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Big Star.
Una estrella cada vez más grande

Una estrella cada vez más grande

Los músicos que participaron en él ni siquiera pensaban que llegaría a editarse, pero 'Third', el tercer álbum de Big Star, se ha convertido en un disco de culto. Ahora se ha editado en un triple cedé todo el material de aquellas grabaciones

Carlos Benito

Miércoles, 2 de noviembre 2016, 19:10

Pocos discos están tan envueltos en dudas como 'Third', el tercer álbum de Big Star. Y en esa primera frase ya hemos colado un par de datos que podrían considerarse discutibles. El primero, el título: ese descriptivo 'Third' ha quedado como la opción canónica, pero también se pueden encontrar en el mercado copias editadas como 'Sister Lovers' (aludiendo al hecho de que los dos miembros del grupo en aquel momento, el líder Alex Chilton y el batería Jody Stephens, estaban saliendo con dos hermanas gemelas), otras que emplean la combinación de ambos nombres e incluso alguna bautizada con fórmulas más peregrinas. La otra cuestión rodeada de incertidumbre es el hecho mismo de que se trate de una referencia de Big Star: con la banda de Memphis sumida en un evidente proceso de desintegración, que les llevaría a disolverse poco después, aquellas sesiones de grabación encajaban mejor con la idea de un disco de Alex Chilton en solitario, por mucho que Stephens aportara ideas tan cruciales como la sección de cuerda. Para redondear el lío, en los registros de los estudios Ardent el nombre del artista aparece como Sister Lovers.

Por no tener, 'Third' no tiene ni un 'tracklist' definitivo: circulan ediciones con distintos temas, o con los mismos temas en otro orden, en un desconcertante caos que cuadra mal con la dimensión mítica que ha ido alcanzando el disco al pasar los años. La clave de todo esto, por supuesto, está en que nadie imaginó en su día que 'Third' fuese a llegar a ninguna parte: «Pregunta a cualquiera de los participantes originales y ninguno dirá que esperaba que este álbum se iba a publicar realmente, mucho menos que terminaría en la lista de 'Rolling Stone' de los 500 mejores discos de todos los tiempos», ha escrito Adam Hill, el ingeniero de Ardent que coprodujo aquel álbum y que ha dedicado buena parte de los últimos años a desenterrar de los archivos hasta el último vestigio de las grabaciones de Big Star. Las previsiones de aquellos músicos de estudio no iban en absoluto desencaminadas: las copias de prueba de 'Third' se pasearon por varias discográficas de Nueva York y California, que las recibieron con desinterés o incluso con hondo desagrado. «¿No tendré que escucharlo otra vez, verdad?», preguntó Lenny Waronker, de la Warner, después de que le pusiesen el disco. «Hace que me sienta incómodo», sentenció Jerry Wexler, de Atlantic. No salió al mercado hasta 1978, cuando habían pasado cuatro años de la grabación y el grupo ya no existía, y aun entonces lo hizo de tapadillo y en dos versiones diferentes.

Big Star: 'Holocaust' (maqueta)

Por supuesto, el pobre 'Third' no se merecía aquellas malas caras ni aquel rechazo unánime, por mucho que algunos de sus rasgos sigan descolocando hoy en día. Big Star se habían ganado el elogio de los críticos y la absoluta indiferencia de las masas con sus dos primeros álbumes, dos portentosas colecciones de melodías en las que reluce sobre todo la herencia de los Beatles, pero también de los Kinks, la Velvet o los Byrds. Por el camino, habían ido perdiendo parte de su personal: tras el primer disco abandonó el talentoso Chris Bell, que moriría a los 27 años y dejaría como legado en solitario otro elepé de culto imperecedero, 'I Am The Cosmos'; después del segundo, el que se marchó fue el bajista Andy Hummel, para retomar sus estudios. Esa era la situación cuando a Alex Chilton, el que había sido un adolescente prodigio al frente de The Box Tops, le dejaron las llaves de Ardent para que fuese grabando lo que quisiera en unas sesiones de madrugada que, según cuenta la leyenda, pronto degeneraron en sucesivos episodios de excesos químicos y desequilibrio mental. A Chilton lo devoraban sus demonios, que en 'Third' asomarían sin el disimulo de trabajos anteriores.

Mentira de ojos tristes

Lo cierto es que en 'Third' no faltan los caramelos melódicos al estilo de los otros dos discos, y por eso sorprende la reacción tan visceral de los ejecutivos discográficos. Bien es verdad que algunas de esas tonadas luminosas llevaban letras tan inesperadas como la de 'Jesus Christ', que relataba sin rodeos ni ironías el júbilo ante el nacimiento de Jesucristo: muchos años después, en España la versionarían en castellano y de manera fiel los Surfin' Bichos. Pero, en otros casos, esa belleza para la que Chilton estaba tan dotado tomaba derroteros turbios, como si las canciones bonitas se fuesen descomponiendo entre sus manos, con arreglos dolientes y letras inquietantes que alcanzan su extremo en 'Holocaust', una buena candidata al título de composición más desesperada de la historia: «Todos se van / y dejan atrás a los que caen. / Todos se van / tan lejos como pueden, / simplemente les da igual. / Eres una cara devastada, / eres una mentira de ojos tristes, / eres un holocausto», dice la última estrofa, mientras Chilton contempla sus negros abismos.

Big Star: 'Thank You Friends'

A Big Star, aquel grupo de fracasados, la posteridad les reservaba mejor suerte. Se convirtieron en una de las referencias ineludibles del rock alternativo de los 80 y de los 90, objeto de versiones incontables (de This Mortal Coil a Los Bichos, pasando por Placebo o Jeff Buckley) y reivindicada sin descanso por artistas como The Replacements, Teenage Fanclub o R.E.M.: en una declaración inolvidable, Peter Buck, guitarrista de estos últimos, dijo que su banda todavía no había logrado hacer «un disco tan bueno como 'Revolver', 'Highway 61 Revisited', 'Exile On Main Street' o el tercero de Big Star», ubicando la obra maldita de Chilton y compañía entre la aristocracia del rock. Ahora, el sello Omnivore Recordings ha convertido 'Third' en 'Complete Third', un triple cedé que recoge el producto íntegro de aquellas sesiones de grabación: son 69 cortes organizados de manera cronológica, que incluyen las maquetas de Chilton, las mezclas descartadas, algunos cortes que se desecharon y, por supuesto, el disco terminado, de manera que se puede comprobar la evolución de algunos temas. En el libreto, también exhaustivo, participan fans como Mike Mills (R.E.M.), Gary Louris (The Jayhawks), Susanna Hoffs (The Bangles) o John Stirratt y Pat Sansone (Wilco), además del batería Stephens, que es ya el único superviviente de la banda original y visitó recientemente los escenarios vascos con su proyecto Those Pretty Wrongs.

Nos quedaremos sin saber qué habría opinado de esta lujosa edición Alex Chilton, fallecido en 2010 con 59 años, aunque probablemente iría en la línea de lo que declaró una vez: «Me sorprende constantemente que la gente se quede prendada de Big Star de esa manera. Dicen que Big Star hicimos algunos de los mejores discos de rock and roll de la historia. Y yo les digo que se equivocan».

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