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Es habitual buscar en la vida de las grandes estrellas cinematográficas, de los escritores clásicos, de los pocos científicos que han trascendido su ámbito de trabajo para llegar a ser iconos, momentos, hechos, relaciones que pueden completar la biografía del personaje, que pueden ... hacer más comprensible su forma de afrontar ese algo tan inaprensible como es el Arte.
No suele pasar tanto en el cómic, porque es bien cierto que la propia naturaleza del oficio suele implicar que las horas invertidas en que las viñetas vacías se vayan llenando de líneas que cuentan historias, transcurran en solitario, alejadas del glamour. Sin embargo, hay artistas, algunos, cuyo lápiz es tan especial, el desarrollo de su oficio tan extravagante, su carisma tan atractivo, que llevan a episodios felices. Vázquez, Giger... Geof Darrow.
Geofrey 'Geof' Darrow, 21 de octubre de 1995, Iowa. Formado en los legendarios estudios de Hanna-Barbera, la cuna de los dibujos animados americanos, la casa en la que a este lado del océano millones de niños crecieron rodeados de sus personajes. A principios de los ochenta ya ha colaborado en la creación de personajes importantes como 'Richie Rich' o 'Super Friends', y ya ha descubierto al divino Jean 'Moebius' Giraud, que acaba de participar en la ambiciosa e innovadora película 'Tron'. Su amistad con el genio francés se prolongará durante años, y se plasmará en diferentes colaboraciones con las que, tal y como es evidente hoy día, se forjará para siempre la enorme influencia que el arte interminable de Jean Giraud ejercerá sobre el lápiz de Darrow.
Para entonces, y las piezas de dominó siguen cayendo, Moebius ya posee una relación importante con l'enfant terrible del comic-book yanqui Frank Miller, así que es cuestión de agendas la presentación formal que, de nuevo, conducirá a un trabajo conjunto, algo tan fabuloso como salvaje, repleto de tal violencia explícita que propicia las críticas más entusiastas o negativas que se recuerdan. Es 'Hard Boiled', una explosión de sangre, miembros amputados y, en definitiva, una visión demoledora de un futuro arrasado por el hombre y su tecnología despojada de, paradójicamente, humanidad. El premio Eisner a la mejor obra de 1991, el máximo galardón concedido en Estados Unidos.
Cuando resulta que Darrow ya es sinónimo de autor brutal, llega 1996 y, con él, 'Big Guy y Rusty the Boy Robot', también al lado de Miller, donde el dibujante afronta un cómic familiar, nada que ver con sus propuestas teñidas de hemoglobina.
Y faltan tres años para que aterrice en los cines una de las películas de ciencia ficción más influyentes del siglo: 'Matrix'.
Los (entonces) hermanos Wachowski, trabajan en algo llamado Matrix, pastilla roja pastilla azul, donde la música es vital, donde todo ha de arropar a una estética ciberpunk que precisa de un diseño demoledoramente atractivo. Contratan a Kym Barret, la diseñadora de vestuario más prestigiosa de Hollywood y para los organismos nacidos en un mundo de máquinas, a un tipo que les ha deslumbrado en, precisamente, un cómic llamado 'Hard Boiled'. Geof Darrow crea, entre otros, a la araña mecánica que extrae a Keanu Reeves de la plantación donde se le cultiva.
Tras dicha colaboración, el vínculo con la pareja de cineastas seguirá en los comics centrados en el universo recién creado, así como en las dos secuelas de la gran pantalla.
Y no solo eso. 'Burlyman Entertainment' es la editorial de comics propiedad de los Wachowski donde Darrow podrá dar rienda suelta a su talento. En 2005 acogerá un proyecto al que será muy difícil adjetivar. Nace 'The Shaolin Cowboy'.
Un hombre y su asno, un animal con una verborrea interminable en las antípodas de su jinete oriental; callado, de normal aferrado a su katana, camisa roja y con algunos kilos de más. Aparentemente inofensivo, en realidad letal más allá de la imaginación. Avanzan por un desierto donde ni el tiempo ni el espacio se corresponden con lo conocido, donde las criaturas más alucinantes conviven con las tribus más insólitas. Un desierto interminable o no, depende. Y Darrow explota. Porque si su asombroso dibujo, presidido por el detalle sin parangón con que acompaña cada viñeta y que suele rozar lo obsesivo, tal y como ocurría con 'Hard Boiled', se combina con un guion loco, resulta que el resultado es una historia a la que no cabe buscar explicación. O pasa a ser objeto de culto del lector, o de odio.
Estilo; Fantasía
Editorial: Norma
Páginas: 200
Precio 29,95 euros
No hay lógica, está por ver que nada de lo que sucede tenga el más mínimo sentido, la sangre se regocija impregnando viñetas sin parar en secuencias donde el humor negro rivaliza con el genial lápiz del artista, inmerso en una cruzada de violencia que sería inconcebible si no fuera porque nada de lo que se narra es real ni podría serlo, salvo en la mente de su creador.
Pasan las páginas, y el lector sigue acompañándolo en un viaje del que nada sabe, pero seducido por la locura que le rodea. Salvando las distancias (siderales), Darrow refrenda más que nunca su admiración hacia Moebius y su 'Garaje Hermético'. Pasen y vean, diría el feriante. Pasen y vean a un shaolin y su asno. Un expectáculo único.
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