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Había que avanzar por una riada de escolares, 'guiris' y grupos de jubilados, pero al final llegué, sano, salvo y feliz, ante el 'Guernica' en su sala del Reina Sofía madrileño. Y volvió la chispa de emoción de siempre. Los museos masificados y enormes generan ... a veces una ansiedad anticultural, pero hay obras que traspasan la barrera del arte y siguen pellizcando al visitante. Como el 'Guernica'. Aunque haya que verlo rodeado de algunos que van solo a rematar el fetiche de su 'selfie' ante el cuadro.
Recapitulemos. El motivo del viaje era Madrid Fusión, el efervescente congreso de gastronomía que goza de tan buena salud y del que ya hemos ido contando detalles en este papel (atención al 'partido de vuelta', el San Sebastian Gastronomika de octubre, que se anuncia ya cargado de novedades). La gran cita culinaria desprende energía, como la propia ciudad: más allá de ayusos o pedrosanchezes Madrid contagia dinamismo en sus mañanas de trabajo o en sus noches de fiesta. A veces lo uno y lo otro se confunden: la inauguración festiva de Madrid Fusión fue en los salones de la sede de la presidencia de ayusolandia, en la Puerta del Sol. Quién podría imaginar que comeríamos nueva cocina georgiana y bailaríamos con un 'tributo' a Abba en el edificio donde estuvo la siniestra DGS franquista.
El caso es que tras los bodegones gastronómicos yo quería 'sublimar' el espíritu en los bodegones del arte. Hacía tiempo que no visitaba el Reina Sofía porque cada vez abruman más los museos gigantes. La última ocasión que quise entrar en el Prado había una cola que daba miedo. Esta semana entré en el Reina Sofía en plan selectivo: solo quería ver las exposiciones temporales de Soledad Sevilla, la muestra sobre el 'esperpento' y el 'Guernica' y las salas que lo rodean y lo explican. Había mucha gente, sí, sobre todo en torno al mitico cuadro de Picasso, pero el esfuerzo merece la pena. Hay visitantes que solo pasan por ahí para hacer su foto, pero otros se quedan ante el cuadro en actitud recogida y casi silenciosa. Tan apasionante es ver el 'Guernica' como observar a la gente que mira el 'Guernica'.
Justo al salir me llegaba la lista del Observatorio de la Cultura, presentada el miércoles en Málaga, que sitúa al Museo del Prado y el Reina Sofía en el 'top' de instituciones culturales españoles, y eleva al Zinemaldia a la tercera posición, incluso antes que el Guggenheim de Bilbao o el Thyssen. Es todo un acontecimiento que el Festival de Donostia, en la 'periferia' física de los circuitos oficiales y con un presupuesto modesto en comparación con los otros gigantes, sea votado por los profesionales de la cultura como tercera entidad por interés y repercusión.
Siempre digo lo mismo: el Zinemaldia da la mejor ciudad de San Sebastián. Culto, divertido, abierto, disfrutable por quienes vienen de fuera y quienes vivimos aquí, el Festival es una pequeña patria donde uno pediría asilo permanente, aunque solo dure nueve días (o quizás precisamente por eso: tiene el encanto de lo efímero).
Este año escala posiciones en ese Observatorio (hasta el puesto 20) Chillida Leku, quizás por el empuje del fecundo centenario de Eduardo Chillida, y resulta otra estupenda noticia porque ese 'no-museo' que mezcla arte, naturaleza y buena onda supone otro de los más felices espejos donde damos nuestro mejor perfil.
En la lista de lo mejor de la cultura en España aparecen muchos de nuestros eventos y entidades, desde Tabakalera (puesto 44) hasta el Jazzaldia (puesto 55) o la Quincena Musical (posición 93).
- P.D. Gracias al fútbol aprendemos geografía: que la Real compita en Europa es una reconfortante noticia deportiva, pero también otra forma de estar en el mundo. Esta semana nos visitaron los griegos de Salónica (una de esas ciudades que uno lleva marcada en su autobiografía gracias a los viajes con el Interrail con 18 años) y pronto vendrán los daneses del Midtjylland, equipo de nombre impronunciable enclavado en la pequeña ciudad de Herning, pequeña localidad de la región de Jutlandia Central de algo más de 46.000 habitantes. Aunque los vecinos de Amara solo preguntan ya una cosa: ¿hay 'hooligans' violentos entre los daneses?
mezquiaga@diariovasco.com
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