y la de 2018 con 'Roma', de Alfonso Cuarón. O sea, el nuevo empuje en el intento de la plataforma de conquistar el terreno del cine y su maquinaria de credibilidad, primordialmente a través de los Oscar. Y se supone que este año, con el crecimiento del cine en 'streaming' y el retraimiento de unas salas sin posibilidad de maniobra, todo parece estar cada vez más fácil para acercarse al Oscar a la mejor película que la popular plataforma tanto ansía para uno de sus filmes de producción propia, y que el año pasado ya acarició también con otras películas con nominaciones, como 'Historia de un matrimonio', de Noah Baumbach y 'Los dos papas', de Fernando Meirelles.

Lo que apunta IndieWire, según sus propias pesquisas, es que 'Mank' «ha tenido poca respuesta en su inicio», al menos en el mercado de Estados Unidos, tras el estreno mundial en la plataforma el pasado viernes 4. Ese primer sábado 'Mank' logró asomar en el último puesto de los diez productos más vistos, y luego desapareció de ese top. Destaca también la publicación que otros títulos de 'alto standing' de este año, como 'Da 5 Bloods', de Spike Lee; 'El juicio de los 7 de Chicago', de Aaron Sorkin o 'Hillbilly, una elegía rural', que acaba de tener su estreno mundial, se auparon directamente a los primeros puestos en su estreno y permanecieron ahí. Pero 'Mank' no.

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Tampoco en nuestro menú aparece el filme protagonizado por Gary Oldman cuando miramos estos días en el apartado 'Las diez más populares en España hoy', aunque ya se sabe que es difícil establecer comparaciones fiables cuando en la misma lista conviven series y películas, con lo que el número uno en este instante sigue ocupado por el boom por capítulos de la temporada, 'Gambito de dama', filmes de hace tres o más años como 'Fast & Furious 8', o productos insospechados como 'La nochebuena es mi condena', que no tiene ningún nombre con gancho.

Pero sabido es que la popularidad no es un requisito para hacer un buen camino a los Oscar, y mucho menos para conquistar la opinión de la critica o de los círculos cinéfilos, que en su mayor parte han lanzado su pulgar hacia arriba efusivamente al recibir a 'Mank', producto cargado de cinefilia por los cuatro costados. Y tampoco Netflix fija sus objetivos de audiencia en estas perlas de prestigio que de vez en cuando cultiva: su negocio está en un catálogo con productos de consumo más fácil y directo.

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No es 'Mank' un producto exclusivo para fans de 'Ciudadano Kane' o de Orson Welles, porque el cineasta queda en segundo plano y de la que se suele considerar la mejor película de la historia del cine solo se habla desde su gestación, excepto en el epílogo. Pero todo, empezando por el blanco y negro que se supone que quiere emular al de la excelsa fotografía de Gregg Toland en 'Ciudadano Kane', pero queda bastante desnaturalizada con un efecto digital demasiado artificioso, remite a la forma de producción y de trabajo de los estudios de Hollywood, y de los magnates que los sustentaban y del poder que tenían. Todo desde la óptica cínica, autodestructiva pero muy lúcida de un Herman Mankiewicz (interpretado por Gary Oldman, garantía de entrega y espectacularidad actoral) que aparece recuperándose de un accidente y de años de alcohol y excesos, mientras es recluido en un rancho para que se recupere y para que escriba el guion de una película en la que RKO ha puesto todas sus esperanzas tras contratar a un chico de 24 años que apuntaba a genio antes de filmar su primera película, Orson Welles (Tom Burke).

Los continuos 'flashbacks' diseccionan la evolución de Hollywood en los decisivos años 30, los cruces de poder entre el cine, los magnates de una sociedad que trataba de regresar a la opulencia, la política a través de la lucha electoral, y un coloso de la prensa como William Randolph Hearst, al que Mankiewicz acabó retratando a su modo, algo vengativo, en el guion de 'Ciudadano Kane'.

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Desfile de personajes reales

Todo lo que tiene de aparatosa y minuciosa en la reconstrucción de la época y el desfile de personajes reales (Marion Davies, actriz y amante de Hearst; el 'capo' de la Metro, Louis B. Mayer, el afamado director Joseph L. Mankiewicz, hermano del protagonista; el visionario productor David O. Selznick), lo tiene de distante y fría. Aunque en el fondo del argumento de 'Mank' bullen las gestas y los enfrentamientos de un mundo de ambiciones, inventiva y apasionamiento como era el Hollywood en plena expansión de los años 30, 'Mank' resulta demasiado encorsetada en su perfección formal. David Fincher se entrega a un guion (que escribió su propio padre, Jack Fincher) demasiado mecanizado en unos diálogos literariamente brillantes, pero algo farragosos y sobrecargados de información.

'Mank' es un espectáculo deslumbrante al menos para quien tiene conocimiento e interés por ese momento fascinante de la historia del cine, puesto en marcha por un director minucioso aunque a menudo desapasionado como es Fincher ('Zodiac', 'El club de la lucha', 'La red social', 'Perdida'), ante un espectador que quizás necesitaba más agarraderos emocionales y unos personajes más perfilados. Es interesante también cómo puede atraer a jóvenes generaciones a un mundo y una estética que no pueden, no deben, quedar diluidos.

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