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Un mito se desnuda en el Kursaal
Backstage ·
Iggy Pop sella una tarde para la leyenda del festival / La resaca de la fiesta japonesa con los chicos de Musikene / La descarga de Carolina Durante / El kimono de SofianeVer fotos
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Iggy Pop sella una tarde para la leyenda del festival / La resaca de la fiesta japonesa con los chicos de Musikene / La descarga de Carolina Durante / El kimono de SofianeFue una tarde para la historia del festival: una leyenda se desnudó en el Kursaal, casi literalmente, en un concierto cargado de rock y emociones. Ver en directo a Iggy Pop es como contemplar un monumento: uno puede juzgar sus grietas o disfrutar ... del hecho de enfrentarse a un trozo de historia.
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La tarde había empezado distinta. A la entrada del auditorio había gente diferente: muchos seguidores llegados de Francia y territorios limítrofes. A las seis y media de la tarde, con el auditorio ya repleto, llegó la sorpresa: se iba a proyectar primero un corto de veinte minutos sobre un fan de Iggy. Hubo protestas, y hasta tres espectadores pidieron la devolución de sus entradas. En el festival explican que fue una petición del propio Iggy Pop, a última hora, como homenaje a un fan fallecido.
Al rato, cuando el músico salió a escena, todos olvidamos ese Nodo. Para la segunda o tercera canción ya estaba torso nudo. Lo dio todo, a sus 75 años, como si estuviera empezando. Enseguida los espectadores se pusieron en pie y así seguimos hasta el final. Sufrimos cuando vimos cómo se caía en escena y respiramos cuando vimos cómo se levantaba y seguía. A la salida todos coincidían: «vaya fenómeno de la naturaleza», «hemos visto de cerca a una leyenda». Pues eso.
Pero no solo de Iggy Pop vivió el festival. Ayer aún se hablaba de la intensa noche japonesa que abrió el viernes la Plaza de la Trinidad. También resultó emocionante ver a los alumnos y exalumnos de Musikene pisar ese escenario en 'big band' dirigidos por la amable pero enérgica Miho Hazama. La directora realizó hace unos días un experimento similar con estudiantes de música de Aarhus, la ciudad danesa que fue capital europea de la cultura después de Donostia. Fue una gran apuesta del Jazzaldia dar esa oportunidad a los jóvenes músicos en fusión con la artista llegada desde el otro lado del mundo, y funcionó muy bien. Hasta el consejero de Educación, Jokin Bildarratz, se acercó a la Trini junto a los directivos de Musikene para ver ese momento dorado de los estudiantes, que al final brindaban felices en el backstage. Miho expresó en redes sociales su deseo de repetir. Es el deseo de responsables del festival, autoridades educativas y sobre todo jóvenes instrumentistas.
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Hubo más reencuentros: Miho charló largamente con su compatriota Hiromi, que era la estrella esa noche. Hiromi demostró por qué viene tantas veces al Jazzaldia y siempre se va con encargo de volver. Tocó acompañada de un cuarteto de cuerda que hizo las delicias de un público que terminó batiendo palmas como si estuviese en el concierto de Año Nuevo de Viena.
Resumen ilustrativo de la pluralidad de este festival: uno podía salir de la Trini, en estado de gracia con el piano de Hiromi, y en solo tres minutos se plantaba en la Zurriola y parecía estar en otro mundo. Los chicos de Carolina Durante montaron una fiesta que fue toda una descarga eléctrica, con sus canciones cortas, intensas e irónicas, incluido, cómo no, su célebre 'Cayetano'. Fueron contratados a última hora por caídas de otras bandas pero salieron sin ningún complejo de segundones.
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Vaya marcha. Esta noche, en el mismo escenario, otra banda española promete también velada intensa: los directos de León Benavente son de los que no dejan indiferente. Seguro que cae guiño a su amigo Rafael Berrio.
Mañana cae el telón, con Diana Krall como gran estrella final en la Trini. Su piano y su elegancia serán protagonistas, aunque ayer hubo otro pianista que generó tanto debate por su estilo como por su música. El francés Sofiane Pamart quiere divulgar la música entre los más jóvenes y con su kimono, sombrero y sus gafas más puede parecer un rapero. Él cultiva esa imagen y ayer dio en San Telmo otro de los conciertos más comentados de esta edición: hay quien no le perdona su postureo y muchos que ensalzan sus modos distintos. Que hablen de mí, aunque sea para bien.
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