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Los excéntricos del rock inglés

Los excéntricos del rock inglés

Han tocado en un laboratorio nuclear y en la Gran Muralla, organizaron un festival con exhibiciones de cetrería y suelen rematar sus conciertos con un oso gigante. Los peculiarísimos British Sea Power están de vuelta

Carlos Benito

Miércoles, 29 de marzo 2017, 12:12

Inglaterra siempre ha estado bien abastecida de excéntricos. En su historia abundan los personajes inmunes a la dictadura de lo convencional, que desarrollan peculiares pautas de comportamiento o se dejan absorber por intereses poco comunes. El rock, sobre todo el de los últimos años, es más propenso a las provocaciones prefabricadas de cara a la galería que a esa rareza natural y sincera, a tiempo completo, pero hay una banda británica que encarna de manera impecable la ilustre tradición: lo de British Sea Power parece una extravagancia genuina, digna heredera de los antecedentes que existen en su país, hasta el punto de que ni siquiera está muy claro si esos rasgos desconcertantes les han favorecido o les han perjudicado en el plano comercial. La cuestión tampoco parece quitarles el sueño: «Puedo entender por qué alguna gente cree que somos una pandilla de pajeros pretenciosos, pero es mejor que ser aburrido, ¿no?», declaró hace unos años el guitarrista Martin Noble al diario 'The Guardian'.

Más allá de su obsesión marítima, basta consultar cualquiera de sus biografías para detectar anomalías, detalles chocantes que los apartan de la rutina del rock. Su marcada personalidad como grupo se suele resumir en unos pocos trazos: aficionados a la historia, a lo militar, al aire libre y a la observación de aves, decoran sus escenarios con ramas de árbol y animales de plástico, a veces tocan de uniforme y a menudo rematan los conciertos con la aparición de Ursine Ultra, un oso de dos metros y medio que esconde dentro a algún miembro de su equipo. Pero hay mucho más. En su lista de teloneros, junto a unos The Killers que se llevaron de gira cuando nadie los conocía, figura una banda de folk liderada por un octogenario. En una aparición televisiva, se hicieron acompañar por luchadores de Cumbria, la región septentrional de la que proceden. Organizaron su propio festival en el pub situado a mayor altura de toda Inglaterra, el Tan Hill Inn de Yorkshire, e incluyeron en el programa exhibiciones de cetrería y carreras de huskies. Han comercializado varias cervezas, chocolate, vino espumoso, té y gomina para el pelo. Los fans han bautizado con su nombre un caballo de carreras y un yate. Han citado a entrevistadores en mitad del campo, a través de crípticos mensajes cartográficos.

British Sea Power: Extracto de 'From The Sea To The Land Beyond'

Las curiosidades parecen multiplicarse en su trayectoria. Su exmánager, hermano de dos miembros del grupo, publicó un artículo en 2014 en el que resumía así el último par de años: «Han pasado unas cuantas cosas en el mundo de British Sea Power. Lo habitual, en realidad: un concierto en los laboratorios de la Organización Europea para la Investigación Nuclear, otro bajo el casco del Cutty Shark y un poco de música callejera sobre la Gran Muralla China. Ha habido canciones sobre pioneros espaciales americanos y sobre los pueblos indígenas de Groenlandia. Versos de Carrion, la canción de British Sea Power, se han instalado en grandes letras esculpidas en la pared del Museo Marítimo Nacional de Londres, como un elemento permanente junto a textos de Coleridge y Shakespeare».

Tatuajes para fans

Pero, por supuesto, nada de esto tendría mayor interés si no estuviese acompañado de una obra imaginativa y autoexigente. Los versos de 'Carrion', por ejemplo, no desentonan en compañía tan egregia, porque muchas letras de British Sea Power tienen más que ver con la poesía romántica que con el estándar intrascendente del pop: no desdeñan los arcaísmos, ni las referencias cultas, ni la oscuridad voluntaria. En cuanto a la música, supieron desde el principio crear un sonido inconfundible que bebía del post punk y de referentes como los Pixies, pero con el tiempo han ampliado su campo de acción: su actual formación de sexteto incluye a una violista y un cornetista, que aportan calidez y variedad tímbrica a un grupo cada vez menos encorsetado. Algunos de sus últimos discos, de hecho, han sido reelaboraciones que liberan su propio material de las constricciones de antaño: en 'Sea Of Brass' se hicieron acompañar por bandas de metales, mientras que el evocador 'From The Sea To The Land Beyond' reconfiguraba varias canciones para utilizarlas como banda sonora del documental homónimo, melancólica recopilación de filmaciones de la costa británica realizadas a lo largo de más de un siglo.

El grupo, repartido actualmente entre Brighton y la isla norteña de Skye, edita mañana un nuevo álbum titulado 'Let The Dancers Inherit The Party', una frase tomada de un poema del escocés Ian Hamilton Finlay. «Trata acerca de participar en la vida en lugar de discutirla, observarla o criticarla desde cierta distancia», ha desarrollado el vocalista y guitarrista Jan Scott Wilkinson. El disco, del que ya han adelantado tres canciones, se financió en parte a través de 'crowdfunding', pero también en eso son un poco anómalos British Sea Power: junto a las recompensas habituales en estas convocatorias (camisetas, jarras, parches, discos adicionales con maquetas), se incluían tatuajes que dan derecho a entrar gratis a todos los conciertos de la banda durante tres años (a cambio de una aportación de 600 libras) o de por vida (1.500). «Tendrán diseño de tema náutico» y «estarán libres de lenguaje indiscreto», han adelantado. De 1.500 libras ofrecían cinco y se les han agotado.

British Sea Power: 'Keep On Trying (Sechs Freunde)'

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