I. Elduayen
Domingo, 14 de julio 2024, 02:00
Javier Martín recalca cómo disfruta cada minuto en Getaria. Pisa el Museo Balenciaga como si de un templo se tratase. Cuando hace algunos años aceptó la propuesta de impartir talleres de alta costura en el municipio del diseñador, aceptó ilusionado. «Aluciné cuando llegué y ... me dijeron que estaríamos aquí, con estas vistas y este ambiente tan mágico», recuerda. Él es un entendido en cómo era la forma de trabajar del modisto vasco. «Balenciaga era un absoluto maestro en trabajar los volúmenes», cuenta el responsable del taller. «Su aportación a la moda, difícilmente podríamos resumirla, pero creo que supuso toda una revolución, tanto técnica como estética». Orgulloso y vocacional profesor (proviene de toda una estirpe dedicada a la enseñanza), dice, tras haber aprendido con las hermanas Carriches, trabajadoras del taller Eisa del modisto vasco y haberse labrado una gran trayectoria profesional con varias importantes marcas, haber encontrado su lugar en la docencia. «Enseño todo lo que sé. He estudiado la figura de Balenciaga y su trabajo a conciencia y así es como mejor se puede conocer su obra y preservar su legado», concluye Martín.
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