
Ángel Martín | Humorista
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Ángel Martín | Humorista
«Internet no es el mal, pero nos oxida el motor del cerebro»Presentador, humorista, guionista y músico. Ángel Martín (Barcelona, 1977) lleva más de 25 años sacando punta con su ingenio a la realidad que nos rodea. Sus espectáculos y programas triunfan en todo tipo de plataformas, y en diciembre cerró en el Wizinc la gira 'Punto para locos' con el que ha reivindicado, en clave de humor, la importancia de la salud mental. Ahora se acaba de embarcar en un nuevo proyecto con el monólogo 'Material nuevo', con el que ha pasado por el Leidor de Tolosa.
– Tras el éxito de su anterior espectáculo, 'Punto para los locos', ahora llega con 'Material nuevo'. ¿Más de lo mismo, o nuevo material?
– Es un texto totalmente nuevo, no tiene nada que ver con 'Punto para los locos'. ¿Es distinto? Hombre, tiene un poco lo que es mi tono, lo que he hecho siempre. Yo creo que los monólogos lo bonito que tienen es que al final, cuando vas a ver a un cómico, vas a ver su estilo, es muy difícil que esté haciendo bromas que haría otro. Es decir, sería muy raro que de repente yo me pusiera a hacer un tipo de humor como el que a lo mejor hace Vaquero, que son líneas más directas, etc. Por eso creo que algunos tenemos ya nuestro estilo y yo sigo tratando de desarrollar un monólogo alrededor de una idea.
– En esta ocasión, ¿es también un monólogo de autoayuda?
– No. 'Punto para los Locos' tenía el denominador común de que salieras del teatro con la sensación de que no estás solo, de que al final todos los seres humanos tenemos nuestras pequeñas taras. Pero no he sido yo el tío de los monólogos de autoayuda, porque empecé con 'Leyendas urbanas' donde había como mucha historia. 'Nuevo material' está más centrado en la idea de que desde que existe internet yo creo que el motor del cerebro se ha apagado y no lo estamos usando en absoluto.
– Ya adelanta que va a tener poco filtro...
– Bueno, creo que ahora mismo la gente está como muy asustada con lo que se puede o no se puede decir en redes sociales. Tengo la sensación de que la gente se está acostumbrando simplemente a comunicarse a través de una línea en redes sociales. Los medios comunican a través un titular que busca que la gente haga clic, independientemente de si es cierto o no es cierto. Hay ideas que da igual si se desarrollan o no se desarrollan, simplemente consigues una línea que parece que es la línea que va a hacer que mucha gente se suba a tu idea. Entonces los monólogos ofrecen esa posibilidad de desarrollar las ideas y de ir mucho más allá y que de repente alguien pueda escuchar algo durante una hora y cuarto, porque generalmente en internet la gente no ve una charla de una hora, a lo sumo ve un clip que alguien le ha dicho que tiene que ver. Y ves dos minutos de una charla completa, pero te estás perdiendo absolutamente todo lo que tiene esa charla. Y al final terminas opinando de ciertas cosas sin haber visto la cosa completa.
–¿Puede llegar a ser políticamente incorrecto?
– Si te digo la verdad, nunca he sabido muy bien a qué se refiere la gente cuando se refiere a que algo es políticamente correcto o incorrecto.
– Con 'Punto para locos' llenó el Wizink dos veces. Pero la gira con 'Nuevo Material' ha empezado en recintos más pequeños. ¿Por qué?
– Es una decisión muy consciente y muy medida, que tiene mucho que ver con el formato que suele utilizar la música generalmente, es decir, cuando una gira termina en un gran recinto la siguiente no arranca de nuevo en una gran recinto. Tratas de reconectarte un poco con la esencia de estas cosas. Al fin y al cabo, la semilla de los monólogos está en los bares o recintos muy pequeños, y no me apetecía perder eso. O sea, después del Wizink, por ejemplo, las primeras semanas vas probando en bares donde a lo mejor hay 15 personas, y vas a probar 10 minutos de una idea que tienes. Este es el formato habitual para construir un monólogo. Entiendo que suena extraño, pero realmente es lo que siempre he ido haciendo yo, siempre he ido construyendo así los textos.
– Habla de cercanía con el público, pero a través de las redes sociales para muchos usted ya es una persona cercana, con casi un millón de seguidores. No todo lo que hay en internet es malo...
– No, y nunca he dicho que internet sea el mal. Yo digo que internet nos oxida el motor del cerebro. Pero internet bien utilizado, si uno es consciente de por qué lo está utilizando y del cómo, es una herramienta muy interesante. Pero no solo porque te ponga en contacto con más gente, sino porque te facilita muchas cosas. Es decir, antes para hacerle llegar una comunicación a alguien tenías que mandarle una paloma y cruzar los dedos para que no muriera por el camino. Y ahora en cuestión de segundos haces llegar a alguien una información. Internet es una herramienta muy, muy poderosa. Lo que no sé es si estamos sabiendo utilizarla. Y luego hay gente que la utiliza con intención de hacer daño. No hay más.
Tolosa: Mañana, Teatro Leidor, 20.30 horas.
Eibar: Coliseo, 29 de marzo.
Irun: Amaia, 12 de abril
– ¿Un monólogo es un espectáculo con el guion cerrado, o se va adaptando según la reacción del público?
– En mi caso, hay un momento en el que el monólogo ya está construido y ya está. Pero hasta llegar a ese punto hay un proceso de trabajo muy largo. Cuando la gente va al teatro va a ver una cosa que parece que acabas de hacer en la habitación del hotel antes de salir, que es el tipo de comedia que hago yo, porque hoy en día ya hay mucho tipo de comedia. Pero el 'stand-up' tiene mucho trabajo detrás, escribes en casa, vas a un bar pequeño, vas a unos teatros, luego a recintos grandes, y vuelves a bares pequeños.
– ¿Somos conscientes de la importancia que tiene el humor en nuestra vidas?
– Creo que cada uno le debe dar la importancia que tenga para él. No seré yo quien diga que el humor salva vidas, quiero decir, te salvará la vida si a ti te interesa el humor. Pero sí creo que si consigues poner algo de humor a cualquier situación, irás un poco por delante del problema y tendrás la posibilidad de encontrar fórmulas algo distintas que si vas desde la rabia, que al final es una cosa que bloquea más. El humor te permite oxigenar ciertas situaciones para poder ver con algo de claridad en lugares que a lo mejor no estás viendo.
– ¿Cómo se imagina un mundo sin humor?
– Probablemente sería más aburrido, menos interesante para mí. No sé cómo sería, pero creo que todo se limitaría a gente peleando por decirte que los que tienen la verdad son ellos y ya está, no habría ninguna forma de llegar a otros lugares. Si eliminas todas las emociones que en principio te generan buena 'vibra', todo se queda un poco peor.
– ¿Por qué decidió acabar con el 'Informativo matinal para ahorrar tiempo' que durante cuatro años ha acompañado a tanta gente?
– Si tú quieres ir construyendo cosas necesitas cerrar ciertas etapas y proyectos. No te queda más remedio, porque si no estarás a medio gas en varias cosas. Esto no va de hacer por hacer, porque al final deja de ser interesante. Esto va de que hagas cosas que tú tienes la sensación de que a ti te aportan, y de que a quien lo consuma pueda realmente servirle e interesar. Es algo que siempre he hecho, ya sea en televisión, en teatro, o con cualquier proyecto. Tengo la sensación que hay proyectos que llegan a un punto en el que si necesitas construir otra cosa, pues lo mejor es cerrarlos.
– Reconoce que va cumpliendo sus sueños, el último el de llenar el Wizink. ¿Cuál es su siguiente sueño a cumplir?
– Si te digo la verdad, no los verbalizo, no los comparto. Pero sí que me quedan.
– Cuando empezó a hacer monólogos, ¿se imaginaba que llegaría hasta donde ha llegado?
– No, pero porque tampoco sabíamos muy bien lo que estábamos construyendo ni qué esperar de aquello, creo que precisamente eso fue lo bonito de la generación que empezamos en Paramount Comedy. No teníamos expectativas más allá de divertirnos y divertir a quien nos viese. Empezabas haciendo unos monólogos, tenías la esperanza de que los 25 minutos al canal le resultaran interesantes para emitirlos, porque eso te iba a permitir ir a teatros con cómicos a los que tú admirabas. Pero ni siquiera había un circuito diseñado para la comedia. No teníamos ningún tipo de expectativa. Todas las cosas que han ido sucediendo han sido sorpresas porque no las esperábamos ninguno de los que empezamos en mi generación.
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