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Marc Casals, en Sarajevo. AIDA REDŽEPAGIĆ
Marc Casals | 'La piedra permanece': «Croacia cultiva su imagen turística, pero por debajo oculta problemas de memoria histórica»
Marc Casals | 'La piedra permanece'

«Croacia cultiva su imagen turística, pero por debajo oculta problemas de memoria histórica»

«Rusia siempre ha usado los Balcanes contra la UE», afirma el periodista Marc Casals, que este viernes presenta en Donostia su libro sobre Bosnia

Alberto Moyano

San Sebastián

Jueves, 31 de marzo 2022, 07:53

Después de quince años en los Balcanes, el periodista Marc Casals (Girona, 1980) reunió en 'La piedra permanece' (Ed. Libros del K.O.) dieciséis voces de bosnios musulmanes, de origen serbio, croata y montenegrino, judíos, y descendientes de turcos para conformar un fresco de postguerra. Tras dejar Sarajevo, se ha instalado en la localidad croata de Zadar, en la costa Adriática, desde donde contempla un país «que cultiva esa imagen turística, pero que por debajo oculta algunas cosas que no terminan de estar bien», como la reivindicación de figuras que colaboraron con el régimen nazi durante la II Guerra Mundial.

Casals presentará este viernes en Donostia (Biblioteca Central, 19.00 horas) 'La piedra permanece', un libro que comenzó a escribir cuando ya llevaba un lustro en Bosnia, conocía el idioma y había recorrido el país. «Llegó un punto en el que no tenía mucha perspectiva de cuáles eran los estereotipos que permanecían en España sobre los Balcanes, más allá de la violencia y las guerras, así que escribirlo no fue tanto compartir una visión ya establecida como escuchar la voz de lo que estaba viendo y que pensé que merecía ser contado».

Señala que optó por este formato polifónico porque «una de las cosas que me fascinaron de Bosnia fueron las personas. Las vi muy fuertes y al mismo tiempo, muy sensibles, cálidas, amables y muy complejas. Me parecía una buena forma de contar el país: en lugar de hacer grandes teorías, hablar de lo concreto desde la vida de los individuos». Además, considera que «leyendo estas historias cualquier lector podía empatizar con los protagonistas».

Lógica nacionalista

El periodista catalán lamenta que transcurridos treinta años desde la guerra, de todo aquello «por desgracia, queda más de lo que debería». Y explica que «la estructura institucional que establecieron los Acuerdos de Paz de Dayton firmados en 1995 no ha cambiado», lo cual «prolonga la lógica nacionalista en la que se distribuyeron los bandos en la guerra y supone una camisa de fuerza que sujeta el país». Por otra parte, en un plano más individual, «esas guerras suponen experiencias extremas de las que nadie sale indemne. Hay traumas y memorias dolorosas que las personas van arrastrando con más o menos éxito. En el caso de los protagonistas del libro, es ejemplar la forma en la que han sabido sobrellevar y trascender estas vivencias tan duras».

La piedra permanece

Autor: Marc Casals

Estilo: Crónica

Editorial: Libros del K.O.

Páginas: 304

Precio: 19,90

Presentación: Viernes 1 de abril. Biblioteca Central (C/San Jerónimo). 19.00 horas.

Casals no tiene claro que Europa haya entendido aún qué sucedió para que en poco tiempo los acontecimientos se precipitaran y la antigua Yugoslavia se desangrara en un conflicto bélico que se saldó con más de 100.000 muertos. «Era un momento en el que había más desconocimiento que ahora sobre los países socialistas. Lo más fácil era reducir lo que ocurría a una pelea entre nacionalistas tribales de distintos grupos étnicos, que se podía resolver negociando y empoderando a sus cabecillas. Es una lógica de 'guerra fría' que sigue vigente hasta hoy y que no benefició ni a Bosnia, ni a los Balcanes en general», recalca.

En cuanto a las eventuales repercusiones que la invasión rusa de Ucrania pueda tener en los Balcanes, recuerda que «Rusia siempre ha usado los Balcanes para desestabilizar a la Unión Europea y lleva años cultivando vínculos con la República Srpska. Uno de los posibles lugares de fricción a la luz de lo que ocurre en Ucrania son los Balcanes», admite, antes de añadir que «la capacidad de maniobra de Moscú tiene sus límites y no parecería muy sensato abrir otro frente». En cuanto a un conflicto cocinado en el interior, también reconoce que «las situaciones en Bosnia y Kosovo no están resueltas, pero dudo mucho que alguno de los actores descongele estos conflictos sin alguna bendición o algún apoyo internacional».

«Los bosnios se han vuelto más religiosos, pero al igual que croatas y serbios. Lo que pasa es que nos fijamos más en el Islam»

Otro factor emergente en Bosnia es el auge de un islamismo al que Casals no ve un componente específicamente político y que tampoco se diferencia mucho del que experimentan otras religiones. «No tiene ninguna diferencia con la recuperación del catolicismo o del cristianismo ortodoxo. En Bosnia, la religión está muy vinculada a la identidad porque así se construyeron esas naciones: los croatas como católicos, los serbios como ortodoxos y los bosníacos como musulmanes. La religión es más un marcador identitario que un credo».

Proceso de secularización

En el caso del Islam, continúa, «el bosnio ha sido siempre un poco singular porque allí ha convivido con católicos, ortodoxos y judíos, y además por el proceso de secularización que supuso el comunismo. Los bosnios se han vuelto más religiosos, pero al igual que los croatas y los serbios. Lo que pasa es que nos fijamos más en el Islam por una serie de circunstancias geopolíticas y por el terrorismo. Salvo algunas corrientes radicales, los bosnios profesan un Islam homologable al catolicismo de los croatas o al cristianismo de los ortodoxos serbios».

«En Croacia se impone una memoria muy homogénea de la guerra y a la vez hay una reivindicación de los colaboracionistas nazis»

Instalado en Croacia, Casals constata que «la situación es bastante distinta a la de Bosnia en muchos aspectos. Vivo en la costa y claro, contrasta con el paisaje bosnio de valles cerrados, que es un poco como el de Euskadi, pero más cerrado aún. Pasar de eso a la cercana Costa Adriática, que es plácida e idílica, es chocante». Respecto a la situación en el país, tras la victoria croata en la guerra que provocó la salida de la población serbia, indica que «se ha impuesto una memoria muy homogénea de la guerra, como una gran guerra patriótica e injusta, y a la vez hay una reivindicación de los colaboracionistas croatas del régimen nazi durante la II Guerra Mundial. Es decir, desde el punto de vista nacional, es un país homogéneo, pero con bastantes problemas de memoria histórica. De momento, lo mantienen de puertas adentro porque cultivan esa imagen turística, pero por debajo ocultan algunas cosas que no terminan de estar bien. Por otra parte, tiene graves problemas de despoblación en el interior del país, que está prácticamente vacío porque sus habitantes han emigrado a la UE. Croacia se encamina a vivir del turismo y poco más», concluye.

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