En el mundo de la música hay distintos tipos de versiones. Unas fotocopian el original y se quedan tan anchas. Otras le meten un bombo y son el no va más de los gimnasios. Gartxot, el protagonista del concierto de ayer, maneja otro concepto: ... Voy a hacer lo que me apetezca con esa canción que todos conocéis.
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El donostiarra llegó al escenario libre de nervios. Ojeando un cuaderno del que fue eligiendo esta pieza o aquella según sus apetencias del momento. Con el habitual gorro de perro orejudo y una guitarra distorsionada cuyo sonido recordaba al 'Purple Rain' de Prince. Jugando con los espejos presentes en el tablado. Sorprendiéndose ante una tonada que no esperaba ver en la carpeta. Saliendo airoso cuando el viento le movió una hoja y riéndose de ello en la estrofa siguiente. Y cantando en euskera sobre cosas que nada tenían que ver con el tema original, añadiéndoles toques personales .
Así, el autor guipuzcoano habló del 'ghosting' en su visión del 'Electric Feel' del grupo MGMT y coló el Whatsapp en su homenaje a Sen Senra. Charló sobre creer en uno mismo -sin que eso sonara a frase de taza de desayuno- en el 'Heaven' de Bryan Adams. Ejecutó un 'Somewhere Over The Rainbow' que no había ensayado. Destapando su humor en el 'Aserejé' dedicado a los patosos en la cocina orgullosos de serlo. Todas las melodías llegaron tranquilas y lentas. Sin ofuscar nunca el foco central de la velada: las letras. Un buen plan para el habitualmente taciturno domingo por la tarde.
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