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Isabel Urrutia Cabrera
Lunes, 18 de enero 2021, 17:25
Con vistas a que la segunda mitad del año sea de «cierta normalidad», en palabras del director general del Guggenheim, Juan Ignacio Vidarte, se ha organizado una programación «equilibrada que puede satisfacer a la inmensa mayoría del público». Se busca a toda costa un menú ... variado y con sustancia. De ahí que, como primer plato, hasta mayo, se haya apostado por la exposición 'Bilbao y la pintura', con material procedente de instituciones locales así como del Museo Reina Sofía, y también por 'Los locos años 20', un proyecto organizado por el coloso de titanio y la Kunsthaus de Zúrich, con puesta en escena de Calixto Bieito, director artístico del Arriaga.
Ya en mayo, idealmente con la pandemia más controlada, la oferta se centrará en una retrospectiva muy ambiciosa (la primera en España), que recorrerá la trayectoria de la artista estadounidense Alice Neel (1900-1984), una figura capital aunque no demasiado conocida en Europa fuera de los círculos artísticos. Extremadamente sensible, 'outsider' y siempre contracorriente, la pintora de Pensilvania nunca militó en las corrientes que dominaban en su época. «Por esa razón, pensamos que será muy interesante la yuxtaposición con la otra gran exposición que ofreceremos en la segunda mitad de 2021. No cabe duda de que dará mucho juego el contrapunto con 'Mujeres de la abstracción' (con representantes de la talla de Sonia Delaunay, Esther Ferrer y Aurèlia Muñoz)», apunta Vidarte.
El Guggenheim dispone este año de un presupuesto de 23.936.932 euros, un 20 % por debajo del que recibió en 2020. Un tijeretazo que no ha impedido la organización de ocho exposiciones, incluidos tres trabajos de videoarte (con obras de la bilbaína Alex Reynolds, la argentina Cecilia Bengolea y la estadounidense Sharon Lockhart). No ha faltado el equipo curatorial al completo para respaldar al director general del museo y presentar la oferta de 2021.
«Hacía tiempo que se quería dar un enfoque femenino. No para cumplir con ninguna cuota, sino para mostrar la realidad del arte contemporáneo. Hay muchas mujeres que merecen una exposición en el coloso de titanio. Y entre ellas evidentemente, destaca Alice Neel», subraya Lucía Agirre, la responsable artística del monográfico dedicado a la retratista estadounidense. Desde sus comienzos en Cuba, donde vivió un par de años y llegó a trabar amistad con intelectuales de la categoría de Alejo Carpentier, hasta su último autorretrato, ya octogenaria, la obra de Neel siempre rompió barreras y trascendió los límites de género, raza o edad. Su batalla no era contra el sexismo sino contra todo lo que le impidiera crecer como artista. No trabajaba al dictado de nada ni de nadie. La exposición, en colaboración con The Metropolitan Museum of Art y The Fine Arts Museums of San Francisco, se titula 'People come first' (La gente es lo primero) y estará abierta entre el 17 de mayo y el 23 de enero de 2022.
La primera muestra del año, no obstante, tocará otras fibras sensibles. El próximo día 29, el museo inaugurará la antología 'Bilbao y la pintura', que se consagrará a creadores de tanto fuste como Adolfo Guiard, introductor del impresionismo en Euskadi, José María Ucelay y José Arrue. Una generación cosmopolita, a caballo entre los siglos XIX y XX, que viajaba por Europa y América, sin perder de vista el paisaje y paisanaje de su tierra. Obras como 'Danzas suletinas', de Ucelay, y 'Equipo del Athletic Club', de Arrue, dan fe de su cercanía a las raíces del País Vasco. El Guggenheim acogerá esta muestra, que ha comisariado Kosme de Barañano, hasta el 29 de agosto.
El 7 de mayo será el turno de subir el telón de la exposición 'Los locos años 20'. Tiene la impronta de las comisarias Petra Joos y Cathérine Hug y debería haberse inaugurado la pasada primavera. La emergencia sanitaria y el confinamiento frustraron los planes, pero la iniciativa ha seguido adelante. «Es una muestra que hace hincapié en el estado de ánimo entre las dos guerras mundiales. Una época llena de creatividad y efervescencia. Se abrieron muchos caminos, tanto en las artes como en la percepción del cuerpo y la libertad sexual. Todo eso podrá verse en 'Los locos años 20'. Habrá incluso una pista de baile, se podrá oír charleston y jazz pero también a Schönberg», adelanta la comisaria Petra Joos. El montaje podrá visitarse hasta el 19 de septiembre.
Fieles a sí mismas como Alice Neel, también se batieron el cobre la francesa de origen ucraniano Sonia Delaunay, la donostiarra Esther Ferrer y la catalana Aurélia Muñoz. Su obra, entre otras muchas artistas (más de 200), atrapará la atención en 'Mujeres de la abstracción', que el Guggenheim acogerá entre el 22 de octubre y el 27 de febrero de 2022. Se podrá comprobar que el enfoque visionario de Delaunay, que no dudaba en reivindicar las artes aplicadas, ya se tradujeran en una colcha de patchwork o un paraguas, también saltaba a la vista en sus lienzos. Un arrojo que se aprecia asimismo en Esther Ferrer, virtuosa del performance art y minimalista con mucho humor cada vez que se centra en la creación plástica. Y esa misma actitud desacomplejada deslumbra en Aurélia Muñoz, que hizo del macramé y la técnica de bordado un motor de expresión vanguardista de primera línea.
La antología, en colaboración con el Pompidou de París, servirá para rendir homenaje en el Guggenheim a la producción abstracta de las mujeres artistas entre 1860 y 1980. Abarcará disciplinas como la fotografía, la danza, el cine y la performance y profundizará en 'istmos' tan dispares como el espiritualismo, las vanguardias rusas y la Bauhaus. Las creadoras será asimismo de procedencia muy variada, lo mismo de Europa que de América, Asia y Oriente Medio.
Por lo que respecta a su colección permanente, el Guggenheim echará mano de las obras de Yoko Ono, Antonio Saura, Henri Michaux, Georg Baselitz, Juan Muñoz, Prudencio Irazabal y Rodney Graham... para montar la exposición 'La línea del ingenio'. El denominador común de todos es la osadía, la interdisciplinariedad y el afán por apuntar a la línea de flotación de la sociedad moderna. Sin olvidar en ningún momento el toque de humor, ya sea implicando al espectador en la obra (como en 'Fotograma', de Rodney Graham, y 'Sombra y boca', de Juan Muñoz) o dejándose llevar por la inspiración del momento ('Hichico Happo', de Yoko Ono, se concibió durante una performance). «En última instancia se desafían, de manera lúdica, las convenciones sociales y estéticas», incide la comisaria Lekka Hileman. Las piezas podrán verse entre el 10 de junio y el 6 de febrero de 2022.
El museo se esfuerza por mantenerse en la brecha, pese a las incertidumbres y restricciones, sin descuidar ningún formato. Este año, por ejemplo, en la modalidad de videoarte se proyectarán los siguientes trabajos: 'Hay una ley, hay una mano, hay una canción', de Alex Reynolds (desde el 19 de febrero hasta el 13 de junio); 'Lighting Dance', de Cecilia Bengoelea (24 de junio-26 de septiembre); y 'La notación del movimiento de Noa Eshkol', de Sharon Lockhart (7de octubre- 27 febrero de 2022). «Se da el caso de que hay mujeres con una obra de grandísima calidad en este campo. Así que, evidentemente, son artistas que no pueden faltar en el Guggenheim. Ese es el criterio de selección. Su talento», recalca el comisario Manuel Cirauqui. Con amplitud de miras, el coloso de titanio afronta el año con ambición y consta que ya está rumiando los proyectos de 2022, 2023... y siguientes
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