
'Los niños del Borgo Vecchio' de Giosue Calaciura (Editorial Periférica)
Historias palermitanas ·
Niños de barriada siciliana mientras se viven y se cuentan sus andanzas del Borgo Vecchio, cerca del puerto de PalermoSecciones
Servicios
Destacamos
Historias palermitanas ·
Niños de barriada siciliana mientras se viven y se cuentan sus andanzas del Borgo Vecchio, cerca del puerto de PalermoILUSTRACIÓN: IVÁN MATA SANTIAGO AIZARNA
Lunes, 16 de marzo 2020, 17:44
En siete capítulos nos cuenta Giosuè Calaciura el vivir y el convivir, con preferencia el de los niños –aunque con prolongación a todo el ámbito de ese barrio según se mire y como no podía ser de otra manera– del Borgo Vecchio, ese lugar de Palermo que, a partir de esta novela aumenta su dotación novelística, pues si de antes contaba con una buena escuadra de tales plumas que bien lo sabe cualquiera que se haya sentido atraído por la lectura de grandes autores sicilianos como Luigi Pirandello o Salvatore Quasimodo (ambos Premio Nobel), de otros conocemos hasta series televisivas como las del comisario Montalbano sobre textos literarios de Andrea Camilleri, entre otros, y no digamos si extendemos aún más esa citación y topamos con nombres como los de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, Gesualdo Bufalino, etc.
Autor | Giosue Calaciura | |||
---|---|---|---|---|
Traductora: | Natalia Zarco | |||
Editorial: | Periférica | |||
Páginas: | 168 | |||
Precio: | 16,50 euros |
A ellos y, a muchos más, me doy cuenta de que, por mi parte al menos desde la lectura de esta novela, me queda por añadir, el nombre de Giosuè Calaciura, nacido en Palermo en 1960, periodista, colaborador con Radio 3 de la RAI y que escribe para periódicos y revistas, autor de varias novelas, entre ellas 'Malacarne' (1998) una novela sobre la mafia y con una interesante historia desarrollada, sobre todo en las relaciones entre un asesino y un juez que no cesa de seguir con dedicación admirable el curso de las acciones que van aconteciendo; 'Sgobbo' (2002; Premio Selezione Campiello); historias todas ellas cuajadas de fricciones, que, en el caso presente, con lo ocurrido o imaginado con los niños de ese Borgo Vecchio, las historias comienzan con Domenico, pero que ni siquiera sabía que era así como se llamaba porque siempre lo habían llamado Mimmo; y sigue con la llegada de Nanà, que era así como se llamaba el caballo que había participado en las carreras clandestinas en el circuito del mar, detrás del promontorio y contaba Giovanni que las había ganado todas, que era un campeón, se decía, pero a todos les pareció un caballo de tiro; y se cuenta cómo Totó el ratero escondía la pistola en el calcetín y era muy difícil que los agentes la encontrasen en un primer registro y de esa forma tenía una oportunidad de fuga, que ya había ocurrido alguna vez que las fuerzas del orden sitiaran el barrio con puestos de control en todas las calles y accesos y, más de una vez Totó había caído en la telaraña de esos controles.
Totó el ratero saludaba con su mejor sonrisa a los curiosos que pasaban, con un guiño a las bellas señoritas que espiaban desde los escaparates de los comercios, y con un gesto del mentón a los amigos les indicaba que se verían más tarde con la plena certeza de su impunidad.
Como cada año, el párroco había convocado en la plaza a los llamados mensajeros de la Santa Patrona en su honor y, en realidad, eran los autores de los robos sacrílegos los llamados para engalanar la iglesia del barrio, ya que el Vaticano la había abandonado sin limosna ni subsidio, y la gracia de Dios había decidido manifestarse por otros caminos oscuros y clandestinos... Y se cuentan historias y más historias de ese lugar tan especialmente curioso de ese Palermo que también, narrado todo de una tan sencilla manera que pudiera parecer que son ellos mismos los personajes que por ese Borgo Vecchio transitan los que nos cuentan esas historias.
Historias narradas por un autor cuyo mérito radica en que sí que parece que él ha transitado y con su observación tan encendida como que pudiera ser tan personaje como creador, tan narrador de un real barrio palermitano como cultivador de su especial fauna.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.