La actriz Verónica Forqué, fotografiada el pasado año en el Arriaga. maika salguero
La huella de Verónica Forqué

«Es esencial ser una buena persona, pero una está llena de lados oscuros»

La actriz dejó siempre una gran huella con las obras de teatro que protagonizó en San Sebastián, la última vez fue en mayo

Martes, 14 de diciembre 2021, 06:39

El domingo 9 de mayo de este año Verónica Forqué subió por última vez a un escenario donostiarra con una única función de la comedia dramática 'Las cosas que sé que son verdad', pieza con la que un año antes ganó el premio Max como ... mejor actriz.

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La presencia de la actriz en San Sebastián ha sido constante. Le gustaba mucho trabajar aquí, como recuerda Norka Chiapuso, programador de la cartelera donostiarra: «Siempre me escribía en cuanto se enteraba de que iba a venir y me decía lo contenta que estaba». Era conocido que tras su eterna sonrisa algo triste, había una mujer que a veces pasaba por el lado oscuro de la vida. Poco de eso se intuía cuando con su habitual amabilidad y profesionalidad concedía una entrevista, como la que le hizo este periódico en febrero de 2016, cuando inauguró con una charla las Jornadas de Teatro de Eibar. La tituló con una frase optimista: «La alegría del actor».

Al preguntarle por el motivo dijo que lo había escogido porque «la alegría es algo muy bueno para transmitir. Y muy necesaria para la vida. La alegría para mí es sinónimo de ganas de vivir. En mi caso, que he hecho tanta comedia, es como la alegría de los niños. Mi padre me decía que al actuar no me olvidara de la niña que hay en mí. Y es verdad, no hay que hacerlo ni en el teatro ni en la vida».

«El amor nos permite respirar»

Verónica te enamoraba en el escenario y en la pantalla. Y realzaba su dulzura en el plano corto. Así que le pregunté si era tan buena persona en la vida real como lo parecía en sus personajes. «Para mí es esencial ser una buena persona. Es el propósito de mi vida realmente. Lo demás es muy importante: el trabajo, que la gente que quieres esté bien. Pero ser buena, útil a los demás, eso es lo más importante. ¡Y es difícil!, porque una está llena de contradicciones, de vanidades, de avaricia, de mezquindades, de lados oscuros».

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Verónica Forqué entregó la Concha de Plata del Zinemaldia a Juan José Ballesta en la edición de 2005. La actriz y Santiago Ramos representaron esta obra en el Principal donostiarra en 2006. El director de cine José María Forqué recibe en 1998 la felicitación de su hija Verónica, por el Goya de Honor. DV

En el teatro resplandecía casi siempre, sobre todo cuando contaba con una buena dirección que controlara algunos tics y le ayudara a sacar toda su fuerza, que era mucha. Fue el caso de Alfredo Sanzol, que la escogió para su maravillosa obra 'La respiración', que pudimos ver aquí en 2017. La tragedia personal y el amor como salvación era el gran tema. Y Forqué lo resumió perfectamente: «El amor no tiene límites, ni de edad, ni de género, ni de tiempo ni de nada. El amor es el aire, la alegría. No se puede atrapar, pero es lo que nos permite respirar».

Al parecer tenía planes de trabajo. Una nueva versión de 'El testamento de María', la obra del irlandés Colm Tóibin que hace años ya representó Blanca Portillo. «Quiero pasarlo bien y que el público también lo haga», dijo en 2011 cuando vino al Teatro Principal con la deliciosa comedia 'Shirley Valentine'. Disfrutamos mucho contigo, Verónica. Gracias.

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