

Secciones
Servicios
Destacamos
Goya parece feliz en Basilea, tercera ciudad en población de Suiza y considerada por muchos la capital cultural del país. Apenas cuenta con 200.000 habitantes pero tiene más de cuarenta museos. Más el poderío económico que da ser sede de algunos de los principales laboratorios farmacéuticos. Y una calidad de vida que la convierte en destino ideal para una escapada, tanto en verano, cuando uno puede bañarse en el Rin, como en invierno con sus mercados navideños. Basilea engancha, como pudimos comprobar quienes estos días hemos pisado sus barrios históricos o recorrido en bici su cuidado entorno natural.
Porque a los encantos habituales de la ciudad se suma hasta enero una de las más poderosas exposiciones de Francisco Goya, aprovechando el 275 aniversario de su nacimiento. No es habitual que el Museo del Prado preste algunas de las obras más emblemáticas del artista, como La Maja Vestida, y los suizos han conseguido además que coleccionistas privados dejen por primera vez que el público vea algunos de sus tesoros, como 'Maja y celestina al balcón' y 'Majas al balcón', pintadas entre 1808 y 1812.
La seductora Fundación Beyeler, a las afueras de la ciudad, acoge la muestra en su original edidicio, diseñado por el arquitecto Renzo Piano y uno de los pocos espacios expositivos europeos donde la luz natural entra en las salas. La Beyeler, fundación consagrada al arte moderno a partir de la colección del mecenas que le dio nombre, programa solo muestras de arte contemporáneo. «¿Y no es Goya el precursor del arte moderno?», responden sus responsables. Isabela Mora y Sam Keller han desarrollado la exposición, comisariada por Martin Schwander.
En total son 70 pinturas y más de cien dibujos y estampas, y algunos aguafuertes de pequeño formato ya casi legendarios como 'el sueño de la razón produce monstruos'. El conjunto supone un completo paseo por la mirada siempre revolucionaria de Goya, desde sus retratos de la corte (cómo impresiona 'La familia del infante don Luis de Borbón') hasta escenas cotidianas. Entre las obras poco vistas los organizadores destacan las ocho imágenes, propiedad de la Colección del Marqués de la Romana, que solo se habían podido contemplar una vez el Prado.
La reina Letizia inauguró la exposición a primeros de octubre. Seguirá abierta hasta el 23 de enero y se ha convertido en un fenómeno de público. El visitante que recorre la muestra escucha muchos idiomas: Basilea, en el centro de Europa, recoge públicos de todos los países que la rodean.
La exposición es una estupenda excusa para acercarse a Basilea, ciudad que respira cultura. La feria Art Basel atrae habitualmente hasta ahí a todo el arte contemporáneo, pero a lo largo de los doce meses la ciudad suiza combina el encanto de sus construcciones históricas con edificios estudiados en las escuelas de arquitectura. En su catedral está enterrado Erasmo de Rotterdam y en su tejido urbano se pueden encontrar numerosas obras de Herzog & de Meuron, los dos arquitectos de prestigio internacional que tienen en Basilea la sede de su estudio.
Es una urbe donde mandan las bicis y los tranvías, en el patio de su museo de bellas artes recibe una gran escultura de Chillida y sus chocolates, quesos y cervezas reconcilian con la mejor tradición gastronómica. No es extraño que Goya y su maja vestida se encuentren tan felices en Basilea.
Basilea tiene el encanto de esas ciudades medias europeas cargadas de historia, adaptadas a los nuevos tiempos y de tamaño 'vivible'. Solo los precios nos recuerdan que estamos en Suiza; a cambio, también el exquisito funcionamiento de sus servicios responden al tópico que asociamos a lo suizo.
Este enclave tiene un valor añadido: se encuentra en un punto europeo donde se encuentran Alemania, Francia y Suiza. En el puerto de Basilea hay un punto exacto donde confluyen los tres países. El aeropuerto de la ciudad está curiosamente en suelo francés. Rodeada de naturaleza, el turista puede alquilar una bici (eléctrica, si quiere regular su energía) y acercarse hasta sus viñedos o al cercano campus Vitra, donde se fabrican, y exponen, los célebres objetos de diseño. Basilea es también el lugar donde nació el tenista Federer, a quien acaban de consagrar un tranvía.
Publicidad
Beñat Arnaiz | San Sebastián
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras (gráficos)
Itziar Altuna | San Sebastián y Oihana Huércanos Pizarro
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.