Gabino Diego: «Ser actor es hacer de todo, pero el teatro es mi pasión»
Gabino Diego (Actor) ·
Llega hoy al Victoria Eugenia en su trabajo más especial con la obra 'El desguace de las musas', de la compañía La ZarandaSecciones
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Gabino Diego (Actor) ·
Llega hoy al Victoria Eugenia en su trabajo más especial con la obra 'El desguace de las musas', de la compañía La ZarandaSi se disfruta con el teatro hay que ver al menos una vez a La Zaranda, una compañía que ofrece un teatro que pone mayúsculas a la emoción y la creación escénica como investigación. Teatro duro, poético, puede que extravagante, al que Gabino Diego ... suma esta vez una forma de trabajar que él sitúa siempre cercana a la tragicomedia. Al cabaret que presenta esta función le llueve ceniza en vez de confeti.
- ¿Cómo fue el encuentro con La Zaranda?
- Los conozco hace muchos años. Habíamos trabajado con la obra 'La extinta poética', aunque luego no llegué a hacerla. Fue mes y medio de ensayos y ellos vieron que me podía adaptar bien a su forma de trabajar. Conectaba por esa parte del clown, creo que ese es el punto en común.
- Y llegó el momento de salir a escena con ellos.
- Me he dado cuenta de que el personaje que hago tiene que ver conmigo. Yo he sido muy seguidor de La Zaranda. Soy un gran admirador por lo genuinos que son y por lo auténtico de sus trabajos. Y el personaje que han escrito para mí justamente entra en este cabaret y trata de animar, de renovar cosas.
- Las propuestas estéticas y poéticas del teatro de La Zaranda son complicadas de explicar.
- Me atraen muchas cosas de ellos. Son tres clowns en un ambiente muy sórdido. Los objetos de la escenografía los sacan de basureros. Paco, el director y escenógrafo, tiene una sensibilidad con los objetos que no he visto nunca. También me gusta mucho cómo usan la música y ese punto espiritual, siempre rondando la muerte. Es un cóctel explosivo. Hacen unos trabajos impresionantes, de una verdad increíble. Y viendo los ensayos lo entiendo, siempre buscando la verdad. Eso es lo que pido como espectador porque el teatro cuando es bueno es maravilloso, pero cuando es malo es un horror. Como dice Paco, lo importante es que hable el personaje, que no se vea al actor.
- ¿A que universos nos llevan con esta función?
- Lo más importante es lo que te hace sentir. Es una obra bastante dura, yo diría que de las más duras dentro de su trayectoria. Cuenta el fin de un cabaret, con unos personajes bastante acabados. Cada uno que pille lo que quiera porque la obra tiene muchas metáforas. Todavía voy encontrando cosas. Mi personaje es como el joven que viene a aportar nuevas ideas.
- ¿Es su papel más especial?
- Es verdad que he trabajado en obras más convencionales, pero también he hecho otras cosas especiales. En cada uno de mis trabajos trato de dar la mayor verdad posible. Los actores se lo debemos todo a los escritores porque si no hay personaje no podemos hacer nada. El actor también es un detector de mentiras, si no hay verdad en lo que está escrito no podemos hacer nada. Al final de esta función un personaje se pregunta quién nos va a escuchar. Y mi personaje contesta que lo importante no es quién nos escuche, sino que lo que escuchen sea verdad.
- Se le identifica mucho con papeles de comedia. ¿Se va a sorprender el público con usted ?
- Yo siempre he estado de alguna manera vinculado a la tragicomedia tanto en cine como en el teatro. Risa, pero a veces risas dolorosas. La gente se reía de lo mal que lo pasaba mi personaje, ahí es donde siempre he estado de alguna manera. El clown es eso, al final en su desgracia y en su fracaso está su éxito. No sé si sorprenderé, pero como dice Paco de La Zaranda, lo importante es que hable el personaje, que no se vea al actor.
-El final de la función le emociona especialmente.
-Es un regalo que me han hecho en la compañía. Salvo en una obra, la primera que hice, 'La fuerza de la costumbre', de Bernhard, nunca había tenido un momento tan dramático. Es bastante duro, pero no quiero desvelarlo. Que lo vean.
-Siempre ha hecho teatro, ¿pero cada vez adquiere más importancia en su carrera?
-Llevo haciendo teatro desde los 19 años y tengo 53. Ser actor es hacer de todo, pero el teatro es mi pasión, es lo que más me gusta. Soy muy afortunado al poder estar ahora con La Zaranda, viajando por todos lados y dando lo mejor que tengo cada noche. Es que me gusta mucho el teatro, me siento realizado. Te puedo decir que he perdido cosas en televisión por estar en esta función.
-¿Piensa volver a hacer monólogos tipo 'Una noche con Gabino'?
-¿Crees que debería?
-Estoy a favor.
-Vale, pues lo haré. No sé qué haré justo después de esto, pero sí tengo ganas. Con los monólogos intenté que cualquiera pudiera divertirse y que a la vez no fuera algo vacío ni superficial. Me gustaba que hubiera de todo: poesía, momentos dramáticos, también de ternura. Que fuera una función para todos y eso es muy difícil lograrlo porque nunca vas a agradar a todos. La Zaranda, por ejemplo, tiene muchos seguidores fieles y un gran prestigio, pero no hacen un teatro para un público mayoritario. Como dice Paco, «mientras haya alguien que comulgue con lo que hago, no estoy loco».
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