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Paciencia, ciertas habilidades y pasión, mucha pasión. Es lo que sienten Joseba Burdain y Paco Gómez cada vez que se ponen a trabajar sobre la maqueta de alguna embarcación. El primero no lleva la cuenta de las piezas que ha podido realizar, «empecé cuando era ... un niño», explica; el segundo, calcula que «unos cincuenta», porque en su caso, empezó con este hobby cuando se jubiló. Ninguno de los dos conservan muchos modelos en casa: «La mayoría los regalamos. Lo hacemos porque nos llena y es algo muy placentero para nosotros».
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En el caso de Joseba Burdain, esta pasión le viene de lejos, «de verlo en casa, porque mi aita solía hacer maquetas. Nos gustaban mucho los barcos y además a mí siempre me ha gustado trabajar con las manos». No oculta que es «un trabajo un poco solitario, porque normalmente lo haces en casa», pero sin embargo, le ayuda a evadirse porque «estás ahí con tu barco, con tus cosas, tus pensamientos, con tu música, y nada más».
«Un poquito de mano y aptitud», es lo que requiere esta afición, aunque con lo que verdaderamente disfruta Joseba Burdain es con el trabajo previo. «Lo que más me gusta es investigar y buscar información de los barcos, para luego poder plasmarlo con la mayor exactitud posible en la madera. Hay algunos, como los pesqueros de los años 50 o 60, que los hemos conocido aquí, pero hay embarcaciones de siglos anteriores, de los que apenas hay información ni planos». En este punto recuerda el trabajo y las horas que invirtió en buscar documentación sobre el ballenero San Juan, que se hundió en Canadá en 1565 –su réplica a tamaño real se está realizando en Albaola–. «Siempre me había atraído el tema de los balleneros» y sus investigaciones le llevaron a ese barco. Durante diez años estuvo trabajando en Albaola como voluntario, siguió estudiando e hizo la maqueta del San Juan, que hoy día se puede contemplar en la factoría marítima pasaitarra. «De todos los que he hecho, puedo decir que es el que más me ha llenado».
Precisamente en Albaola fue donde se conocieron Joseba Burdain y Paco Gómez. Durante años, en las dependencias de este museo se ha ubicado la escuela de la sección de Historia y Modelismo Naval de la Sociedad Oceanográfica de Gipuzkoa, donde solía estar trabajando Burdain. «Un día leí que los modelistas del Aquarium estaban en Albaola, y decidí acercarme, porque en casa tenía desde hacía 25 años un kit de modelismo naval y pensé que tal vez me podrían ayudar a terminarlo. Joseba me ayudó y desde entonces me enganché. Él ha sido mi profesor».
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Desde hace unas semanas, los dos se han 'establecido' en la nueva sede de los modelistas del Aquarium, en el edificio de la Kofradia Itsas etxea del muelle donostiarra. Aquí trabajarán en un local que estará «abierto a todo el mundo». «El que tenga ganas de venir y preguntarnos cosas, que se acerque, nosotros compartiremos nuestros conocimientos y les echaremos una mano en lo que podemos», aclara Paco Gómez.
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En el taller disponen de todo el material necesario para construir las maquetas. Desde los tablones de madera, hasta las herramientas y la maquinaria para cortar, cepillar y lijar las piezas con las que irán construyendo paso a paso, con todo tipo de detalles, la maqueta. También los planos que les sirven de guía en su trabajo. Una labor que se puede prolongar durante más de un año, dependiendo del tipo de embarcación que quieran recrear. «Los hay más sencillos, que se construyen en pocos meses, y otros que requieren mucho más tiempo, porque tienen muchas piezas, y algunas muy pequeñas», explica Joseba Burdain.
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Con un amplio escaparate que da al muelle, y donde se exponen algunos trabajos de Paco Gómez, este nuevo local quiere servir de reclamo para todo el público, pero también para los modelistas que trabajan en casa, «que son muchos», recalca Gómez. Algunos se conocen, otros nos. «Nos comunicamos a través de internet o grupos de whatsapp, donde compartimos información y dudas. Por eso, con esta nueva sede, que es más accesible para llegar, esperamos que se acerquen para compartir experiencias o dudas que nos puedan surgir».
Asimismo, confían en poder «revivir» el grupo de modelismo del Aquarium al que ambos pertenecen, y que cuando se fundó en 1977 llegó a tener más de medio centenar de integrantes, A día de hoy apenas cuenta con una decena. «Y también atraer a los jóvenes», añaden, porque la mayoría de los modelistas son personas jubiladas que disponen de más tiempo libre. «Pero lo nuestro es un hobby que no entiende de edad», advierten. «Así como hay gente que en su tiempo libre hace deporte o cualquier otra actividad, yo siempre he dedicado mi tiempo de ocio a esto», señala Joseba Burdain. Por eso anima a todo el mundo a que lo pruebe. «Adquirir un kit de modelismo es la mejor manera de iniciarse y ver si nos gusta o no».
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