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ELENE ARANDIA
Lunes, 16 de enero 2023, 06:43
A Coruña, la fotografía y la moda vuelven a formar una tríada en un viaje analógico en el que la suntuosidad y la elegancia del Ritz conjugan con el grunge de las calles londinenses, Nirvana y una cultura con una escena musical, estética y de ... moda en plena fusión.
Steven Meisel es el fotógrafo de moda al que la fundación de Marta Ortega, Fundación MOP, ha dedicado su segunda exposición 'Steven Meisel 1993 A Year in Photographs' en la ciudad portuaria, con el objetivo de acercar la fotografía de moda al gran público.
Impulsor del fenómeno y el concepto de 'supermodelo', es la mayor retrospectiva desarrollada hasta el momento y la primera exposición internacional dedicada a Steven Meisel, uno de los fotógrafos de moda más relevantes y prolíficos de su generación junto a Helmut Newton o Richard Avedon.
El Muelle de la Batería, una nave industrial con silos de almacenamiento de cemento, ha sido convertido en una exposición polivalente diseñada por la arquitecta coruñesa Elsa Urquijo que da continuidad al primer proyecto realizado el año pasado, Peter Lindbergh: Untold Stories, que atrajo a más de 110.000 visitantes.
El color negro se torna ahora de un gris aluminio brillante con diversos containeres de acero que se reflejan en una lámina de agua creada junto al mar, simbolizando el proceso creativo de su protagonista, quien utilizaba y jugaba con los espejos en sus sesiones.
Una vez en los silos del Muelle, la visita comienza caminando por un pasadizo que mantiene viva la voz de Kurt Cobain. Como protagonista de un desfile improvisado, el camino conduce a una primera sala donde se proyectan en bucle imágenes aéreas de Nueva York y fragmentos de entrevistas a personalidades que han acompañado al fotógrafo durante décadas.
Las paredes que hace un año colgaban la obra de Lindbergh esta vez muestran el trabajo analógico de Meisel ampliado a tamaño monumental, que ha sido llevado fielmente al fanzine -que no catálogo- de la muestra manteniendo su carácter singular y rompedor. Una selección de más de cien fotografías realizada por el estudio del artista han sido repartidas en distintas salas según la temática y localizaciones en un recorrido circular que presenta el universo creativo del fotógrafo neoyorquino, impulsor de la carrera de muchas de las célebres modelos en la década de los noventa.
Las miradas de las fotografías datan de 1993 y revelan doce meses de frenética creación. Fue un año decisivo en la carrera del fotógrafo norteamericano, ya que despuntó por su estrecha colaboración con la edición italiana de la revista Vogue, dirigida entonces por Franca Sozzani, con la que llegó a firmar 28 portadas y más de 100 editoriales, donde introdujo cuestiones políticas y de actualidad como el terrorismo, la guerra, la violencia machista, la cirugía plástica, la neutralidad de género en la moda o la naturalidad de los cuerpos.
Meisel, quien dirigía en sus sesiones de igual manera a los hombres y a las mujeres, consiguió revolucionar el erotismo de los noventa y la provocación ha sido una de las claves de su estilo artístico. Buscaba romper con el canon de belleza de la época desdibujando los estilos de género y retratando un estilo neutro, a través de la similitud de los rasgos entre hombres y mujeres o la feminización de los hombres.
Las sesiones se convertían en experiencias creativas con un proceso de producción íntimo y equipos de trabajo que no superaban las cuatro o cinco personas. Meisel se escapaba de la figura del fotógrafo tradicional. Tanto es así que Jimmy Moffat, representante del neoyorquino durante cuatro décadas, quien condujo la apertura de la muestra junto a Michael Benson, director de Photo London y editor del fanzine, lo definió como «maquillador, estilista, peluquero, director de arte y atrezzo y amigo de las modelos».
Amante de la elegancia, la belleza y las líneas definidas, los comienzos de Meisel en el mundo de la fotografía -al que cayó por casualidad- se remontan a su niñez y juventud. Inició su carrera como ilustrador para el diseñador Roy Halston y los fines de semana acudía a la agencia Elite Model para hacer retratos por placer. Dada su condición sexual en aquella época no concebía ser fotógrafo, pero su fijación con la silueta femenina desde la niñez, la moda y las modelos encaminaron su carrera profesional a la fotografía.
La muestra arranca con un conjunto de ocho fotografías de grano marrón realizadas por el artista a mediados de los 60, con tan solo doce años, cuando cursaba sexto de Primaria y se escapaba de clase para fotografiar modelos a la salida de las grandes agencias de Nueva York. Hoy es ya una de las figuras más misteriosas y legendarias de la industria de la moda, y es que apenas ha concedido media docena de entrevistas en toda su vida.
El recorrido continúa con la colección de portadas de Vogue, donde consiguió trasladar sus ideales de belleza y elegancia, creando historias y puestas en escena que destacan por encima de la figura femenina.
Inspirador de las firmas de moda, nada es casual en la obra de Meisel; cada una de sus fotografías cuenta con una estudiada localización y está cargada de enormes referencias culturales y sociopolíticas de la época. Su perfeccionismo y minuciosidad le llevan a un manejo total del espacio y la luz que le permitirán transformar sus imágenes constantemente. En ellas predominan las líneas y las formas, además de la siempre rebosante naturalidad. En busca de la perfección, mantiene la proporción y la geometría, y el fotógrafo juega libremente con todos los elementos que componen el lienzo en una total sintonía con la figura que protagoniza el espacio.
Las imágenes suceden así, entre Long Island y el puerto de Nueva York, el Ritz de París o Notting Hill en Londres, ciudades importantes y únicas localizaciones en su obra.
Por su objetivo pasaron nombres propios como Barbra Streisand, Madonna, Loulou de la Falaise, Stella Tennant, Bella Freud, bisnieta de Sigmund Freud, y hombres y mujeres del mundo de la moda y del cine como Linda Evangelista, Carla Bruni, Naomi Campbell, Hamish Bowles, Kyle MacLachlan, Claudia Schiffer, Jaye Davidson, Marlon Richards, Isabella Blow, Amanda Harlech o Twiggy, su ídolo infantil. La muestra esconde historias curiosas como el retrato que Meisel hizo a la modelo en Nueva York tras confesarle que guardaba el autógrafo de su primer encuentro desde hacía más de una década, cuando se inventó toda una «trama rocambolesca» para conocerla.
La muestra se podrá visitar hasta el 1 de mayo de 2023. La entrada es libre, y las aportaciones voluntarias de los visitantes y la venta de merchandising irán destinados al proyecto Future Stories, en apoyo a la carrera artística de nuevos creadores.
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