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La primera edición del mapa revolucionó la cartografía de Gipuzkoa. HOMBRADOS OÑATIVIA
El 'best seller' de los mapas de Gipuzkoa

El 'best seller' de los mapas de Gipuzkoa

El plano del territorio que dibujó en 1944 Oñativia, «un tesoro de mapa», se convirtió en un superventas que adornó miles de hogares guipuzcoanos

Borja Olaizola

San Sebastián

Lunes, 18 de octubre 2021, 06:56

Lleva por título «carta ilustrada de la M.N y M.L (muy noble y muy leal) Provincia de Guipúzcoa» y se editó por primera vez en 1944 en la desaparecida imprenta Gráficas Laborde y Labayen de Tolosa. En realidad es un mapa firmado por el pintor Gregorio Hombrados Oñativia que combina con una solvencia inédita hasta entonces el rigor de los mejores trabajos cartográficos con exquisitos detalles artísticos. El plano, que se volvió a editar en 1957 transformado ya en mapa de carreteras, supuso una revolución en la cartografía local de la época y se convirtió en un superventas que adornó las paredes de miles de hogares guipuzcoanos durante las décadas de los cincuenta y los sesenta del pasado siglo.

Oñativia (1902-1978), zarauztarra de origen pero tolosarra de adopción, desarrolló una prolífica trayectoria artística y firmó centenares de trabajos relacionados con personajes y acontecimientos de la historia vasca. Muchas de sus obras pueden verse aún en edificios institucionales, sobre todo casas consistoriales, y museos del territorio. Educado en una familia con inquietudes artísticas –tanto su padre como su hermano se dedicaban también a la pintura–, combinó desde muy joven las clases en academias de pintura con el trabajo como retratista ambulante. Después de haberse formado en Francia y Alemania, regresó en la década de los treinta a Tolosa, donde entró a trabajar como director artístico de Gráficas Laborde y Labayen, por entonces una de las principales imprentas del País Vasco e incluso de España.

Oñativia, que durante décadas fue un asiduo colaborador de este periódico en temas de arte e historia, era un profundo conocedor de la geografía vasca. Durante años se dedicó a pintar postales que reproducían algunos de los paisajes más característicos del País Vasco y Navarra. También hizo una serie de plegables llamada 'Los maravillosos panoramas vascos' en la que plasmaba por un lado la vista del lugar y en el reverso hacía una reseña sobre su historia, sus costumbres, los rincones para cazar o pescar e incluso sus platos típicos. Esa tarea le permitió acumular un caudal de conocimientos que resultó capital a la hora de elaborar los mapas que tanta popularidad le dieron.

Amor por los detalles

El de Gipuzkoa se editó por primera vez en 1944. Era un mapa a todo color que entraba por los ojos gracias a su cuidada presentación y a los pequeños dibujos que lo ilustraban, que representaban algunos de los elementos más característicos de cada localidad. «Oñativia era un perfeccionista, un hombre que cuidaba hasta el último detalle todos sus trabajos», recuerda Juan Bautista Aranzabe, un tolosarra que trabajó en la ya desaparecida Gráficas Laborde y Labayen cuando el pintor era su director artístico. «Aún le puedo ver retocando las planchas con un buril a pesar de que estaban ya terminadas y montadas para incorporar un detalle de última hora, era muy meticuloso», añade.

Ese amor por los detalles explica la revolución que supuso el mapa desde el punto de vista cartografico. El escritor José de Arteche alababa así el trabajo de Hombrados Oñativia en un artículo publicado en 1950 en 'La Voz de España' bajo el título 'Un mapa y un hombre': «La nueva edición de su mapa de Guipúzcoa ha conseguido reunir tal copia de menciones toponímicas que literalmente provoca asombro».

La carta, en efecto, proporciona no solo los nombres de las localidades, los ríos o los montes, sino que además incluye los de un sinfín de caseríos. «Piénsese en la labor que significa la recopilación de los nombres de 2.481 caseríos aislados, comprobando su pronunciación», continuaba el artículo de Arteche. «¡Cuánto y cuánto hay que caminar, cuánto hay que sudar y cuánto hay que preguntar para tamaño resultado! Pero Oñativia es un hombre que, afortunadamente, se crece ante el esfuerzo. Más de un lingüista a la caza de toponímicos tendrá en adelante que recurrir a consultar este nuevo mapa de Oñativia».

La minuciosidad del trabajo del artista sigue sorprendiendo cuando han transcurrido ya casi ocho décadas desde su primera edición. «Más que un mapa es un tesoro», juega con las palabras Paco Lizarralde, autor junto a Joseba Urretabizkaia de un libro sobre Gráficas Laborde y Labayen, la imprenta que editó el trabajo de Oñativia. Lizarralde recuerda que en la posguerra apenas había mapas y las pocas representaciones del territorio que se podían encontrar no solo eran romas desde el punto de vista artístico sino que además dejaban mucho que desear en cuanto a la información que contenían. El plano de Oñativia, añade, tuvo un gran éxito desde el primer momento porque además de resultar muy atractivo incorporaba una cantidad ingente de datos.

Incluso la presentación que el artista realizaba en la leyenda del mapa dejaba traslucir que su obra era algo más que un simple trabajo cartográfico: «Toda la provincia de Guipúzcoa es muy pintoresca. Recorrerla detenidamente y os extasiaréis ante la inagotable fecundidad de la Naturaleza en sus creaciones más diversas y bellas». El mapa está presidido por un gran escudo de Gipuzkoa y dos ilustraciones ajenas a la cartografía que refuerzan su carácter singular: en una se ve a unos turistas que acaban de bajarse de un coche rojo asomados a un mirador desde el que contemplan el territorio y en otra, a un pastor acompañado de un par de ovejas haciendo sonar un cuerno.

Grabado en la memoria

El éxito del plano, que se vendía a un precio de 10 pesetas (0,06 euros), hizo que en 1957 se imprimiese una segunda edición después de que el autor introdujese una serie de cambios para adaptarlo a los nuevos tiempos. La sociedad española se preparaba para dar el salto al mundo del automóvil y Oñativia, sabedor de lo que eso representaba, se apresuró a realizar unos retoques: la carta pasó a llamarse «mapa de carreteras de Guipúzcoa», las pequeñas ilustraciones con detalles de las localidades desaparecieron para facilitar su lectura y los itinerarios de los viales fueron resaltados y coloreados. La nueva edición, que costaba 14 pesetas (0,08 euros), consolidó el carácter de 'best seller' del trabajo de Oñativia e hizo que se colase en miles de hogares guipuzcoanos.

La desaparición de los archivos y documentos de Gráficas Laborde y Labayen tras el derribo del edificio en 2009 –la fábrica cerró sus puertas en 1978– impide conocer con precisión las cifras de ventas que llegó a alcanzar el mapa de Oñativia. Quedan los testimonios de quienes allí trabajaron, que recuerdan que la carta de Gipuzkoa fue el trabajo más reproducido del pintor después de un retrato de Simón Bolívar que se vendía como la espuma en varios países latinoamericanos. «Tuvieron que ser miles de ejemplares, es un mapa que ha quedado grabado en la memoria de la mayoría de los guipuzcoanos que tienen más de 60 años», sostiene Lizarralde, el autor del libro sobre Gráficas Laborde y Labayen.

«Teléfonos particulares para casos precisos»

Todavía hoy sorprende el volumen de información que llegó a acumular Hombrados Oñativia para hacer su mapa de Gipuzkoa. No contento con señalizar los teléfonos públicos que podían encontrarse en el territorio, el artista añadió además los lugares donde hallar un «teléfono particular que situado en un lugar aislado puede utilizarse en casos precisos». En la carta se podían distinguir incluso las cimas que puntuaban para el concurso de Cien Montañas, muy popular a mediados del siglo pasado.

En 1957, el año en que se hizo la segunda edición de su plano de Gipuzkoa, Oñativia publicó también una carta ilustrada de Bizkaia de la mano del Banco de Bilbao, que conmemoraba así su primer centenario. El mapa del territorio vecino es otra manifestación del buen hacer y de la capacidad del artista guipuzcoano para enseñar deleitando. La carta se guía por los mismos parámetros que la de Gipuzkoa y tuvo asímismo una muy buena acogida. Oñativia llegó a dibujar también mapas de Navarra y del País Vasco-francés que por desgracia no llegaron a publicarse. Los escasos ejemplares de las cartas de Gipuzkoa y Vizcaya del artista que se encuentran hoy a la venta cuestan en torno a los 300 euros.

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