![El punk es chic](https://s3.ppllstatics.com/diariovasco/www/pre2017/multimedia/RC/201605/11/on-extra/media/cortadas/nouvelle-vague--575x323.jpg)
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Carlos Benito
Miércoles, 11 de mayo 2016, 15:29
Para muchos aficionados al rock, Nouvelle Vague son una pura abominación, una barbaridad injustificable, un sacrilegio al mismo nivel que colocar a Axl Rose al frente de AC/DC. El grupo francés ha vendido cientos de miles de discos con una fórmula ocurrente y bastante osada: lo suyo son las versiones de clásicos de culto del punk y la new wave, trasladados a las sonoridades inofensivas y ensoñadoras de la música de salón y entonados por vocalistas delicadas y pizpiretas con acento francés. Es lógico que haya por ahí oídos escrupulosos que no sean capaces de tolerar el cambio brutal de contexto, aunque el asunto también admite un enfoque perverso que resulta raramente satisfactorio: uno puede estar en un ascensor, en la sala de espera del taxista, en el vestíbulo de algún hotel elegante, y escuchar por el hilo musical, de repente, el 'Bela Lugosi's Dead' de Bauhaus, el 'Too Drunk To Fuck' de Dead Kennedys, el 'Ever Fallen In Love' de los Buzzcocks o incluso referencias más rebuscadas, como el 'In A Manner Of Speaking' de Tuxedomoon, todas convenientemente 'nouvellevaguizadas'. Y, a menos que uno sea un purista radical, resulta difícil no sonreír ante la incongruencia.
La primera, el origen de todo, fue 'Love Will Tear Us Apart', la canción terrible de Joy Division sobre el distanciamiento en la pareja, las camas que se vuelven frías y el regusto de la desesperanza en la boca. Por algún motivo que se escapa a toda comprensión, al productor Marc Collin se le metió en la cabeza en 2003 versionarla con frágiles arreglos de bossa nova, un empeño para el que reclutó a su colega Olivier Libaux. En realidad, Nouvelle Vague son estos dos domadores de canciones, aunque la formación se completa después con una constelación variable de vocalistas de aire chic. La justificación que redondeó el concepto es básicamente lingüística: Nouvelle Vague significa 'nueva ola', lo mismo que 'new wave' en inglés y 'bossa nova' en portugués, así que de alguna manera casi cabalística todo tenía un hilo de continuidad. Aunque algunos puedan juzgar que su tratamiento desangra canciones que, en su versión original, latían de rabia e inconformismo, Collin sostiene que su intención siempre ha sido reivindicar la calidad compositiva de aquellos artistas de los últimos 70 y los primeros 80: «Todas estas bandas de post-punk a lo mejor solo sabían uno o dos acordes, pero escribían hermosas canciones. Nadie lo suele decir, porque solo hablan de los cortes de pelo y la actitud. Cuando hicimos el primer álbum, pensé que a lo mejor podíamos llegar a la gente que escuchaba post-punk. No esperaba que una generación más joven, especialmente en Estados Unidos, iba a engancharse», ha explicado en una conversación con 'Clash'.
Desde el principio, los productores prefirieron reclutar para su proyecto a vocalistas jóvenes, que no conociesen los originales, para que su interpretación no estuviese condicionada por miedos ni lealtades. Y, según suelen contar, se han topado con un público igualmente fresco, o quizá sea mejor decir desinformado, que a menudo está convencido de que los temas son brillantes composiciones de los propios Nouvelle Vague. «Hemos tocado 'Love Will Tear Us Apart' en directo más veces que Joy Division», ha comentado en alguna ocasión Libaux. La lista de homenajeados a lo largo de sus tres primeros álbumes (el cuarto se centró en la música de su país) sirve como un detallado 'quién es quién' de la música anglosajona de aquellos años, sin eludir la segunda fila de la historia del rock: ahí están Sex Pistols, The Clash, The Cure, Depeche Mode o New Order, pero también XTC, Josef K, Magazine, Modern English o PIL. Y un largo etcétera que incluye a los Cramps, The Sisters Of Mercy, los Undertones, los Specials, Siouxsie And The Banshees, Visage, Talk Talk, The Go-Go's, The Psychedelic Furs o Les Rita Mitsouko. Parece evidente que a Nouvelle Vague les gusta la buena música, que después reprocesan con toque brasileño (el primer álbum), con aromas del trópico (el segundo) o con influencias de la música estadounidense (el tercero), hasta volverla compatible con ambientes sofisticados que jamás la habrían aceptado sin rebajar.
Con Martin Gore
Durante mucho tiempo hubo una pregunta inevitable cada vez que se entrevistaba a estos músicos galos: ¿qué dicen de todo esto los autores y los intérpretes originales de las canciones? El tercer álbum, de 2009, despejó algunas dudas, porque en él contaron con la colaboración de Martin Gore, líder de Depeche Mode (que, al parecer, solía pinchar las versiones de Nouvelle Vague en sus fiestas), y de Ian McCulloch, el vocalista de Echo And The Bunnymen. También Mick Jones, de The Clash, aplaude su trabajo y ha ido a verles en directo. Y a otros, quizá menos entusiastas del 'easy listening', les habrá compensado la llegada siempre ilusionante de un chequecito de 'royalties'. Porque Nouvelle Vague, cuya ambición inicial no pasaba de seducir a medio millar de aficionados a las curiosidades, han vendido muchísimos discos y han obtenido contratos tan peculiares como el de los hoteles Le Méridien, que les encargaron una 'playlist' de veinticuatro horas y los embarcaron en una gira por varios de sus establecimientos en todo el mundo. También han tenido sus disgustos: se han encontrado, rizando el rizo, con que algún estudio de publicidad contrataba a músicos de estudio para imitar su estilo de hacer versiones y gastar así menos en un anuncio.
Collin y Libaux abrieron un paréntesis en su carrera en 2010, un poco hartos ya de su fórmula de eficacia probada. Aparte de Nouvelle Vague, ambos cuentan con otros proyectos en la misma línea: el primero editó a su nombre en 2008 'Hollywood mon amour', donde daba su toque a unos cuantos temas de bandas sonoras, y el segundo aplicó sus destrezas al cancionero de Queens Of The Stone Age en 'Uncovered QOTSA'. Pero ahora están de vuelta con su proyecto principal, que este año tiene previsto el lanzamiento de un documental y un álbum nuevo con remixes, regrabaciones, nuevas versiones (se habla de Ramones y Cocteau Twins, entre otros) y... ¡cuatro composiciones originales! También están dando conciertos, claro, como el que trae a Bilbao a ambos cerebros junto a dos de sus vocalistas habituales, Liset Alea y Melanie Pain, y el batería Julien Boye.
'Playlist' de Nouvelle Vague
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