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Alberto Iglesias posa en Donostia. Lobo Altuna
Alberto Iglesias y Karmele Soler en la habitación de al lado
La Agenda Portátil

Alberto Iglesias y Karmele Soler en la habitación de al lado

Lo del compositor y la maquilladora es más que un Goya: historias de Lo Viejo / La cena de leyenda de los 'Mantala' / El Antonio Boulevard se 'antoñiza'

Mitxel Ezquiaga

San Sebastián

Sábado, 15 de febrero 2025, 07:12

Si el cine y la música tuvieran la repercusión social del fútbol Alberto Iglesias sería en Gipuzkoa una leyenda al nivel de un Arconada o un Xabi Alonso. El compositor donostiarra es uno de los mejores en lo suyo, pero comparte con los otros dos la extrema discreción: él prefiere trabajar a su aire y solo 'cumplir' con los protocolos cuando toca. Nada horrorizará más a Alberto Iglesias que ver impreso su nombre junto a la palabra 'leyenda'.

Pero lo es. Nadie tiene más Goyas que él: doce desde el pasado sábado, cuando logró otro por su música para 'La habitación de al lado' de Almodóvar. Iglesias vive en Madrid pero cada vez viene más a Donostia: te lo encuentras paseando por La Concha con su aire de artista de otra época, aunque su trabajo sea tan contemporáneo. Siempre nos preguntamos qué ocurría en aquel hogar familiar de la calle Narrica para que surgieran todos estos hermanos creadores: el músico Alberto, la escultora Cristina, el escritor Eduardo y la cineasta Lourdes. Todos los Iglesias eran artistas: hay ahí una serie de Movistar. Esta ciudad ya reconoció a Cristina Iglesias con el Tambor de Oro, pero aún debe un homenaje a Alberto, aunque bien sabemos que la primera reacción del músico será rechazarlo.

En esa misma Parte Vieja creció y aprendió Karmele Soler, que logró su segunda Goya por 'Marco'. La maquilladora donostiarra forma también parte de una respetada saga y es una de las grandes en su oficio. Algunos hemos tenido la suerte de verla trabajar en los rodajes ('Marco', sin ir más lejos) y comprobar que además de profesionalidad aporta a los equipos serenidad. Y en la locura de un rodaje importa casi tanto lo segundo como lo primero.

La cena de Mantala, el rodaje de Paul Urkijo y Karmele Soler.
Imagen principal - La cena de Mantala, el rodaje de Paul Urkijo y Karmele Soler.
Imagen secundaria 1 - La cena de Mantala, el rodaje de Paul Urkijo y Karmele Soler.
Imagen secundaria 2 - La cena de Mantala, el rodaje de Paul Urkijo y Karmele Soler.

(Abro paréntesis: todo el mundo dice que los rodajes son aburridos pero a mí me sigue fascinando la experiencia de vivirlos por dentro. Esta semana estuve en el caserío Igartubeiti en la gestación de 'Gaua', la nueva película de Paul Urkijo, que sigue inmerso en el mundo de las leyendas y la historia vascas. Siempre disfruto de ese ambiente del cine, a medio camino entre la creación artística y la factoría industrial. Y animé a Urkijo, por cierto, a que en otro proyecto cambie la mitología euskaldun por una comedia contemporánea en Bilbao o Vitoria. Soy más de Woody Allen que de 'Juego de tronos'. Cierro paréntesis).

Alberto Iglesias bien pudo ser una leyenda del hockey sobre hierba, que practicó de joven en el Atlético San Sebastián, aunque al final pudieron las partituras. Iglesias y Karmele Soler fueron en los Goya como Kubo y Brais el jueves en el partido de la Real en Dinamarca. La metáfora txuri urdin siempre funciona: también para la gastronomía. La cocina guipuzcoana dio esta semana el do de pecho en una cena que pasará a nuestra pequeña historia. Convocados por Mantala y Mahaia, entidades que agrupan a la generación de oro que sigue a la de los Arzaks-Subijanas-Berasateguis, un dream-team de chefs que unía a los Arregi de Getaria con los Txapartegi de Hondarribia, pasando por Loureiros, Ayalas y otros top ofrecieron un menú coral (ahí nos vale la metáfora del Orfeón) con respeto a la cercanía y la tradición pero mirando al futuro. Como la Real de Imanol, o así. Fueron unos ejercicios espirituales con vino y en el Basaque Culinary Center.

P.d. Algo se cuece en el Antonio. También a la guipuzcoana, de manera discreta, se está cociendo un cambio txikito en el Antonio Boulevard. Humberto Segura, responsable del 'fenómeno Antonio' junto a su socio y amigo Ramón Elizalde, va a centrarse ahora en el 'bule' con su hija Adriana, y el Antonio de la calle Bergara sigue con los hijos de Ramón. Han realizado una reordenación del local del antiguo Barandiarán y reabren el martes. «Queremos 'antoñizar' el Antonio Boulevard», dice Humberto, con un comedor más separado del resto del bar, carta ampliada... y atracción para su clientela de siempre. «Pero iremos poco a poco», añade.

mezquiaga@diariovasco.com

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