Viernes, 30 de marzo 2018, 08:25
El esqueleto del león se ha guardado en Gordailua a una humedad siempre inferior al 65%, porque a partir de ahí hay riesgo de hongos y gérmenes. La temperatura se controla continuamente: para ahorrar energía, en invierno se mantiene a 17,5º, en verano a 21º, y las transiciones se realizan muy paulatinamente. «La empresa Patrimonio Inteligente, de Murcia, es la que ha puesto en pie el esqueleto -ha manifestado Carlos Olaetxea, responsable de Gordailua-. Ha sido una tarea muy difícil, primero trabajaron en Gordailua, luego en Burgos. No les dejamos que amarraran los huesos pequeños de los pies, contrariamente a lo que se hace en muchas exposiciones, porque se trata de huesos muy frágiles».
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La sala del museo de Burgos ha debido ser humidificada, porque el ambiente de esa ciudad es bastante más seco que el habitual en Gipuzkoa. «Desde Gordailua les cedimos un humidificador, porque nos encontramos que la humedad en el recinto era solamente del 40%», ha dicho Olaetxea.
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