
cristinA altuna
Domingo, 23 de octubre 2022, 08:45
Un recorrido por el salón de actos del Archivo Real y General de Navarra de Pamplona supone estos días un paseo entre dibujos, planos, fotografías y proyectos arquitectónicos, una sucesión de documentos que han sido rescatados de cajones y estuches que Rafael Moneo guardaba con celo en su estudio de Madrid. Todos ellos han cobrado vida en 'Rafael Moneo en Navarra', la exposición retrospectiva que repasa su obra en Navarra, iniciada en Tudela en los años 60 del siglo pasado.
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La exposición, comisariada por los arquitectos Belén Esparza, Curro Blasco y Sixto Marín, se ha inaugurado cuando el arquitecto ha cumplido 85 años. Tras su paso por la capital navarra, la muestra llegará a la Fundación María Forcada de Tudela a partir del 17 de febrero.
Centrada en la vida y obra del arquitecto navarro, una de las figuras de mayor proyección internacional del último medio siglo español, la muestra propone un viaje profesional y humano por la trayectoria de Moneo que se inicia con su infancia en Tudela y continúa con los trabajos realizados en Navarra a lo largo de seis décadas de creación. Los proyectos corresponden a obras realizadas en Tudela como el edificio de viviendas en la calle Eza (1965-1966), la Real Casa de Misericordia (1983) o el proyecto de la Casa de Cultura en el antiguo convento de San Francisco (2003-2010). Respecto a Pamplona, la exposición muestra la Plaza de los Fueros (1970-1975), el Archivo Real y General de Navarra (1995-2003) y el Museo Universidad de Navarra (2008-2014). Otros proyectos son la Bodega de Arínzano (1991-2002) o un desconocido trabajo que presentó de la Hospedería de San Miguel de Aralar (1965).
La precisión con la que Rafael Moneo realizó cada uno de sus trabajos en los años 60 se muestra en unos dibujos originales a lápiz sobre papel sulfurado ejecutados por el arquitecto.
Su perfil más personal también está presente en la muestra. Fotografías, reseñas, entrevistas y documentación personal cedida por el propio arquitecto permiten trazar su semblanza biográfica, desde su nacimiento en Tudela hasta 1996, año en el que se le concedió el Pritzker. Dice Moneo que algunos proyectos le dejaron una huella profunda, como la ampliación de la plaza de toros de Pamplona. «Significó mucho porque fue importante, ms que los trabajos domésticos que había hecho hasta entonces».
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