En octavos pero sin el Oso

Que la agridulcísima 'Tótem' de Lila Avilés no ganó nada. Exceptuando el premio del Jurado Ecuménico (lo que honra a dicho tribunal). O que el oro se lo llevase Nicholas Philibert, quien todavía cree que los demás no sabemos que el documental es cine. Del bueno o del malo pero cine de verdad. Puede pasar que tampoco triunfe una pequeña proeza como 'Séneca'. O 'Suzume', fabulosa, misteriosa y nueva muestra del anime japonés. No te fíes, no, de alguien que, en pantalla, tuvo una hija con un vampiro vegano. Ni por más que estuviese luego en 'Crímenes del futuro' de Cronenberg, creas que fuera a darle ni el bronce al 'Infinity Pool' de su hijo Brandon, que dejó al público o estupefacto o vomitando o (casi) fascinado.

Pero ya es tarde y da lo mismo. Alguien nos traerá a nuestros cines 'Green Night', coreana y criminal, dirigida por una muchacha cuyo ímpetu fue detectado hace años por Generation, el festival para adolescentes que, dentro de la Berlinale, es su pura división de plata. Alguien nos acercará 'Music' y programará 'Hello Dankness'.

Cierto, la Stewart no contribuyó, no, a que el Bayern derrotase al FC Union berlinés cuyo himno lo canta Nina Hagen, gran mezzo soprano punk. No importa. Habían ganado al Ajax (Kristen tampoco tuvo parte en eso). Están en octavos. Como la Real.