

Secciones
Servicios
Destacamos
El alcalde Eneko Goia parecía Pablo Motos, con perdón, cuando llama a la audiencia por teléfono: «¿Sabe usted qué es que lo que quiero?». Pero ... esa mañana de jueves Goia no ofrecía la tarjeta de 'El hormiguero', sino el Tambor de Oro. La Junta de Portavoces del Ayuntamiento de Donostia acababa de aprobar por unanimidad el premio a los cineastas de Moriarti y necesitaba comunicarlo a los protagonistas para saber si lo aceptaban.
Llamó a Jon Garaño, que pasa estos meses con su familia en Cambridge, y no hubo respuesta. Telefoneó a Aitor Arregi y Jose Mari Goenaga, pero tampoco contestaban: se encontraban en Orduña rodando 'Maspalomas', su nueva película. Por fortuna Xabier Berzosa, el productor del grupo, descolgó, se sorprendió y aceptó, claro. Minutos después se había pública la noticia y muchos festejábamos uno de los Tambores de Oro que mejor ha caído entre la gente. Porque los Moriarti, además de ser unos brillantes y galardonados profesionales del audiovisual, caen bien a todo el mundo, con su sencillez amable.
He hablado con los protagonistas para reconstruir la historia no contada de este premio, que arranca antes del jueves. Esta vez los grupos municipales supieron 'precocinar' el galardón: había avanzado consenso y total discreción. Solo se rumoreaba que el Tambor sería «cultural y colectivo».
Y así fue. Retomemos el hilo: Goia llamó a Berzosa, uno de los cinco Moriarti (el quinto, el que casi nunca sale en las fotos, es Asier Acha, socio del grupo desde el principio, hace 24 años, y ajeno al sector: trabaja en el Basque Culinary Center). Berzosa telefoneó a Garaño, que pasa un tiempo en Cambridge acompañando a su mujer, que se encuentra en la universidad británica en un trabajo de investigación. «Acababa de dejar a mi hija en clase y me iba a encerrar para avanzar en un proyecto que quiero terminar pronto. Respondí y no me lo creía. Ha sido después, viendo la reacción de euforia de amigos y familia, cuando he valorado todavía más un Tambor de Oro que para muchos parece más que el Oscar», me cuenta Garaño.
Berzosa y Garaño llamaron entonces a Ander Sistiaga, director de Producción de la película 'Maspalomas', que ruedan por Gipuzkoa y Canarias, entre otros escenarios. Esa mañana se encontraban en Orduña. «Le dijimos a Ander que avisara a Arregi y Goenaga porque teníamos algo urgente ». Sistiaga aprovechó un parón entre dos escenas y los componentes de Moriarti se enlazaron en una videollamada a cuatro. De la sorpresa pasaron a la alegría, sobre todo cuando el equipo de rodaje aplaudió la noticia. «Por la noche, en el bar de Orduña, brindamos con unas cañas y hasta nos regalaron dos tambores», me relatan felices Arregi y Goenaga. «Yo espero celebrarlo este fin de semana, que viene familia y amigos a Cambridge», revela Garaño.
En el Ayuntamiento respìraron al conocer la estupenda acogida dispensada al Tambor. El 20 de enero será la entrega: ahí hay una película. De momento, en los cines, sigue 'Marco', el último filme de Moriarti, que seguro que tendrá amplia presencia en los Goyas, que se celebran en Granada el 8 de febrero.
En voz baja
Hay un 'revival' de Jesús Quintero, el periodista/artista fallecido hace dos años. En RTVE Play se ofrece una serie documental sobre su vida y su trabajo, en el que participan su exmujer y sus hijas, y también un podcast elaborado por una de sus hijas reconstruye momentos gloriosos de sus entrevistas. Cada uno tiene sus fijaciones y a mí 'El loco de la colina' me sigue despertando interés, quizás porque fui uno de esos jóvenes que escuchaba su programa de radio de madrugada con el transistor bajo la almohada. Luego llegó la tele, donde también triunfó con sus exquisitas rarezas (uno de esos 'triunfos para minorías' que tanto nos gustan), pero yo me quedo con el de la radio, con sus silencios y sus susurros.
El documental sobre Quintero me llevó a recuperar una entrevista que recordaba haberle hecho. Subí armado de paciencia a la hemeroteca del periódico y la encontré: era de 1992, durante el Festival de Cine. Se trataba de unas entrevistas cortas y rápidas que hacíamos en las páginas del Zinemaldia. Yo recuperé para esa sección el seudónimo 'Patxi Bogart', que ya había usado en La Voz de Euskadi para las crónicas frescas y deslenguadas de mis inicios. «Mis años del 'Loco' en la radio me sacaron de una depresión, pero al final me hundieron en otra más profunda», me confesó. ¿San Sebastián o Sevilla?, le pregunté. «Las ciudades, como los artistas, deben ser únicas: de San Sebastián al cielo y de Sevilla a la gloria», respondió. Aquel café en el Guria me supo a gloria. Y a Mikel Fraile, que hizo esta foto.
mezquiaga@diariovasco.com
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
No te pierdas...
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.