Tiene 'Jurado nº 2' el aroma de '12 hombres sin piedad' y de tantas y tantas buenas películas de juicios con jurado, con sus cambios de posición en las deliberaciones, y de tantas otras de falsos culpables y verdaderos arrepentidos.

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  • Dirección: Clint Eastwood.

Atesora 'Jurado nº 2' esa ... solidez de saber lo que se quiere contar y hacerlo bien. Sin aspavientos ni atajos, con calma, elegancia, madurez, una progresión modélica e inteligencia cocinada a fuego lento.

Vamos, que la película número 40 de las realizadas por Clint Eastwood (y ojalá no la última, aunque sus 94 años de edad jueguen en contra) no decepciona. Ver una película buena pero no genial de Eastwood es mil veces mejor que la mayoría de las películas en cartel.

El guion no es suyo sino del casi novato Jonathan A. Abrams, pero le permite a Eastwood adentrarse en su territorio preferido, el de las historias de personas que, a título individual y frente al sistema, deben enfrentarse a hacer lo que deben hacer... o no. Mejor no les destripamos demasiado el argumento de 'Jurado nº 2', que además da algunas vueltas a las limitaciones de los jurados y la justicia en sí. La película se abre con la imagen ambigua de una mujer con una venda tapándole los ojos. El abogado hará un brindis: «¡Por el sistema judicial! No es perfecto pero es el que tenemos». La balanza de una estatua que representa a la justicia oscila... Pero sepan que las miradas que se cruzan en el plano final se quedarán con ustedes para siempre.

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Dentro del entonado reparto del largometraje, que incluye brevemente a Kiefer Sutherland o a J. K. Simmons (ahora mismo de Santa Claus en 'Red One'), vivimos curiosamente el reencuentro, 22 años después, entre Nicholas Hoult y Toni Colette, aquí el jurado protagonista y la fiscal, y entonces el niño y la madre de 'Un niño grande'.

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