

Secciones
Servicios
Destacamos
ulio Medem que, tras muchos años fuera de su ciudad natal, hace dos semanas ha vuelto a vivir en Donostia, reconoce que está nervioso ante ... el estreno de '8', su última película. «Siempre, no me los quito nunca. Están bien puestos ahí. Significan cosas importantes, expectación porque estoy deseoso de que le sucedan cosas buenas a la película».
'8' se presenta mañana lunes en la Sección Oficial, fuera de concurso, del Festival de Málaga. En San Sebastián, algunos espectadores también podrán disfrutar en primicia del filme de Medem porque a las 19.30 de mañana está previsto un preestreno en los cines Príncipe, organizado por la Sade para sus socios.
– En '8' se encuentran muchos elementos que ya aparecían en 'Vacas': dos familias con distintas formas de entender la vida y el país, la trama narrada en capítulos, mucha simbología, –una caña de pescar ahora y las hachas en su primera película–, la memoria histórica…
– Es verdad y no me había dado cuenta. Me gusta que la gente descubra cosas que yo en principio no había hecho con intención, que ocurren de pronto. Esas interpretaciones me abren la mente a ver la película de otra manera. Cuando comienzo un proyecto, y me ha sucedido en todos, trabajo mucho la inconsciencia. No saber adónde voy, apoyándome en cosas que me resultan muy sugerentes aunque sean poco razonables. Es un proceso muy intuitivo. 'Vacas' surgió de la idea de dos aizkolaris en caseríos cercanos; uno de ellos escucha a su rival y se percata de que es más rápido.
– ¿Y cómo fueron esos inicios en el caso de '8'?
– Quería contar la historia de la atracción que podía haber entre dos personas que nacen en la misma madrugada en dos pueblos muy cercanos. Me parecía que podía haber una buena historia arrancando de esa manera. Según lo iba escribiendo me dí cuenta de que estaba narrando un ocho. Un primer bucle era la venida al mundo de Octavio, el cruce cuando el padre llega al pueblo de abajo en busca del médico, y el nacimiento de Adela el segundo bucle. Así decidí estructurar el argumento en ocho capítulos sobre la vida de estos personajes que nacen en la madrugada de la proclamación de la II República, y que cada uno de ellos tuviera forma de ocho, dos bucles con una conexión en medio. Quería hablar de personajes que están conectados. Otro elemento común en varias de mis películas, como por ejemplo en 'Los amantes del circulo polar', es que un personaje corra y a partir de ahí surja una historia, es muy integrante a sucesos posteriores. Si tiro bien, sin saber adónde voy, puedo llegar a lugares que mi subconsciente, que es más sabio que la consciencia y me va a sorprender. En el capítulo dos, con la Guerra Civil, ya comienza el trauma que les marcará toda la vida. Entonces constaté que estaba hablando del cainismo de las dos España. Al final se alargó noventa años de historia.
– El poema de Antonio Machado 'Españolito' abre la película. ¿Esos versos le marcaron el camino que tenía que seguir la historia o decidió incluirlos después de terminarla?
– Me gusta mucho Antonio Machado. Lo descubrí cuando estudié el primer ciclo de Medicina en Soria. Era una época en la que yo también escribía poemas y me dejó muy tocado. Trabajando la historia, a partir del capítulo tres, cuando ya había pasado la época de la Guerra Civil, me percaté de que los dos protagonistas eran víctimas silenciosas, eran inocentes y no saben quiénes son los verdugos que han matado a sus respectivos padres. Ahí es cuando rescaté el poema, sobre todo el verso 'una de las dos Españas ha de helarte el corazón'.
– El azar, o puede que sea el destino, es fundamental en sus películas y por lo que cuenta también tiene mucha importancia a la hora de desarrollar un proyecto.
– De partida, en mi cine no hay psicoterapia. Me gusta y recomiendo al espectador que se deje llevar emocionalmente, que no piense nada. Son las emociones, si están bien enganchadas, las que te llevan a las ideas. Intento que primero esté la emoción y luego la razón. A mí me sale así. En el caso de '8', yo comencé con los personajes, estaba con ellos, y luego ya me dí cuenta de que también hablaba de España. Sin plantearme si era azar, destino… los personajes de Octavio y Adela están entrelazados y separados, no saben que el otro existe, pero luego compruebas que hay una energía que hace que sus destinos estén conectados desde su nacimiento.
– Al igual que en 'El árbol de la sangre', su película anterior', los protagonistas deciden no hablar de política. ¿Es un reflejo de su posición?
– Era inevitable que en esta película se hablara de política. Hay muchos grados de política, empezando por la explícita con las proclamas de un bando u otro o los mensajes de los partidos políticos. Eso a mí me sobra, lo tengo totalmente superado. Cuando escribí 'El árbol de la sangre', al principio sí hablaban de política hasta que me observé que la película era mejor si ellos no se posicionaban, sin ponerle pancartas de ningún tipo al espectador… Podemos imaginar lo que cada uno piensa, pero qué más da. En '8' escribí muy pocas frases políticas y la mayoría de ellas luego las quité. Plateo una reflexión emocional al espectador para que llegue a las ideas y para eso resulta mucho mejor sin verbalizar la política.
– Narra la historia pasada de España con momentos que ahora parece que se están repitiendo.
-– Es interesante ver ese paralelismo. Una Guerra Civil entre hermanos es un trauma que se está transmitiendo de generación en generación. Lo que tenemos que hacer es recordar lo que pasó, reconocer qué y cómo pasó. No se puede blanquear y decir que esa tragedia de crueldad y sufrimiento no sucedió. Para un país fue insoportable y una vergüenza. Estamos volviendo a repetir las cosas y parece que no somos conscientes. No tenemos derecho a repetirlas. Por eso en la película hago un salto a una cosa que parece imposible, pero que es necesaria: la ceremonia del perdón, que me parece lo más emocionante de la película, y decir agur a ese estado de preguerra política que estamos viviendo. Es muy importante saber pedir perdón y saber perdonar. En mi película las dos Españas se enamoran.
Noticia relacionada
– Estéticamente se ha planteado un duro reto, apostar por largos planos secuencia con la complicación que lleva en la planificación, trabajo técnico, maquillaje…
– Lo he puesto muy difícil. No es un reto o un capricho porque sí, tenía todo el sentido. Yo vi muy claro que un ocho había que rodarlo en continuidad, en un plano secuencia. Esta propuesta complicó mucho el rodaje, pero lo hemos sacado maravillosamente bien. Es la vez que más he ensayado en relación con el tiempo que hemos rodado. Casi tres veces más. Primero con los actores en mesa, con el tono de los diálogos. Luego ensayos en una sala muy grande y vacía donde marcábamos los puntos de posición. Parecía como si estuviéramos dentro de 'Dogville', la película de Lars Von Trier. Después, con un programa de realidad virtual fascinante, colocamos unos trajes especiales a los actores para que se conservaran las marcas. Y cuando ya estaba solo, me podía meter virtualmente en ese espacio y elegir por dónde mover la cámara, qué tipo de lente utilizar, la iluminación… Ha sido un disfrute. Ese programa lo ha diseñado mi hijo Peru que es arquitecto y artista virtual.
– La textura respira a artesanal. ¿Ha utilizado la tecnología para darle ese aspecto?
– Sí. He buscado que cada capítulo se acercara a la estética cinematográfica de la época a la que corresponde. Por ejemplo, el primer capítulo está inspirado en 'M. el vampiro de Dusseldorf', que se rodó en 1931, el mismo año en el que comienza '8'. Con los tintes azulados y sepias, Rafa Reparaz, el director de fotografía, buscamos evocar esa película. El contraste entre el blanco y negro del segundo capítulo es cercano a Jean Renoir con un poco más de carácter. Después aparece el color, en los años 70 están los zoom. Con la música pasa un poco parecido. Colocamos el sonido de los diálogos en el centro, sin estéreo, y así la música envuelve todo y parece que se está tocando en la sala.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.