![La poesía sin complejos de los arrecifes neozelandeses](https://s2.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/201903/29/media/cortadas/acui-kkII-U7010453528240zD-624x385@Diario%20Vasco.jpg)
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El cómic siempre ha estado a la caza del estilo. Hace algunas décadas, hasta los años 80, no era tan complejo. El número de autores era significativamente menor y el ritmo de publicación, más bajo. En consecuencia, las grandes firmas eran reconocibles, entre otros ... factores, por sus peculiaridades con el lápiz o pincel. Años después, sobre todo merced al comportamiento de los mercados estadounidense y japonés, la producción se disparó y no era complicado encontrar clones o aspirantes a serlo en las legiones de dibujantes secundarios que deseaban asentarse en las grandes editoriales. Finalmente, el fenómeno llegó a Francia, a la cuna de la sagrada bande dessinée, hoy escenario de una lucha sin precedentes, entre miles de títulos publicados al año y que apenas caben en las estanterías de las librerías especializadas.
Ajenas a estos movimientos, obras en las antípodas de las tiradas millonarias concebidas bajo otro prisma, algunas de las cuales, precisamente, procedían de lugares como Nueva Zelanda. Entre ellas, Katie O'Neill, ganadora de dos premios Eisner por 'La sociedad de los dragones de té' en 2018, debutante en 2016 con 'Princess Princess Ever After', publicada en 2016 por Oni Press.
Estilo. Katie O'Neill. El mundo del cómic infantil es muy complejo. No tanto desde la vertiente clásica, esto es, aventuras de Bugs Bunny o del Coyote basadas en la persecución o golpe, cuando más exagerado mejor. Contar una buena historia, accesible para los niños, que resulte atractiva y les lleve a continuar pasando las hojas, eso ya es harina de otro costal; códigos que deben ser ajustados sin caer en la ñoñería o en el absurdo y allí es donde han fracasado muchos. No es el caso de la artista de Nueva Zelanda.
O'Neill posee dos grandes virtudes, obvias para quien lea su trabajo: es una gran narradora y una dibujante cuyo estilo encaja a la perfección con el tono de su discurso. La premisa, tal y como ya hizo con 'La sociedad de los dragones de té', es bien sencilla, en esta ocasión centrada en transmitir un mensaje de preocupación hacia los humanos y su responsabilidad total en el destrozo ecológico de los arrecifes y, por ende, de los océanos. Sabe que una estructura compleja hará que la bala no alcance el objetivo, la conciencia de las actuales generaciones y, sobre todo, de las que habrán de gestionar los recursos de la Tierra en un futuro bien cercano. Por lo tanto, pocos personajes. La protagonista, Lana, una niña que, junto a su padre, llegan a la costa para visitar a su tía Mae e intentar sobreponerse a tiempos difíciles, como los que el pueblo atraviesa después de sufrir una tormenta. Y unas criaturas mágicas, tan del gusto de la autora y que, sin ser las mismas de la anterior obra mencionada, lo son. Que ahora los unicornios marinos hayan reemplazado a los pequeños dragones, no altera el fondo de la cuestión.
En cuanto a los diálogos, siguen siendo uno de sus puntos fuertes. Extremadamente concretos, sencillos, desde la construcción de cada frase a su extensión. Aislados del conjunto, irrelevantes a menudo pero esenciales para ir construyendo, poco a poco, el ritmo de 'Bahía Acuicornio'. O'Neill renuncia a la prisa, a la velocidad. Le gusta que todo transcurra despacio, como tiene que ser, así que las viñetas no se agolpan, en ellas no hay escorzos ni onomatopeyas grandiosas. Todo es lento. Hasta el sonido de la tormenta.
Plano, las perspectivas sencillas, composición más que tradicional, planificación sin un solo riesgo. Nada de eso interesa a O'Neill, porque, al igual que ocurre al fin con su tratamiento del color, cuya paleta siempre se mueve entre tonos pastel, en absoluto agresivos, transmite calma. Entre una cosa y otra, resulta que el resultado es… bonito. Un adjetivo un poco plano, también, pero bastante preciso dadas las pretensiones de la artista, empeñada en que los niños comprendan qué quiere decir.
'Bahía Acuicornio' es una excelente obra, evidentemente heredera de aquellos dragones de té, puede que en exceso. El continuismo en una carrera no es malo per se, más considerando que este es su segundo gran asalto; no cabe hablar de agotamiento de ideas. Sin embargo, parece obligado prestar mucha atención a los próximos pasos de O'Neill. La ganadora de dos premios Eisner buscará, sería deseable, una evolución natural hacia nuevos desafíos. Sería preocupante que su propio éxito condicionara en exceso su futuro, después de todo es la sensación que queda.
No obstante, tanto para quienes disfrutaron con los dragones de té como para quienes ahora se plantean descubrir a esta autora a través de 'Bahía Acuicornio', solo insistir en que añadan sin dudarlo este libro a su biblioteca.
Título 'Bahía Acuicornio'
Autora: Katie O'Neill
Estilo: Infantil, ecología
Editorial: La Cúpula
Páginas: 104
Precio: 17,5 euros
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