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Han pasado diez años desde la última vez que Alberto Iglesias (1955) fue nominado a los Oscar en la categoría de Mejor banda sonora. Entonces ... compitió con 'El topo' (2021), antes lo había hecho con 'El jardinero fiel' (2005) y 'Cometas en el cielo' (2007). Ahora puede conseguir otra candidatura por su trabajo en 'Madres paralelas'. De momento el compositor donostiarra ya ha pasado el corte y acaba de entrar en la denominada 'short list', de la que saldrán las cinco nominadas.
– Entre los 130 seleccionados ha pasado al corte de los 15 mejores.
– Sí, es un primer paso, pero bueno... ¡bastante grande!
– Ha estado tres veces nominado, va camino de la cuarta. ¿La expectación sigue siendo la misma o se lo toma con tranquilidad y lo relativiza más?
– Nooo. Me sigue impresionando y alterando. Las anteriores estaban bastante separadas y fueron ya hace tiempo. Además, en este caso, respecto a esas, es que se trata de una película Almodóvar, las otras eran producciones de directores extranjeros. No es tan fácil que se fijen en la música de una película española y eso da un carácter más especial al hecho de haber entrado en la 'short list' de los Oscar. Estamos todos muy emocionados.
– Falta todavía superar otra etapa, pero la crítica cinematográfica de Los Ángeles le ha premiado por la mejor banda sonora, por encima de nombres como el de Jonny Greenwood, responsable de la música de 'El poder del perro' o 'Spencer', y se encuentra nominado a los Globos de Oro. No negará que va por buen camino.
– El premio de la crítica, sobre todo, es muy importante y da mucha alegría. Las partituras que están compitiendo, si se puede decir así, son muy buenas, son de compositores extraordinarios. Solamente estar ya está muy bien. Este mundo de los premios es muy cambiante. A la crítica de Los Ángeles le ha podido parecer que 'Madres paralelas' es la mejor, pero igual a la de Nueva York le ha gustado la de Greenwood.
'Short list' La banda sonora de 'Madres paralelas' está entre las quince candidatas a ser nominadas a los Oscar.
Nominaciones Las cinco películas nominadas se conocerán el 8 de febrero. La gala de los Oscar será el 7 de marzo.
Los Goya Iglesias está nominado a la Mejor banda sonora por la partitura de 'Maixabel'. Es su decimoctava nominación y ha ganado el galardón en once ocasiones. La gala será el 12 de febrero en Valencia.
– ¿Hay alguna banda sonora de sus 'rivales' que le ha llamado especialmente la atención?
– No he escuchado todas. Sí las dos de Greenwood, que me parecen muy buenas. También la de Hans Zimmer (en referencia a 'Dune', aunque también tiene 'Sin tiempo para morir'), que es como wagneriana, tiene un peso enorme en la película y creo que va a ser muy valorada porque toma riesgos. El riesgo bien resuelto es un valor muy importante para el espectador y para la crítica, y en el caso de Zimmer se cumple. Otra es la de Harry Gregson-Williams para 'El último duelo', de Ridley Scott. Cualquiera de ellas puede ganar, como también la de Alexandre Desplat ('La crónica francesa').
– ¿Se puede decir que hay un sonido almodovariano?
– Sí. Se ha ido haciendo una manera, obligada por las historias, por la manera de contarlas, por todo lo que despliega en sus películas: la interpretación de los actores, la manera en que hablan. A eso hay que añadir ese deseo de no seguir las convenciones pero al mismo tiempo estar al lado del público, no querer se espeso, no ser especialmente complejo. Es intelectual pero tiene cercanía. En sus historias pasan cosas que llegan al fondo de los personajes y de los problemas, y los traspasa. Con mi música intento estar con esa misma disposición.
– Llama la atención que mientras fuera se reconoce su trabajo en 'Madres paralelas', aquí ha sido nominado a los Goya por la banda sonora de 'Maixabel'. ¿A qué se debe?
– Es algo que no se puede descifrar. 'Maixabel' ha gustado más a los que votan. Es una partitura de la que estoy muy contento. La película tiene otro tipo de emoción y ocupa otro lugar en el corazón del público. Me alegro de que les haya llegado así. Es verdad que en la película de Almodóvar hay más abundancia musical, la partitura es más extensa. 'Maixabel' cumple con una obligación de las bandas sonoras, la precisión y la justeza, no decir más de lo que se tiene que decir. Ocurre mucho con la música cinematográfica, que hay un exceso de continuidad en un tipo de películas, no en las que suelo hacer. Los 'blockbuster' suelen tener música de arriba abajo y al final uno no sabe si es un efecto de sonido, un ruido... pierde totalmente la consistencia. Siendo austero y diciendo la verdad también se llega al público.
– Ha comentado en alguna ocasión que cuando Iciar Bollaín le llamó para ofrecerle la banda sonora de 'Maixabel' lo primero que le vino a la cabeza fue Bach. ¿Cómo es esa partitura?
– Me pareció un encargo muy difícil, sobre todo entrar en el personaje de Ibon (Etxezarreta), que tuviera música. Viene de un lugar muy seco y pisoteado. No me inspiraba y creía que no tenía que tener música o al menos no la sabía encontrar. Maixabel, sin embargo, con su entereza y con su luz para conseguir una paz nueva, desprende algo que se ha trasladado a una constante en la música. Escuchando a Bach uno encuentra ese deseo de avanzar hacia lo desconocido con la cabeza muy alta. Quizás me pude inspirar, lejanamente claro y con toda la modestia, en Bach.
– El tema del terrorismo ya lo había tratado en 'La pelota vasca', pero en ese caso era un documental. ¿Al ser donostiarra y conocer de cerca historias como la de Maixabel, ha trabajado de otra manera?
– He vivido muy de cerca y las he sufrido muchas de las cosas que se cuentan en 'Maixabel'. Es distinto a entrar en una ficción que toca la realidad pero no es tan espejo de esa realidad. Esta película es casi documental y ante esto la música tiene que tener unos límites muy precisos. Siempre está la posibilidad inmediata de hacer épica una escena y ahí que tener mucho cuidado y no caer en eso.
– Tanto 'Madres paralelas' como 'Maixabel' hablan de la memoria
– Eso me ha gustado mucho y para mí ha sido un reto hacer dos cosas distintas pero que hablen de una mirada hacia atrás. Tenía el deber de mantener el compromiso que esas películas atestiguan y tratar de comunicar. Ambas tienen una manera de superar la muerte, de estar cerca de los que han sufrido por muertes atroces y todo eso me inspira y me responsabiliza. La verdad es que he trabajado con mucha paciencia para no meter la pata.
– ¿Es difícil poner música al dolor?
– Cuando Pedro me enseñó la película me dijo que trataba constantemente que en las escenas las actrices no lloraran, aunque podían saltar en cualquier momento por la cercanía con el sufrimiento o por la alegría, y que les obligaba a retenerlas. Me imaginaba como un jinete que le decía al caballo «galopa pero no tanto, ve al paso». Con la música me decía que hiciera lo mismo, que no buscara lo lacrimoso. Creo que eso es bueno para que sean verdaderas.
– 'Maixabel' es una película que parecía pequeña pero que ha ido creciendo y ahora tiene una dimensión enorme. ¿Qué parte de 'culpa' tiene su música?
– La música ha acompañado en el recorrido, no ha descubierto nada. La fuerza está en la interpretación de los actores, en el guion que es fantástico y hace el esfuerzo de ser justo. Se va cargando de significado y acaba siendo una película poderosa. Creo que lo mismo le pasa a 'Madres paralelas', que va entrando en un conflicto grande y en su pulso más interior está hablando de la vida y la muerte sin decirlo. Empieza con un parto y termina con una fosa. Esos dos símbolos son muy poderosos. A veces se entienden solo como acontecimientos de la película, pero realmente son símbolos, momentos cargados de una energía que están por encima de nosotros.
– Ha sido nominado a los Goya en 18 ocasiones y ha ganado en 11, pero parece que sigue dando pudor. ¿Es realmente así?
– Sí. Igual parece un poco incomprensible que las nominaciones me den pudor, pero lo tengo. Voy dejando atrás las cosas que hago, no son una insignia. Pensando en lo de la posible nominación de 'Madres paralelas' me decía: «¿Qué haré en la próxima película de Pedro, se me ocurrirá algo nuevo?» En lugar de estar disfrutando de las mieles de estos momentos, pienso en cómo empezar otra vez. En el caso de Iciar lo mismo.
– Comenzó a componer para el cine a finales de los 70. ¿Ha cambiado desde entonces su forma de trabajar?
– Soy más consciente de las rutinas, de que necesito mucha paciencia. Hay veces que se avanza muy despacio y tienes que se consciente de que va a ocurrir eso. Estas glorias que se consiguen con los premios pueden dar la sensación de que todo es fácil, pero no. Hoy estaba componiendo otra cosa que no es una película y estaba atascado. Hace falta desear hacer lo que haces y tener paciencia. Hay días que todo viene rodado. Lo de la inspiración es verdad. Es una cadena de cosas que de pronto parecen perfectas, que las notas fluyen y otras, no sabes por qué, te atascas y dudas de lo que haces y de ti. Pero eso pasa a todas las personas, escribiendo o corriendo un maratón. Hay días, no sé sin son los pares o los impares, en los que hay que dudar y otros en los que hay que avalanzarse.
– ¿Con más de cuarenta bandas sonoras, hay alguna a la que tenga especial cariño? Y no me refiero a la que piensa que es la mejor.
– Esa idea de la paciencia y la constancia me remite mucho a 'Vacas' y al mismo tiempo a la felicidad de encontrar la simetría con las imágenes, descubrir algo en ellas. Me ha pasado con 'El topo', con 'Hable con ella'. Con Pedro he hecho muchas películas que me han obligado a renovarme de una manera muy rápida. A veces no es fácil y te duele.
– ¿En qué trabaja ahora?
– En versiones nuevas de unas canciones que escribí para el contratenor Carlos Mena con las que estoy muy ilusionado. Son orquestaciones nuevas para grabarlas el año que viene... si el cine me deja porque me queda poco tiempo para otros proyectos.
– Su hermana Lourdes está participando en el proyecto de la serie sobre Balenciaga. ¿Le gustaría poner la música?
– Si. Ya me han hablado de ello y me parece muy bien, me apetece muchísimo. No he leído aún el guion, pero de lo que sé veo que puede ser algo increíble, un proyecto maravilloso.
– En mayo su otra hermana, Cristina, inauguró 'Hondalea' en Santa Clara. ¿Qué música le pondría?
– Se me ocurren muchas posibilidades. Es una obra con muchos significados porque cada uno le puede dar el suyo. Cuando estuve la última vez, más que en una reflejo de la naturaleza y que el mar está ahí abajo y te puede arrastrar, veía las profundidades de cada uno, la vida entra y sale, hace ruido a tu alrededor. Es una obra, que como todas las que son muy buenas, cada vez descubres algo nuevo. Con Beethoven me pasa lo mismo, cada vez que escucho algo que incluso he tocado descubro alguna cosa.
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