Daniel Luque, vuelve un torero poderoso

Las dos corridas tenían su punto de interés. La primera, fundamentado en volver a ver una corrida completa del hierro de 'Pallarés' y la segunda, estar presente en la 'casi reaparición' de Daniel Luque tras su grave percance en El Puerto, justo había toreado la víspera en Arles. Y no quedamos defraudados en absoluto. Además, tres cuartos largos el primer día y lleno el segundo.

En los últimos años, los ganaderos de 'Pallarés' parecía habían apostado por el encaste Santa Coloma, pero mi duda como aficionado era saber si todavía quedaba en la ganadería alguna punta de ganado con sangre Benítez Cubero. Y efectivamente cuatro toros presentaban el trapío propio de Santa Coloma, pero en dos, sobre todo el primero de la tarde eran toros diferentes con una conformación más propia de un origen Hidalgo Barquero/Parladé. Satisfecha la curiosidad, fue una corrida seria, con cara y trapío. Con un abanico de comportamientos: complicados, nobles, alguno con poca casta incluso uno muy bronco y desconfiado. Pero todos interesantes. Tanto Fernándo Robleño como Emilio de Justo, no se acoplaron a sus oponentes y su labor fue silenciada. 'Adriano' (Adrien Salenc), que completaba el cartel tuvo el mejor lote, lo entendió, puso todo por su parte y cortó una oreja en cada uno de los dos. Salió a hombros.

La ovación con la plaza puesta en pie a Daniel Luque al romperse el paseíllo fue el preludio de una mas que interesante tarde de toros. Abría la terna Diego Urdiales. Toreo sereno y tranquilo. La faena al primero llevó su firma. Clásica, muy completa, con series de mucha clase por ambos pitones, sin adornos superfluos. Gran estocada y una oreja. En el cuarto no pudo mas que tirar de oficio, pero artesano, de calidad. Algún natural de libro....

Daniel Luque es figura y como tal actúa. Su simbiosis con el público de Dax es total. Su toreo en la tarde del domingo fue de disfrute total, para ambos. La seguridad, la autoridad, el dominio de la lidia, la concepción del toreo de muleta. Hubo una serie de seis pases por el pitón derecho que fueron una lección: dos a media altura para enseñarle al toro, dos para abandonarse en la profundidad de su toreo y un pase de pecho de atrás hacia adelante para rematar la obra de arte. Y por el otro pitón ese giro de muñeca que después de citar, obliga a la embestida y al vaciado de la suerte. Inmenso. En el segundo cortó dos orejas, en el quinto falló a espadas. No importó nada...

'Clemente' cerraba el cartel. El joven diestro francés estuvo más que digno. No se amilanó con sus compañeros. Es valiente, tiene la cabeza clara y torea bonitamente. Cortó dos orejas, una y una. A poco que vaya puliendo su toreo se ganará el estar anunciado muchas tardes. Cumplió el encierro de 'Jandilla', justo de trapío, de desigual presencia sobre todo en tipo más que en cara.