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Star Wars: La inspiración nazi de la saga

Heil Vader!

El universo de Star Wars, sobre todo la facción Imperial, se inspira en buena parte en el III Reich alemán y el régimen nazi que asoló media Europa

Ion M. Taus

San Sebastián

Viernes, 20 de diciembre 2019, 14:39

Mucho se ha hablado sobre las referencias históricas y cinematográficas en la saga de Star Wars, y sobre el amor de George Lucas por el cine de John Ford y Akira Kurosawa. Y es que, la trilogía original es básicamente un western de aventuras protagonizado por samurais que se desarrolla en el espacio exterior. Sin embargo, en las nueve películas que conforman desde este viernes la saga galáctica completa (sin contar 'spin offs'), podemos encontrar muchas otras referencias: la Biblia, los templarios, el imperio Romano...Y para dar la réplica a los mayores héroes de las galaxia, qué mejor que basar al Imperio Galáctico, los grandes villanos del Universo conocido, en la Alemania nazi.

En primer lugar, podemos hablar de la estética nazi de los malos de Star Wars. Cuando George Lucas estaba ideando su universo, tenía claro que necesitaba una nemesis potente para Luke Skywalker, Han Solo, Leia Organa y compañía. Por ello, decidió que el Imperio debía recordar a los nazis, que están instaurados como la mayor expresión de la maldad en el imaginario popular. Además, es un estilo fácil de imitar gracias a todo la iconografía y la teatralidad utilizada por el Partido Nacionalsocialista alemán.

Ese estilo estético se puede ver, por ejemplo en los uniformes de los mandos militares del Imperio, que lucen muy parecidos a los de los altos rangos de la Wehrmacht. Además, los actores elegidos para estos papeles tendían a ser de piel clara y ojos azules. En el caso de Wilhuff Tarkin, interpretado por Peter Cushing, el parecido físico con Joseph Goebbels, ministro de propaganda del Tercer Reich, está buscado adrede. Esta apariencia se mantiene también en la trilogía final, donde además podemos ver saludos con brazo en alto y símbolos y banderas de la Primera Orden en un color rojo que recuerda mucho a las del III Reich.

Cuadros de mandos del Imperio Galáctico.

Por su parte, las tropas de infantería del Imperio van siempre con el rostro oculto, para evitar que el espectador sienta ningún tipo de empatía con ellos. Este patrón de deshumanización se repite en la mayor parte de las películas bélicas, en las que los soldados nazis son representados como bestias o robots sin sentimientos. A esto habría que añadir que el término original de Stormtroopers está inspirado en los Sturmtruppen alemanes, en este caso de la Primera Guerra Mundial. En cuanto al mismísimo Darth Vader, pese a que su vestimenta es de samurai, para su rostro oculto Lucas se inspiró en los cascos negros de los pilotos de la Luftwaffe durante la Segunda Guerra Mundial

La banda sonora de las películas, compuesta por el genial John Williams, ayuda también a esa asociación entre el Imperio y el III Reich. La Marcha Imperial, que suena como motivo recurrente en las escenas de Darth Vader, Palpatine, etc., podría acompañar perfectamente cualquier escena de invasión y tropelías nazis.

Escenografía y símbolos inspirados en el nazismo.

El ascenso al poder

En cuanto a la trama de la saga, la conquista del poder absoluto por parte del Imperio comparte enormes paralelismos con el ascenso del Partido Nazi. Como es sabido, Adolf Hitler llegó al poder por medios democráticos y luego consiguió mediante la intimidación, la extorsión y el terrorismo de Estado, que el propio Reichstag le entregase el poder total el 24 de marzo de 1933 al aprobar por mayoría absoluta la Ley Habilitante, que confería al Gobierno el derecho a aprobar leyes sin la participación del parlamento, lo que supuso de facto el fin de la democracia, de la República de Weimar y de su Constitución.

Este hecho histórico podemos casi revivirlo en las precuelas de Star Wars, los episodios I, II y III. La caída de la República Galáctica es sorprendentemente parecida al fin de la de Weimar. El canciller Palpatine, en este caso, juega el mismo papel que Hitler. Al igual que el austriaco, Palpatine es un personaje éticamente confuso que se erige como salvador de la democracia ante los peligros que la asolan. Además, sabe hacerse escuchar por los senadores de la Republica, con unos poderosos discursos que transmitían ideas simples como la supuesta traición Jedi. Para 'salvar' la democracia, exige obtener plenos poderes que le permitan actuar sin tener que dar explicaciones contra los enemigos de la República Galáctica y finalmente lo consigue.

Palpatine se erige como emperador en el Senado Galáctico.

Para llegar a alcanzar el totalitarismo, tanto en Star Wars como en la Alemania de Entreguerras, fue indispensable que hubiese inestabilidad y violencia. En el caso germano, los propios nazis alentaron este clima. La incapacidad del Estado para poner coto a la situación fue la excusa para alzarse como salvadores. Exactamente la misma situación se dio en la República Galáctica en las llamadas Guerras Clon. Esta guerra fue comenzada, dirigida, mantenida y terminada por el canciller Palpatine, quien como señor oscuro de los Sith, Darth Sidious, incitó a los separatistas a la guerra, mientras que con su identidad del canciller supremo Palpatine, declaró la guerra a los separatistas, logrando de esa manera dirigir a los dos bandos al mismo tiempo. La Orden Jedi (protectores de la República), que no supieron ver el engaño, colaboró en la represión de la República. Poco después, los jedis serían victimas de su particular 'Noche de los cuchillos largos'. Mediante la Orden 66, Palpatine logró acabar con casi todos los jedis, salvo algunas excepciones como Obi-Wan y Yoda. Esta purga fue representada por Palpatine como un golpe de estado de la Orden Jedi contra la República, logrando el apoyo del Senado para proclamar el Imperio Galáctico y decretar la muerte de la democracia republicana.

Por otra parte, el Imperio galáctico también muestra en la saga el mismo supremacismo racial que dominaba el III Reich, con su obsesión por esclavizar a los seres que considera inferiores, como los Wookiees. Cree que la especie superior es la humana al igual que los nazis creían que era la raza aria. Para esclavizar al resto de especies, el imperio se valió de centros similares a los campos de concentración nazi, con jaulas (celdas) pequeñas y trabajos forzados.

En cuanto a las armas del Imperio, el concepto de la Estrella de la Muerte, la base Starkiller y el resto de tecnologías de destrucción masiva están basadas en el proyecto Sonnengewehr, el plan científico más ambicioso del régimen nazi. Entre las que rodean al nacionalsocialismo, se dice que los científicos alemanes intentaron desarrollar una especie de espejo de la muerte que proyectara, como supuestamente logró Arquímedes, una luz destructiva a lo largo de tres kilómetros cuadrados. Muy del estilo al rayo destructor de mundos de la Estrella de la Muerte

Los rebeldes

En cuanto a los buenos de la saga Star Wars, los rebeldes, estos también tienen ciertos paralelismos con hechos de la Segunda Guerra Mundial. Por ejemplo, la Guerra Civil Galáctica solo terminó, como en Europa, cuando desaparecieron los líderes del Imperio. El particular Día D de la Alianza Rebelde acontece con la destrucción de la Segunda Estrella de la Muerte, con la mayor concentración de cruceros y naves de tamaño medio vista en la historia de la saga, al igual que en Normandía.

Ataque a la segunda Estrella de la Muerte.

Por su parte, en la última trilogía, Disney sustituyó la Rebelión directamente por la Resistencia. En ambos casos la inspiración de esta organización clandestina perseguida por el Imperio está en los grupos que se crearon en los países ocupados por los nazis. El grupo más conocido de estos disidentes fue el movimiento que se desarrolló en la Francia ocupada. Mientras el país era gobernado desde Berlín, se organizaron dispersos núcleos clandestinos contra la invasión extranjera. El sabotaje de las líneas de suministro militar, las operaciones militares de bajo impacto contra las tropas de ocupación y las fuerzas del régimen de Vichy y la difusión de una amplia prensa clandestina fueron las principales actividades de 'La Résistance'.

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