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Tuvo un protagonismo destacado en el Concilio de Trento, era el confidente de Felipe II, a cuya segunda esposa solía confesar, y ascendió en el escalafón eclesiástico hasta convertirse en arzobispo de Toledo, una diócesis que en el siglo XVI rivalizaba con Roma ... por la hegemonía del mundo católico. El religioso navarro Bartolomé Carranza (Miranda de Arga, 1503) llegó a ser una de las personas más influyentes de su tiempo hasta que se convirtió en objetivo de la Inquisición, que le procesó por herejía bajo la acusación de favorecer la difusión del luteranismo.
La figura de Bartolomé Carranza fascinó de tal forma al historiador y teólogo José Ignacio Tellechea Idígoras que no se separó de ella hasta su muerte. Los dos primeros de los veinte tomos que ocupan los trabajos que el erudito jesuita donostiarra escribió sobre el arzobispo navarro han sido editados ahora por Mendaur bajo la supervisión de Xoan Manuel Neira. Los volúmenes han salido al mercado en formato electrónico aunque está previsto que luego sean editados en papel.
Xoan Manuel Neira, que es también teólogo, trabajó muchos años codo con codo con José Ignacio Tellechea Idígoras. Cuando el investigador donostiarra falleció en 2008, se convirtió en el depositario de su legado intelectual. Después de haber sacado a la luz en los últimos años varias publicaciones, entre ellas cinco volúmenes con las colaboraciones que el historiador escribió para El Diario Vasco, Neira consideró que había llegado la hora de ordenar y dar forma al vasto trabajo de investigación desarrollado en torno a Bartolomé Carranza. «Fue una figura capital en la carrera de Tellechea Idígoras desde que en 1952 descubrió en Roma los primeros manuscritos del proceso inquisitorial en su contra», dice Xoan Manuel Neira. La trayectoria vital del personaje le atrajo de tal forma que no abandonó la investigación hasta su fallecimiento. «Todo ese inmenso trabajo no podía quedar en el olvido, es un material valiosísimo para cualquier investigación de la España de su época», recalca el organizador y editor de los volúmenes.
Autor José Ignacio Tellechea Idígoras
Editorial Mendaur
Soporte Electrónico
Páginas 585
Bartolomé Carranza tuvo en realidad un protagonismo tan destacado en la época que le tocó vivir que su influencia va mucho más allá del ámbito eclesiástico. Además de situarle muy cerca de quienes entonces gobernaban el mundo, Carlos V y su hijo Felipe II, su peripecia vital le llevó a tener un papel destacado en episodios históricos como el Concilio de Trento y a conocer de primera mano los entresijos de las relaciones entre la Iglesia y los estados en el agitado Renacimiento europeo.
Después de cursar estudios eclesiásticos, ingresa en la orden dominica y no tarda en destacar como teólogo. Su prestigio crece hasta el punto de que en 1545 le escribe el propio emperador Carlos V para ordenarle que viaje a Trento con el fin de participar en el concilio que marcaría las pautas de la doctrina católica en los siglos venideros. El concilio le consagra como uno de los más brillantes teólogos de su época y le abre la puerta a sus primeros cargos en el escalafón eclesiástico.
Pasan los años y en 1554 el nuevo rey, Felipe II, le envía a Inglaterra con el encargo de allanar el camino a la restauración del catolicismo. Es en esa época cuando Bartolomé Carranza estrecha su relación con el monarca y se convierte en el confesor de su segunda esposa, María Tudor. En reconocimiento a su labor, Felipe II le promociona para convertirse en arzobispo de Toledo.
Su trayectoria ascendente se interrumpe cuando la Inquisición decide abrirle un proceso por herejía bajo la acusación de defender postulados protestantes. Aprovechando la ausencia del rey, que se encuentra en los Países Bajos, Bartolomé Carranza es apresado y encarcelado en Valladolid. «Las acusaciones nunca se demostraron, en realidad fue una víctima más del pecado nacional por excelencia: la envidia», razona Xoan Manuel Neira. El arzobispo fue juzgado primero en España y luego en Roma, donde terminó muriendo después de haber permanecido 17 años preso de la Inquisición.
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