Sin demasiado tiempo para recostarse en los aplausos cosechados en Varsovia y Wroclaw (Breslavia), Euskadiko Orkestra emprenderá este jueves camino hacia una de las ciudades más antiguas de Polonia y la segunda más poblada. Cerca de tres horas de autobús separan el imponente Narodowe ... Forum Muzyki de Wroclaw -que les acogió el martes-, del centenario auditorio Philharmonic Concert Hall de Cracovia, donde este jueves (19:00) comparecerán ante 720 espectadores.
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Así, los músicos pasarán de las casi 1.800 personas que se juntaron este miércoles a escucharles, al aforo más pequeño de la gira. Y, sin embargo, el concierto de este jueves por la tarde en la Filarmónica de Cracovia es otro reto mayúsculo. Se trata de una sede que desde finales de los años 20 ha visto cómo su escenario sobrevivía a la ocupación nazi y la reconstrucción de una ciudad. Pero también la llegada de solistas de la talla de Victoria de los Ángeles, Claudio Arrau o Arthur Rubinstein, y de directores como el propio Krzysztof Penderecki, fundador del Festival Beethoven al que han sido invitados.
«El público polaco no es solo muy entusiasta sino también es especialmente entendido. Tiene una enorme experiencia y costumbre de estar frente a las mejores orquestas, solistas y directores, pero creo que aún así les vamos a sorprender con cosas que no esperan», reconocía el maestro Robert Treviño, quien lleva más de una década visitando el país y, en concreto, este festival.
Fue así que la mañana después del exitoso estreno en la capital, los rostros de los músicos no podían disimular su satisfacción. «No esperábamos esta reacción del público, fue increíble ver cómo se ponían en pie desde la primera pieza y el entusiasmo que se percibía», admitía una de las violinistas durante el desayuno en el hotel. Al descender del escenario, el backstage había sido una interminable sucesión de abrazos y celebraciones antes de una distendida cena donde las tradicionales empanadillas 'pierogi' coronaron la noche.
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Tras la actuación de este jueves en Cracovia, Euskadiko Orkestra se dirigirá el viernes a Katowice, a apenas 80 kilómetros de distancia, donde pondrá fin a su gira con un cuarto concierto en tierras polacas. Una ciudad de marcada actividad industrial minera que alberga uno de los auditorios más grandes y modernos del país: la sede de la Orquesta Sinfónica de la Radio Nacional Polaca (NOSPR). Sus 1.800 espectadores disfrutarán a las 19:30 de la 'Pavane' y el 'Boléro' de Ravel, antes de concluir la despedida con la exigente y minuciosa 'Quinta' de Mahler.
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